viernes, 29 de mayo de 2009

¿CÉLULAS PARTIDARIAS DENTRO DE LA POLICÍA?

El Diario de Hoy informó ayer (jueves 28 de mayo) sobre una reunión de los diputados del FMLN Manuel Melgar y Benito Lara con mandos y agentes policiales, realizada en las instalaciones del centro recreativo de la PNC en Ayutuxtepeque.
En esa reunión, decía la nota, se discutió el posible nombramiento del comisionado Carlos Ascencio como director de la PNC y del comisionado Mauricio Ramírez Landaverde como subdirector.


Parecía una cosa tal vez no usual, pero positivo: dos diputados mencionados como posibles ministros de Seguridad Pública y Justicia, ambos integrantes del equipo de transición del presidente electo, recogiendo las opiniones de los miembros de la PNC, antes de tomar una decisión sobre la futura dirección del cuerpo policial. Vaya, ‘el cambio’ parece estar generando medidas democráticas...

Parece... Como soy un gran desconfiado, averigüé un poco más sobre la reunión entre los dos aspirantes a dirigir la seguridad pública y los policías. Resulta que no fue una reunión del equipo de transición de Funes con mandos de la PNC, sino que una reunión partidaria del FMLN. Sólo estaban invitados y presentes los oficiales cercanos al FMLN: los de la cuota del FMLN en las primeras promociones de oficiales, y otros que no provienen de las filas guerrilleras, pero son considerados cercanos al FMLN.

Este tipo de reuniones --detrás de la espalda de la dirección de la institución policial, detrás de las espaldas de los agentes y mandos que no forman parte de esta ‘célula’ del FMLN dentro de la policía, y posiblemente detrás de la espalda del presidente electo--obviamente no forman parte de la institucionalidad de la PNC. No era una reunión de la PNC, sino una reunión del partido FMLN con sus militantes y simpatizantes dentro de la PNC.

Integrantes de la PNC que participaron en la reunión me expresaron su seria preocupación por el futuro de la PNC. No están de acuerdo que con estas iniciativas del FMLN se ponga en peligro uno de los mayores logros de la posguerra: el carácter apolítico y estrictamente no partidario de la policía civil creada por los Acuerdos de Paz. El experimento de formar una nueva policía con cuotas importantes de ex-combatientes de los dos bandos de la guerra civil sólo pudo funcionar bien porque nadie permitía que en la PNC se formaran un bloque de derecha y otro de izquierda. La PNC funcionaba, porque nadie permitía líneas de mando paralelas a las institucionales.

A esta altura, precisamente cuando por primera el FMLN asume el ejecutivo y de cierta manera el control de la PNC, romper con esta tradición ética y crear estructuras partidarias dentro de la institución, para discutir la nueva estructura de mando, es un atentado al carácter apolítico de la PNC. Es un atentado a la esencia de la PNC.

Más de 60 agentes, mandos medios, inspectores y comisionados de la PNC, algunos uniformados armados, reunidos en un local de la institución, invitados aplicando un criterio de afinidad partidaria, sin el conocimiento de la dirección, a iniciativa de dos dirigentes del FMLN que están siendo considerados por el presidente electo para cargos como ministro y viceministro de Seguridad Pública e incluso como director de la PNC, todo esto parece indicar que hay una conspiración para poner a la PNC una estructura de mando hecha con criterios partidarios.

En la reunión de Ayutuxtepeque le llovieron críticas fuertes al comisionado Carlos Ascencio, quien en estos días se perfilaba como fuerte aspirante a director de la PNC. Porque Carlos Ascencio tiene un gran reconocimiento en las filas de la PNC, precisamente por su postura profesional y apolítica. Proviene de la famosa cuota de guerrilleros que entraron al nivel superior de la PNC, pero se ganó el respeto de todos, independiente de sus afinidades ideológicas. Precisamente esta virtud de Carlos Ascencio fue duramente criticada por sus compañeros cercanos al FMLN en la reunión en Ayutuxtepeque. Para ellos, es un ‘derechista’ que ha trabajado demasiado de cerca con los directores de la PNC, cosa que para ellos lo descalifica como candidato a director. ‘El cambio’ exige jefes policiales que respondan al partido...

Si el presidente electo Funes necesitaba una razón para no nombrar a alguien del FMLN en la cartera de Seguridad Pública y Justicia, ahora la tiene. Por lo menos Manuel Melgar y Benito Lara, los dos dirigentes del FMLN que convocaron a esta reunión partidaria dentro de la PNC, quedan descalificados para cualquier cargo de dirección en el área de seguridad.

Paolo Lüers

EL DESAFÍO DE LA DERECHA

Las declaraciones de la Comisión Política (los ilustradísimos y honorabilísimos ex presidentes de la República) y del nuevo Coena sobre la crisis del partido me han dejado aturdido, desorientado, ofuscado. Dicen, en síntesis, que ahora el Coena "sí va a mandar"; que el partido debe "regresar a sus raíces", que el nuevo "staff" es "territorial" y que la máxima aspiración es "formar nuevos areneros".

Conozco un poco a los integrantes de la Comisión Política porque he colaborado con ellos, pero ignoro la trayectoria política de los miembros del actual Coena. Esta está conformada, según el periódico digital El Faro, por empresarios jóvenes "sin mucha exposición pública y con muy poca experiencia política". A lo anterior debe agregarse que algunos han sido nombrados por razones de parentela y no de currículo; por afinidad de sangre y no por méritos personales.

Es necesario advertir que en política no se manda, sino que se persuade. Un dirigente político es un buen comunicador y no un mandadero. Solamente mandan quienes consideran a los demás como súbditos, subalternos, peones. Y no es así. Todos somos iguales ante la ley y todos tenemos dignidad. La democracia como forma de gobierno y manera de vivir se basa en la opinión pública. Por ello un buen político no se vale de los espotes, sino de la comunicación.

Con respecto a que ARENA debe "regresar a sus raíces", se debería explicar por qué el partido debe hacerlo. ¿Acaso se debe a que ha dejado de ser nacionalista? ¿O porque se ha convertido en socialdemócrata? ¿O porque la anterior dirigencia traicionó los principios? Por nacionalismo se ha entendido tener confianza y fe en nosotros mismos, en amar lo nuestro, en anteponer el interés de la nación sobre cualquier otro y, en fin, en identificarse con el conjunto de valores, sentimientos y aspiraciones que tiene el pueblo salvadoreño. La izquierda no es nacionalista porque es internacionalista. Regresar quiere decir volver al pasado, no tener visión de futuro.

Hay que entender las aspiraciones y sentimientos de los ciudadanos que anhelan siempre un futuro mejor, exigen un cambio. La falsa y mezquina idea que se tiene sobre la derecha se debe, tal vez, al desconocimiento de sus dos vertientes: una es la conservadora y la otra la progresista. La política conservadora se preocupa por mantener el statu quo y la progresista por alentar la participación social y garantizar las libertades y los derechos ciudadanos de todos los salvadoreños; por aspirar a resolver los retos internos que entrañan el desempleo, la pobreza, la injusticia y la discriminación. El nacionalismo se enriquece con la cultura y es el factor esencial de nuestra unidad y cohesión social.

Por ello yo hubiera deseado escuchar de la cúpula del nuevo Coena un plan, una guía, que le dé prioridad a una política social que privilegie la atención a los grupos, comunidades y zonas geográficas que padecen las más lacerantes desventajas económicas y sociales. Pero, en su lugar, lo que más le preocupa a la derecha es mandar, formar nuevos areneros y regresar al pasado, como si nuestra sociedad fuera el mejor de los mundos posibles. Antes de realizar nombramientos y reestructurar al partido se hubieran sentado las bases de un plan político y establecer sus objetivos fundamentales como partido en la oposición.

El mundo ha cambiado y El Salvador no podía ser una excepción. El cambio implica, entre otras cosas, que los retos ya no son los mismos, que el país se enfrenta a nuevos desafíos como son resolver nuestra crisis económica y financiera, consolidar nuestro sistema republicano y representativo, perfeccionar la democracia como el valor supremo de la política y luchar constantemente por el mejoramiento económico, social y cultural de nuestro pueblo.

Por falta de un plan político que establezca el conjunto de objetivos fundamentales y los medios más eficientes para alcanzarlos, ARENA no podrá responder a los desafíos económicos, políticos y sociales de los salvadoreños. El plan se basa en la ideología neoliberal del partido y es una guía y referencia indispensables para recuperar el poder perdido. La política es la ciencia del poder.

Carlos Sandoval

LA CREDIBILIDAD DE ARENA

ARENA está apenas comenzando su adaptación a los resultados de las elecciones de presidente de marzo recién pasado. El viernes pasado mostró ya muy claramente que está redefiniendo el papel que la oposición debe jugar en el país. Ese día, ARENA llegó a un acuerdo para viabilizar un programa fiscal que permitirá al gobierno del presidente Mauricio Funes gobernar durante los primeros años de su mandato. Con este acto, ARENA ha redefinido el papel de una oposición responsable. Es muy diferente a lo que hizo el FMLN durante todos sus años en la oposición: oponerse a cualquier iniciativa del gobierno, y más aún a las mejores propuestas, porque para los líderes del FMLN cualquier mejoría en el bienestar del país jugaba en su contra, mientras ellos no estuvieran en el gobierno. Esta redefinición va en el camino correcto.

Hay otras redefiniciones que ARENA no puede dejar de hacer para, primero, ajustarse a su derrota electoral y, más aún, a los cambios que se han dado en el país en los últimos veinte años y, segundo, para reajustar las tuercas que se le puedan haber desajustado en ese período. ARENA puede lograr nuevos triunfos si se redefine como un partido moderno de derecha, con una ideología clara de respeto a las libertades y la democracia. En realidad, mucha de la gente que hizo la diferencia para que Mauricio Funes ganara había votado antes por ARENA. Sin embargo, confrontados con las opciones de las elecciones de marzo, prefirieron tomarse el riesgo de confiar en la moderación de Funes a votar por un ARENA que los había desencantado.

ARENA puede reconquistar este electorado, que seguirá siendo crucial en determinar los resultados de las elecciones de una manera pragmática, no ideológica, analizando las alternativas que les presenten los partidos. Pero ARENA no va a reconquistar este voto si no traduce sus intenciones de cambio en decisiones concretas que demuestren que lo que desencantó a los electores con ARENA va a ser cambiado. Y, para hacer esto, ARENA tiene que tener bien claro lo que quiere que sea el partido: un vehículo para ganar el poder y defender a los que lo detentan, aunque lo que hagan sea ineficiente o malo o corrupto, o un vehículo para lograr el desarrollo del país de acuerdo a sus ideales. La prueba de fuego en esta dimensión del quehacer político está planteada en una pregunta básica: ¿Cómo va a evaluar ARENA la administración del presidente Saca? Sin duda que hay algunas cosas buenas, pero, ¿qué hará con respecto a las malas?

Por ejemplo, no está en duda que la deuda fiscal es baja y que hay espacio de maniobra para financiar al Estado. Pero, ¿qué dirá ARENA del desorden en el que se han dejado estas finanzas? ¿Qué dirá de la manera obscura, nada transparente, en la que se han manejado las cuentas del Estado, particularmente en los últimos meses, de tal forma que no se ha pagado ni a los proveedores? ¿Qué dirá de que el Ministerio de Hacienda no fue capaz de presentar un plan financiero adecuado a las instituciones que lo financian a corto y largo plazo? ¿Qué dirá del derroche de fondos en actividades que sólo servían para complacer la vanidad de políticos, como la propaganda indiscriminada de la presidencia y otras instituciones gubernamentales? ¿Qué dirá de que no hubiera medicinas en los hospitales mientras uno no podía escuchar radio o ver televisión o leer un periódico sin oír, ver o leer propaganda del Gobierno con sentido humano? ¿Qué dirá de la increíble incompetencia en el manejo de las obras públicas en un gobierno en el que cinco años no fueron suficientes para hacer ni un "bypass" en Usulután? ¿Qué dirá de las carreteras que se dejaron a medias mientras el hierro de sus puentes a medio terminar se corroe? ¿Cómo justificar que una inversión tan grande y estratégica como el puerto de La Unión se haya dejado abandonada y que se haya dejado hasta el último momento la discusión de quién lo va a manejar? ¿Qué dirá de las acusaciones cada vez más abiertas de corrupción?

ARENA no puede evitar tratar estos puntos, de cara al público. La ciudadanía va a estar atenta para ver cómo lo hace. La manera en la que lo haga definirá la suerte de ARENA, si realmente quiere cambiar lo que está malsano adentro de sus filas o si quiere defender lo indefendible, lo que desencantó a los votantes. Si hace lo primero, ARENA renacerá y tendrá la fuerza moral para exigirle eficiencia y probidad al gobierno del FMLN. Si hace lo segundo, se convertirá en un partido que vivirá de las migajas de los grandes, capturando una prebenda por aquí y otras prebendas por allá, un perdonazo por aquí y otros por allá, a cambio de sus pocos votos en la Asamblea. Eso no es lo que era ARENA.


Manuel Hinds
Máster en Economía, Northwestern University. Columnista de El Diario de Hoy.

lunes, 25 de mayo de 2009

UN PERIPLO FUGAZ, CON ALCANCES INDESCIFRABLES

No se trata de que el repentino viaje del presidente electo a Caracas haya producido grandes sobresaltos. Después de todo, desde su aceptación como candidato dejó claro que estrecharía las relaciones con todos los países, siempre que fueran de interés para El Salvador y que se desarrollaran sobre la base de respeto. No obstante, las referencias expresas a Venezuela y a Cuba, alguna roncha dejaron en ciertos sectores, por los regímenes que los rigen y los riesgos de una intromisión abusiva en nuestros asuntos internos.

No creo que haya sido por esto último que don Mauricio trató de mantener una distancia, especialmente con el gobernante venezolano. Pero por un tiempo se tuvo la sensación de que quería dejar un testimonio de que, más allá de la estrecha amistad que une a los líderes ortodoxos de su partido con el señor Chávez, la política exterior la definiría él como le corresponde constitucionalmente.

Incluso trascendió que don Mauricio evitó una reunión con el mandatario venezolano en la pasada cumbre hemisférica, foros que normalmente se utilizan para hacer de manera más confidencial los primeros contactos y avanzar en temas que después se traducen en convenios bilaterales. En cambio, hay que recordar que su primer viaje ya como presidente electo lo hizo a Brasil, cuyo gobernante es admirado por casi todo el mundo por su liderazgo, pragmatismo económico y sobre todo por su visión acerca de cómo mantener la cohesión latinoamericana.

Pero sorpresivamente y a menos de dos semanas de la toma de posesión, decide visitar a Chávez y no lo hace solo, sino que en compañía de quien complementa su fórmula y del coordinador general del partido, a quienes se unieron, supuestamente, dos personajes que directamente han estado manejando Alba Petróleos. Se trató en definitiva de una misión donde la presencia del FMLN fue muy notoria, aunque la misma se dividiera al viajar separadamente.

Al respecto podrían barajarse varias cuestiones, comenzando por aquella que para muchos es la más plausible: la presión ejercida sobre el futuro presidente por parte del FMLN para demostrar que ellos no pueden ser dejados de lado, en un momento en que todavía había un forcejeo por la conformación del equipo de gobierno. La forma en que se expresó del gobernante venezolano, sugiriendo incluso que con su apoyo el país saldrá adelante y juntos harán la unidad latinoamericana, se considera un exceso, para decir lo menos. Esto es muy extraño en don Mauricio, aunque seguramente resultó gratificante para sus compañeros de viaje y por supuesto para Chávez, muy dado a que le rindan pleitesía.

Si el viaje, como también se ha sugerido, tenía entre sus propósitos replantear el tema petrolero e identificar nuevas opciones de cooperación en aspectos sociales y económicos, entonces causa extrañeza que no le hayan acompañado potenciales ministros –que no son del FMLN– pero que sí saben de esos temas. Con todo respeto, no creo que el alcalde de Soyapango haya podido hacer un mejor papel que el futuro ministro de Hacienda o que el coordinador general se desempeñara con mayor solvencia que el secretario técnico de la Presidencia. Esto sugiere que la misión tenía más de política que de otra cosa. Habría que ver qué tratará la comisión binacional anunciada.

El que no se haya informado oportunamente del viaje privó a los medios nacionales de compartir la noticia con la prensa oficialista bolivariana; consecuentemente, nos vimos obligados a aceptar un filtro sobre lo que realmente pasó en Caracas, aunque durante las largas y extrañas horas en que estuvieron reunidos los dignatarios se hubieran tratado temas sensibles para El Salvador.

Lo relevante en todo caso es que el señor Chávez nos acompañará en la fiesta cívica que celebraremos los salvadoreños el primero de junio. Ojalá no la eche a perder.


Escrito por Juan Héctor Vidal / Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

TONY SACA: FIN DE UNA ERA

Esta será la última semana de Antonio Saca en la presidencia de El Salvador. Pero más que el fin de un periodo presidencial, su salida del poder representa el fin de una era.

Por primera vez en la historia de este pequeño país Centroamericano, un presidente de derecha le entrega el mando a uno de izquierda. Por primera vez el Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional, FMLN, llega a la presidencia desde que termino la guerra en El Salvador y paso de ser un grupo guerrillero a un partido político.

El difunto fundador del derechista partido Alianza Republicana Nacionalista Roberto D’Aubuisson se ha de estar revolcando en su tumba.

El partido ARENA no soltó la presidencia desde que la obtuvo tras su fundación en 1989. Gobernó con mano dura durante 20 largos años, fijando entre sus metas eliminar a la izquierda en su país y la región, tal como lo indica la letra del himno oficial del partido: "El Salvador será la tumba donde los rojos terminaran. Salvando así a America, nuestra America inmortal."

El Salvador no es un país fácil de gobernar. A lo largo de su historia ha sido golpeado por conflictos armados, décadas de opresión, violencia, pobreza y desigualdad. La guerra civil que duro de 1980 a 1992, cuando se firmaron los acuerdos de paz, dejo más de 75 mil muertos y unos 7 mil desaparecidos. Y la amnistía otorgada en el 93 a todos aquellos que cometieron crímenes durante la guerra, no ha permitido que sanen las heridas.

Tony Saca encabezo el cuarto gobierno consecutivo de ARENA. Un hombre sonriente y de buena disposición, su llegada al poder fue novedosa en si misma. Un joven empresario de solo 38 años de edad, propietario de estaciones de radio y ex cronista deportivo Saca tomo las riendas de un país polarizado, con poca experiencia política. "Yo comencé mi gobierno siendo un hombre ideológico, muy ideológico, pero con el paso del tiempo las cosas fueron cambiando," me dijo en una reciente entrevista. "Si hay algo de lo que me siento muy satisfecho es haber llevado a mi partido ARENA a un centro-derecha."

Tony Saca sostuvo muy buenas relaciones con Estados Unidos. Fue el único presidente de la región que mantuvo tropas en Irak como parte de las fuerzas aliadas. Saca es el presidente que quizás mas visitas hizo a Estados Unidos durante su periodo presidencial: el recuerda por lo menos diez en cinco años. De los mandatarios que he entrevistado en su despacho, es el que más fotos tiene en las paredes posando con dignatarios alrededor del mundo, y orgullosamente dice que estableció relaciones con todos los países del mundo, bueno, casi todos.

"Tuvimos éxitos enormes en la economía los primeros tres años," dice al describir su gestión. "Hicimos una inversión social como nunca, creamos Red Solidaria (programa que otorga subsidios a familias pobres) y Fosalud (programa de seguro medico)."

Pero sus críticos no coinciden, primordialmente el hombre que logro destronar al partido ARENA después de 20 años, Mauricio Funes. El presidente electo acusa a la derecha de destruir la economía, incrementar el desempleo, y de equivocarse en su manejo de la seguridad pública.

El año pasado El Salvador se gano el tristemente celebre titulo de ser el país con mayor índice de crímenes en el mundo por el Consejo Nacional de Seguridad Publica. Según Funes, el plan de "Súper mano dura" que el gobierno de Saca implemento para combatir a las violentas pandillas que desangran al país, no vino acompañado de un plan efectivo de prevención y rehabilitación.

Saca admite que el reto principal que tendrá su sucesor será lidiar con la economía y la creación de empleos. No ayuda para nada que las deportaciones de Salvadoreños de Estados Unidos están en aumento y las remesas que vienen de sus compatriotas en el extranjero, principal fuente de divisas del país, se han reducido significativamente.


Tony Saca dice estar mas que listo para entregarle el poder a Mauricio Funes. Ahora dice que lo que más añora es disfrutar de su privacidad y atender sus negocios de emisoras radiales. Seguramente a Saca le van a dar por los dos lados. Será criticado por la izquierda de haber arruinado al país, y por la extrema derecha de haberle entregado el país a la izquierda. Lo cierto es que como presidente gozo de mayor popularidad que su propio partido. Ahora el desafío es para su sucesor de recoger los pedazos de la historia y construir una nueva era para su país.

María Elena Salinas es conductora del Noticiero Univision y autora del libro "Yo soy la hija de mi padre: Una vida sin secretos." http://www.mariaesalinas.com/esp/home.html

jueves, 21 de mayo de 2009

PERSPECTIVA PREOCUPANTE Y DISCURSO SORPRENDENTE

Se produjo al fin la visita del presidente electo a Caracas. No era sensato pensar que Funes postergaría por mucho tiempo este asunto. Tampoco era necesario hacer el viaje en este momento, sobre todo habiendo cancelado, por buenas razones, otras visitas que Funes tenía previsto realizar con anterioridad a su investidura presidencial.

Se especula que el encuentro de Funes con Chávez fue una exigencia del FMLN. Si este fuera el caso, no sería una decisión censurable. Al contrario, podría interpretarse como un sensato, comprensible y necesario ejercicio de mitigación de diferencias políticas, recelos, desconfianzas y conflictos entre el futuro presidente y el partido de gobierno. No habría problema, entonces, si la visita de Funes fuera sólo expresión de entendimientos políticos internos en el campo de las fuerzas que asumirán el poder el próximo 1 de junio. Pero, lamentablemente, lo más probable es que las cosas no sean tan sencillas o tan positivas.

Con una sola excepción relevante, los temas de la reunión de Caracas que trascendieron a la prensa se limitaron a intercambios normales en cualquier relación bilateral. Nadie puede objetar a Funes la intención de continuidad y el agradecimiento a Venezuela por la “operación Milagro” en el área de salud, o el inicio de su gestión para incrementar la exportación de productos agrícolas salvadoreños a Venezuela. Tampoco puede objetarse la idea de centralizar y hacer más transparente la importación de petróleo venezolano que hasta ahora se ha manejado con inquietante turbiedad y sesgo político por una corporación de municipalidades de nuestro país.

Más preocupante es el tema de la integración de El Salvador a la “Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América”, conocida como Alba. El presidente electo no comprometió su posición, pero abrió una puerta que permaneció cerrada en todos sus discursos y declaraciones de campaña. Alba es una iniciativa de oposición a los tratados de libre comercio impulsados por Estados Unidos, y es una iniciativa regional de confrontación política con ese país. Y ahora resulta que Funes “no la descarta” y que pide “analizarla sin prejuicios”, aunque mantiene el tenue compromiso de “desechar lo que sea nocivo para el país”.

Así vamos, pasito a pasito, poco a poco. Y esto recién comienza o, mejor dicho, todavía no comienza. El tiempo terminará poniendo todas las cosas en su sitio, pero bien harían en poner sus barbas en remojo los que se han rasgado las vestiduras con alardes de indignación, argumentando que todas las advertencias de peligrosa vinculación de un gobierno del FMLN con el régimen de Chávez eran puros inventos o campañas mediáticas de la derecha.

En este sentido, la perspectiva más preocupante, sobre todo a la luz de los innegables problemas de caja y de déficit fiscal que enfrentará el gobierno de Funes, es la tentación de recurrir al financiamiento de Chávez. Los medios de prensa no dan cuenta de que éste haya sido un tema abordado en la reunión de Caracas, pero los antecedentes están a la vista. Para muestra, un botón: Argentina optó por este recurso financiero en tiempos de Néstor, y en sólo tres años, con el complaciente concurso de Cristina, Chávez ha comprado ya la friolera de $7,800,000,000 (sí, siete mil ochocientos millones de dólares) en bonos soberanos de Argentina. Sobra resaltar el poder y la influencia que ahora tiene Chávez en toda la gestión del gobierno argentino.

En una situación tan precaria de las finanzas públicas, con problemas inmediatos para pagar salarios, para pagar a proveedores del gobierno, para mantener el gasto social y para realizar algunas obras de infraestructura, no nos resulta muy difícil imaginar a Ramiro, a Orestes, a Norma, a Sigfrido y a otros personajes preguntando a “Mauricio” si se ahorcará en la soga imperialista y neoliberal del Fondo Monetario o aceptará la solidaria, generosa y desinteresada ayuda financiera del Comandante Hugo Chávez.

A la luz de tan preocupante perspectiva, nos hemos quedado rumiando el sorprendente discurso de Funes en Miraflores. ¿En qué habrá estado pensando cuando le dijo a Chávez que saludaba con fervor y entusiasmo el proceso de transformaciones que lleva a cabo su gobierno? ¿En qué estaría pensando cuando habló del “liderazgo indiscutible” de Chávez? El respeto y la amabilidad protocolaria son siempre encomiables, pero muy malos tiempos nos esperan si en realidad nuestro futuro presidente ve con “fervor y entusiasmo” las transformaciones de Chávez. Peor aún si realmente le parece “indiscutible” un liderazgo basado en la prepotencia, el militarismo, la intimidación de la oposición y el cierre de medios de comunicación.

Salvador Samayoa

NI IGNORANTES NI FANÁTICOS EN CARGOS PÚBLICOS

El problema tanto de los ignorantes, como del fanático, es que no hay argumentos

Es imposible, o al menos muy difícil, disimular la ignorancia, aunque todos los seres humanos, como dijo Sócrates, sólo sabemos que no sabemos nada. Sin embargo aunque un físico eminente sea un total ignorante sobre la cultura tibetana, la biología de las ranas o un millón de otros conocimientos, la madurez y autoridad intelectual que le da su preeminencia en una ciencia le concede una aura especial además de organizarle su cabeza. Para el sabio en algo, aprender otras cosas le toma una fracción del tiempo que requiere el ignorante, lo que se debe considerar al integrar un gabinete de gobierno.

A lo anterior hay que agregar dos advertencias clásicas: no hay peor sordo que el que no quiere oír ni ciego que el que no quiere ver. Es la sordera del Talibán, la ceguera del ideólogo y la insensibilidad del que odia. Es lo que caracteriza al individuo que se cree en posesión de la verdad absoluta, el que primordialmente mira hacia dentro y no hacia fuera. Es el problema de los mesiánicos y los que se suponen ungidos por Dios para dirigir a la humanidad.

Al escoger su gabinete, el Presidente electo debe cuidarse mucho de no caer en la trampa de los que creen haber encontrado la pomada mágica para los males que aquejan a nuestro pobre país.

Como señalamos ayer, la inmensa complejidad de las sociedades contemporáneas en lo social, lo económico, lo cultural, los intercambios y relaciones entre sí, demanda que las personas en cuyas manos se colocan responsabilidades públicas tengan conocimiento, sensatez, objetividad y además humildad. Esos funcionarios tienen la tarea, y la obligación, tanto de buscar respuestas sensatas a planteamientos, como de promover lo mejor para las partes involucradas.

La función pública no da lugar para revanchismos ni menos para emprender cacerías contra gentes y grupos que cumplen con la ley. Aunque se dan muchos casos de individuos que prosperan en ilícitos, esos siempre son la minoría.

Los sordos y ciegos ahuyentan inversión
Es importantísimo, además, una cuestión casi de supervivencia institucional, que los cargos públicos sean desempeñados por personas que ya saben, que tienen capacidad, pero que además saben que no lo saben todo. Y al saber que no lo saben todo, deben estar dispuestos a aprender de la gente y los sectores que los buscan.

El problema tanto de los ignorantes, como del fanático, es que no hay argumentos capaces de penetrar su sólido y granítico desconocimiento. Ese problema se presenta con frecuencia en las discusiones de representantes del sector productivo con políticos de izquierda: hay temas que simplemente no se entienden, como uno simple sobre los costos de producción o las dificultades para conseguir financiamientos.

Tampoco se logra persuadir respecto a la necesidad de cambiar de manera permanente tecnologías y sistemas, lo que demanda adicionales inversiones, más capacitación y, asimismo, prescindir de contratos e incorporar nuevo personal.

La fábrica "explotadora" del modelo marxista dejó de existir hace más de siglo y medio y fue reemplazada por operaciones de ensamblaje que se nutren de cientos de otras empresas del mundo entero. Por eso es vitalmente necesario que las autoridades hablen el lenguaje y estén al día con lo que pasa en el mundo económico. Se puede honrar y premiar a las momias políticas, pero nunca colocarlas donde sus traspiés e ignorancia destruyan riqueza y ahuyenten inversión.


Editorial de El Diario de Hoy

¿GOBERNAR CON EL PUEBLO O CON EL PARTIDO?

"La orden que emite el pueblo (....) es clara y terminante. Una persona física, y no una idea abstracta o un «partido» genérico, fue «delegada» --por ese pueblo-- para ejercer un poder. La orden popular que definió ese poder físico y personal incluyó, por supuesto, la necesidad de transformar integralmente el país".

¿De quién es este lenguaje enredado y pretensioso?
¿Dagoberto Gutiérrez, líder de la Tendencia Revolucionaria?
¿Mauricio Funes, presidente electo?
¿Alexander Segovia, de Amigos de Mauricio Funes?
¿William Huezo, sindicalista?

Cualquier respuesta que escoja es equivocada. La frase es de Norberto Ceresole, en su libro "Caudillo, ejército, pueblo. La Venezuela del presidente Chávez". No está hablando de Funes, sino de Hugo Chávez, y de elecciones de 1998 que lo llevaron al poder...

Ceresole, un oscuro teorético antisemita y fascista de Argentina, asesor de los golpistas "carapintadas", fue uno de los más influyentes mentores del teniente coronel Hugo Chávez en su camino de golpista a presidente.

Ceresole es donde los extremos de derecha e izquierda se fusionan. Teórico del caudillismo. Discurso anti-partido, desprecio a la democracia representativa. Idolatría al "pueblo". Antisemitismo. Por eso no es nada extraño que este hombre haya sido militante de los Montoneros, vocero de Juan Domingo Perón, consejero de los oficiales "carapintadas" del golpe contra Raúl Alfonsín, y mentor de Hugo Chávez.

El hombre ya murió. Pero algunas de sus ideas vuelven a surgir donde menos se espera. Por ejemplo en El Salvador, donde mucha gente con trayectoria progresista y democrática de repente abraza la idea de un presidente que gobierne "con el pueblo" y contra "la partidocracia". Si fuera necesario, incluso contra el partido que lo llevó al poder. De repente mucha gente sostiene que "el pueblo" le dio el mandato de gobernar al señor Funes, no al FMLN, cuya bandera marcaron los votantes.

Me parece absolutamente normal que este partido, que luego de décadas de ejercer la oposición ganó las elecciones del 15 de marzo del 2009, ahora quiere gobernar. El hecho que el partido haya tomado la decisión acertada de lanzar a un candidato "externo" no significa, por nada, que el partido no va a gobernar. Significa, tal vez, que el gobierno del FMLN será abierto, inclusivo, reflejando sus alianzas.

Del hecho, un candidato "externo", no se puede deducir que el mandato que resulta de esas elecciones es del señor Funes, a título personal, y que gobierno "con el pueblo" y no con el partido, es absurdo. O mentiroso.

El gobierno que va a asumir el 1 de junio --independiente de la cuota de ministros que provienen del círculo interno del FMLN-- será el gobierno del FMLN, presidido por el señor Funes. Incluso en el caso hipotético que ninguno de los ministros fuera orgánicamente del FMLN, sigue siendo el gobierno del FMLN. Y este partido tendrá que asumir plena responsabilidad política por la actuación de este gobierno. Los gobiernos y los gabinetes no son expresión de la voluntad de un señor presidente, sino resultado de la correlación de fuerzas y de un acuerdo político entre partido, presidente y aliados.

Además, el hecho que los ministros no sean "de establo", no es nada nuevo. La mayoría de los ministros en los gabinetes de Cristiani, Calderón Sol, Flores y Saca no provinieron de las filas partidarias, y nadie ha puesto en duda que esos cuatro gobiernos hayan sido de ARENA.

No estoy diciendo que la relación presidente-partido es exenta a contradicciones, pleitos, mediciones de fuerza. Claro que sí. En estos días somos testigos de un pleito sobre la repartición del poder. Que por cierto, lo está ganando el FMLN, que está consiguiendo exactamente lo que quería (el control de las carteras que tienen que ver con el control sobre la ciudadanía y con las posibilidades de organización territorial), y por otra parte está cediendo a los amigos de Funes precisamente lo que como partido nunca pretendían asumir (el manejo de la economía y de la construcción de la gobernabilidad frente a la empresa privada).

De esta manera, la conformación del gobierno cumplirá dos objetivos importantes: calmarle los nervios a la empresa privada y al mismo tiempo a la militancia del Frente y del movimiento popular. Esta complicada tarea de sostener la viabilidad del "gobierno del cambio" no estará a cargo de un presidente-caudillo que "gobierna con el pueblo", como muchos lo quieren proyectar demagógicamente. Será más bien sujeto de una permanente negociación entre presidente y cúpula partidaria.

Posiblemente con una lógica de confrontación y concertación interna. Posiblemente correspondiendo a conflictos internos dentro del FMLN sobre el rumbo. Posiblemente manejable, posiblemente tendiente a ruptura.

Paolo Lüers
Periodista de origen alemán y editor de Siguiente Página.

miércoles, 20 de mayo de 2009

ORDEN Y AUSTERIDAD SON INDISPENSABLES

Las exigencias de la coyuntura actual no dan para atrincheramientos, populismos ni improvisaciones peligrosas, ni tampoco para ningún tipo de guerra partidaria.

En un momento de grandes dificultades financieras, el gasto público se ha incrementado en el primer trimestre del año. El nuevo Gobierno recibirá arcas prácticamente vacías, y con compromisos apremiantes, derivados en buena medida de sus compromisos de campaña. En tales condiciones, se hace imperativo no solo redefinir el gasto presupuestario, de lo que ya se está hablando con insistencia, sino también adecuar el programa de cumplimiento posible de ofrecimientos electorales a la realidad fiscal del país, de lo que aún no se habla. Es momento, pues, para entrar en una vía de orden con austeridad, en la que se privilegie decididamente lo esencial sobre lo que pudiera ser superfluo o aplazable sin mayores perjuicios.

Se está hablando también de un pacto fiscal, que es un tema que, de diversas maneras, viene ya rodando en el ambiente desde hace tiempo. Y, desde luego, dadas las condiciones del fenómeno económico tanto nacional como internacional, se afirma que esto no implicará aumento de impuestos.

Al comienzo de la Administración Saca hubo un esfuerzo importante en dicha dirección, que quedó inconcluso. Por ahí podría ir la línea en estos momentos, lo cual se vuelve más verosímil por el acercamiento público que tiene el ministro de Hacienda que renunció cuando su apuesta fiscal fue dejada a medias con los personeros económicos del Gobierno entrante.

En todo caso, ante una situación financiera y fiscal tan complicada como la que se tiene, será inevitable tomar medidas que no sólo enfrenten las emergencias de la crisis sino que apunten hacia lo más estructural de la problemática. Actuar bien en ambas direcciones es crucial.

La sensatez es la clave

Las distintas señales que vienen sucediéndose en el ambiente desde que se conocieron los resultados de la elección presidencial dan un buen margen para confiar en que, ya en el ejercicio de la responsabilidad gubernamental, la nueva Administración actuará con la sensatez realista que las circunstancias reclaman.

En realidad, cuando hay una crisis de las dimensiones y efectos de ésta, no hay espacio disponible para salirse del realismo que impone la situación; y, en ese sentido, las posibilidades de entendimientos razonables entre fuerzas e intereses diferentes ganan terreno, más allá de los prejuicios y los recelos ideológicos o sectoriales.

Precisamente las condiciones en que nos movemos hacen que se enfatice una verdad que es propia del sano ejercicio de la democracia: a todos nos conviene que los gobiernos tengan éxito, independientemente de las simpatías partidarias y de las ideas que se profesen. La democracia, cuando es bien vivida y ha alcanzado una significativa madurez, se va volviendo cada vez más transideológica; y esto lo vemos de manera patente en las democracias más desarrolladas del mundo.

Las exigencias de la coyuntura actual no dan para atrincheramientos, populismos ni improvisaciones peligrosas, ni tampoco para ningún tipo de guerra partidaria. Por el contrario, estamos en la hora de la armonía forzosa, que, de ser manejada inteligentemente por todos, asegurará las bases nacionales del futuro.

EDITORIAL DE LA PRENSA GRÁFICA

NÓMBRESE EN EL GABINETE GENTE CAPAZ Y EXPERIMENTADA

Designar ministros y viceministros, presidentes de autónomas, colaboradores cercanos y funcionarios claves es asunto harto difícil que envía señales tanto a la ciudadanía como a inversores

En lo posible un gabinete se debe integrar con las personas más capaces que estén dispuestas a servir a su país, no a partir de cuotas partidistas, o por presión de grupos de amigos y menos por compromisos con donantes a una campaña política, lo que equivale a vender ministerios y direcciones. Cada funcionario maneja presupuestos y bienes públicos, por lo que su idoneidad, su trayectoria profesional, su experiencia en el particular campo que le tocará administrar, su sensatez y su honestidad deben prevalecer sobre cualquier otra consideración.

Designar ministros y viceministros, presidentes de autónomas, colaboradores cercanos y funcionarios claves es asunto harto difícil que envía señales tanto a la ciudadanía como a inversores y emprendedores. Como se ha venido mencionando, lo que diga y haga un gobierno se refleja de inmediato en números y en dinero y afecta en una u otra forma el empleo y el bienestar de la gente.

Un país que a costa de enormes sacrificios comenzó a incorporarse al Segundo Mundo, el mundo de la renta media, no puede darse el lujo de nombrar ministros y funcionarios siguiendo la lógica de las piñatas a las que se invita sólo a favoritos.

Es útil recordar lo que fue práctica desde la caída del dictador Martínez hasta el cuartelazo de 1979: nominalmente el poder se concentraba en manos de estamentos militares, pero las designaciones ministeriales se hicieron buscando a las personas más capaces que se lograra reclutar, las que siempre fueron civiles.

Los pastelitos repartidos entre militares eran unas cuantas embajadas, la dirección de ANTEL, los puertos y direcciones como las aduanas. Gracias a ello y al hecho de que los civiles nombrados eran responsables de sus decisiones y actos, las cosas se manejaron con una medida de eficiencia y honestidad. Nadie recuerda que un civil o un militar en esos tiempos haya amasado fortuna a su paso por el poder.

No hay respuestas simples a problemas complejos
La situación cambió al llegar al poder los golpistas del 79: a partir de ese momento los cargos oficiales deslumbraban por mediocres y por la gran presencia de sinvergüenzas que acarrearon con lo que pudieron. Ser miembro del partido o allegado personal del presidente era la credencial para optar por cargos públicos; el resultado fue que al perder los duartistas las elecciones en 1989, varios funcionarios se refugiaron en Brasil o volvieron al país hasta que prescribió el tiempo para procesarlos.

ARENA ha tenido el acierto de nombrar como funcionarios clave, en una mayoría de casos, a personas de probadas capacidades en los campos donde fungieron. Se reconoció que la complejidad de la producción y la prestación de servicios en nuestro país y en el entorno internacional, demanda saberes especializados y una buena dosis de experiencia.

El mundo nunca fue ni fácil ni simple, por lo que no es posible estructurar políticas ni dar forma a programas sin contar no sólo con los conocimientos propios de cada campo, sino también estar en sintonía con la compleja dinámica de la producción, el intercambio y los mercados.

Se dice que cada veinte años se duplica todo el saber de la humanidad, por lo que pretender que desde un escritorio de ministro se va a regular la manera en que se produce y se intercambia, es quimérico, propio de ilusos. No es comida de hocicones ni es justo para nuestro país.


EDITORIAL DE EL DIARIO DE HOY

LA TRANSICIÓN POLÍTICA

En las últimas semanas, la agenda política ha sido intensa y preocupante. Las diferencias entre el FMLN y el Presidente electo han aflorado más rápido de lo que podíamos haber previsto. Si bien es natural que el partido reclame la presencia de algunos de sus militantes en el Ejecutivo, habría sido conveniente que tal petición --por no llamarle exigencia-- se hubiera discutido en privado, sobre todo porque existen buenos elementos, como el caso de Hugo Martínez, que claramente representan la capacidad técnica para el desempeño de un cargo en el gabinete de gobierno.

Asimismo las noticias sobre el estado de las finanzas públicas, hacen prever un aflictivo inicio del quinquenio Funes, no sólo por las medidas que tendrá que tomar con urgencia el Presidente para hacer frente a las obligaciones que ya tiene con proveedores, organismos financieros internacionales, empleados públicos y con el pueblo en general para cumplir con sus ofertas electorales, sino porque está claro que el nuevo mandatario posiblemente busque culpables sobre la deteriorada situación fiscal del país, lo que le puede llevar a serios enfrentamientos con funcionarios del gobierno saliente y a una pérdida de tiempo como sucedió con Bolaños en Nicaragua.

Mientras tanto en ARENA siguen los vientos de cambio. Sin embargo, la noticia acerca de la elección "secreta" del jefe de fracción, revela que algunos están queriendo hacer en la Asamblea lo que no pudieron hacer en las primarias del partido. Un tema es la elección del candidato presidencial de un partido, que debe responder a las expectativas de los votantes y otra, muy distinta, es la designación del coordinador del grupo parlamentario, que entre otras cosas, debe tener una probada afinidad con las autoridades del COENA, pues constituye una pieza fundamental en el trabajo coordinado entre la cúpula y la fracción.

Esperemos que gane la cordura y la clara visión de lo que el partido de oposición necesita para enfrentar los retos en los años venideros. El revanchismo legislativo tampoco es buena receta, pues la "lealtad" de ARENA frente al FMLN, debe tener como objetivo último el bienestar de los ciudadanos.

Chile tiene gobernabilidad porque existe una "oposición leal", ese es su gran activo político. Por tanto querer imponer un "bloque de derecha" para limitar la acción del gobierno de turno, puede significar principalmente para Alianza Republicana más que para el PCN y el PDC, un deterioro en su imagen de cara a las próximas elecciones del año 2012.

Para el sector empresarial la transición también ha llegado. Las gremiales empresariales deben prepararse, ahora sí, para persuadir más que para pedir y para dicho propósito, deben construir una relación con el nuevo gobierno basada en la credibilidad y objetividad de sus propuestas. Esto significa que si bien y de manera legítima, las organizaciones empresariales deben seguir representando los intereses de sus socios, no pueden descuidar el interés general y por tanto, agendas estratégicas como la de Enade y su participación en las instituciones autónomas, comisiones tripartitas y entes reguladores, se hace hoy más que nunca un imperativo insoslayable que debe ser respetado por el Presidente electo y sus ministros de Estado. La mayoría de empresarios está consciente que la coyuntura internacional exige negociaciones claras para equilibrar los ingresos estatales, combatir la narcoactividad y la inseguridad pública, incrementar el desarrollo social y combatir la corrupción y eso es clave para un acuerdo nacional.

De relevante importancia es también la institucionalización del diálogo social por parte del nuevo gobierno. Hasta ahora lo que hemos tenido son "ejercicios de consenso" mediante comisiones temporales en las que han participado la mayoría de actores relevantes en el espectro político, social, académico y empresarial.

Mauricio Funes tiene la oportunidad de abrir canales permanentes de comunicación entre la sociedad civil y el Órgano Ejecutivo. La discusión acerca de una entidad en la que participen consumidores, trabajadores, empresarios, intelectuales, académicos, entre otros actores, presidida por alguien con una clara visión de país y con la ausencia de representantes del gobierno para evitar conflictos de interés entre las necesidades económicas y sociales que se identifiquen por parte de los involucrados y la agenda gubernamental, pero sí con un claro apoyo financiero para su sostenimiento, debe ser tomado en cuenta en las discusiones que se están llevando a cabo por parte del equipo que tiene asignada la tarea de presentar políticas públicas al Presidente de la República a partir del 1º de junio.

En medio de toda esta vorágine se pierde lo más importante: el respeto a la institucionalidad. Es importante la elección de los ministros, la recaudación fiscal, y la renovación en ARENA. Pero lo es mucho más la elección de los funcionarios de segundo grado, la ratificación de reformas constitucionales, la aprobación de leyes que nos permitan transparentar la función pública y evitar robos y despilfarros, así como la implementación de una vez por todas de la reforma política.

Sin todo ello, podremos tener a los mejores funcionarios en el gabinete y a una derecha consciente de la modernización que necesita, pero mientras tanto, las instituciones con las que los partidos y sobre todo, los ciudadanos debemos lidiar a diario, seguirán respondiendo a agendas políticas debilitando el Estado de Derecho y presentándonos en el exterior, como un país en el que con unos dólares más, se puede conseguir justicia al mejor postor.

Luis Mario Rodríguez
Abogado de la República, con maestrías en Ciencia Política y Derecho Empresarial.

martes, 19 de mayo de 2009

DIFERENCIAS

El FMLN y Mauricio Funes han terminado por admitir lo evidente: que tienen diferencia de criterios. La existencia de tales diferendos no solo es completamente normal sino que, además, es un signo positivo en cuanto a la vitalidad de una relación política determinada por coincidencias generales y enfoques particulares no siempre ni necesariamente comunes. El problema es que el afán por ocultar las divergencias produjo un margen de ambigüedades y silencios desconcertantes.

En una entrevista publicada recientemente por el periódico digital Contrapunto, el dirigente efemelenista Roberto Lorenzana asegura que, aunque Mauricio Funes se afilió formalmente al FMLN, es más bien un aliado del partido. Esta es una afirmación muy reveladora en la medida en que entendemos que mientras la militancia supone unidad ideológica, la alianza solo exige alguna coincidencia política. O como lo diría Dagoberto Gutiérrez: solo hay unidad entre iguales; solo hay alianza entre diferentes.

Pero, en esa entrevista, Roberto Lorenzana señala algo todavía más revelador en cuanto a la relación entre el FMLN y el presidente electo: “Es una alianza positiva, pero que debió delinear muchas cosas previamente y no lo hizo. Los niveles de confianza y de buena fe se impusieron siempre de manera recíproca. Muchas reglas del juego que debieron construirse antes, se están construyendo hasta ahora”.

La ausencia de delimitaciones claras y precisas, en cualquier asociación de la naturaleza que sea, origina desencuentros, impone aventuradas improvisaciones y, lo más grave, instala en el horizonte de la sociedad en cuestión el riesgo latente de la ruptura. Por supuesto que ese riesgo no constituye una fatalidad, y que es perfectamente conjurable mediante una prudente administración de los diferendos. Pero ante todo es preciso reconocer la existencia de una falla de origen como fuente de las dificultades, y una vez reconocido esto dejar de avanzar a tientas y ciegas y poner por fin en claro las reglas del juego.

No se trata entonces de buenas o de malas intenciones, ni de “oscuras conspiraciones de perversas fuerzas externas”; se trata más bien de principios claros y de la aplicación de métodos correctos o incorrectos en la construcción de una alianza política a la que, por definición, no puede ni debe exigírsele el mismo comportamiento que, por ejemplo, a la unidad ideológica. Y, sin embargo, es precisamente esto último lo que ha estado ocurriendo en algunos sectores de izquierda que han comenzado a manifestar desconfianzas anticipadas ante el futuro gobierno.

De hecho, en las últimas semanas, esos sectores han desatado un furibundo ataque contra la cabeza del grupo denominado “Amigos de Mauricio Funes”, sin advertir que estos no son militantes del FMLN ni están obligados a actuar como si lo fueran. Son aliados con diversidad de trayectorias y de intereses y, como agrupamiento, constituyen una parte fundamental del capital político del presidente electo. En consecuencia, al golpear a aquellos inevitablemente golpean a este. El desenlace de una situación semejante, si persiste, es perfectamente previsible.

El estratega político que explica su fracaso alegando que no se firmó antes un protocolo de entendimiento entre las partes se encuentra en la misma situación que el jefe militar capturado que le dice a su enemigo: “Si yo hubiera tenido balas esto no hubiera ocurrido jamás”, y el captor le responde: “¿Y quién le ha dicho a usted que puede venir sin balas a una guerra?” Es decir, lo que ahora aparece como causa principal de un desencuentro entre el FMLN y Mauricio Funes, las cuotas en el gabinete de gobierno, en realidad solo es una de las consecuencias, y no de las más relevantes por cierto, de aquella falla de origen que ya se ha señalado. Es ahí donde está el problema y su posible solución.

Escrito por Geovani Galeas/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

CARTA A HUGO CHÁVEZ, PRESIDENTE DE VENEZUELA

¡Estimado compañero comandante Hugo!¡Que buena onda que al final venís a El Salvador para apoyar al cambio! Entiendo por qué decidiste no venir en octubre del 2008 a la cumbre latinoamericana en San Salvador. Pues, estábamos en plena campaña electoral y no querías perjudicar al candidato Mauricio Funes, quien en estos días estaba haciendo un gran esfuerzo de desvincularse de tu revolución bolivariana, tu ALBA petrolera y de tu socialismo del siglo 21.

Entendemos este gesto de solidaridad y este enorme sacrificio. ¡Para no enturbiarle las aguas al pobre Funes, perdiste una cumbre con todas sus cámaras! Los revolucionarios salvadoreños te lo van a agradecer.

Pero hoy que el FMLN ganó las elecciones, Funes tal vez siga un rato más haciéndose el maje, pero vos no. ¿A título de qué no vas a venir a la gran fiesta popular del 1 de junio? Queremos que hablés en el estadio. Queremos que hablés claro. Que hablés del rumbo de América Latina. Del socialismo. Del poder popular.

Hoy salió la noticia que Funes te va a visitar antes del 1 de junio. Ya era tiempo. Sólo una cosa te pedimos: No te dejes amedrentar. Si alguien te pide que llegés aquí para estar callado, ¡mándalo al carajo como mandaste al carajo al rey de España! ¡Nadie calla al comandante Chávez!Queremos verte y escucharte, comandante.

Te saludo, Paolo Lüers

SOÑEMOS EN GRANDE

Las próximas dos semanas serán muy importantes para definir los márgenes y restricciones de acción que tendrá el nuevo Gobierno, que toma posesión el 1.º de junio, y probablemente definirá el tono político que imperará en el país en los próximos tres años. La madurez de los institutos políticos para dimensionar la crisis que vivimos los salvadoreños y la capacidad que tengan de ponerse de acuerdo para pasar toda la legislación que requiere el país, comenzará a dibujar el resultado electoral de 2012.

La Asamblea Legislativa en general y los partidos políticos en particular tienen la gran responsabilidad de poder distinguir entre sus intereses partidarios y los intereses del pueblo salvadoreño. La elección del fiscal general, la elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y todas las medidas que se están consensuando entre el presidente Saca y el presidente electo, Mauricio Funes, es fundamental que se puedan aprobar en las próximas dos plenarias.

El Salvador, al igual que todos los países del mundo, está siendo muy afectado por la crisis económica; hay que tomar una serie de medidas de carácter legislativo para enfrentar dicha crisis y evitar que más salvadoreños caigan en la pobreza y la desesperanza. Este es un problema ético fundamental y una obligación de aquellos que han sido elegidos para atender las necesidades de los salvadoreños.

Pero El Salvador también está sumergido en una profunda crisis política y de falta de liderazgo político. Aquel llamado que se ha hecho desde hace muchos meses sobre la necesidad que tenemos los salvadoreños de unirnos para enfrentar la crítica situación que nos afecta es una realidad cada día más visible y apremiante.

La única forma como vamos a poder salir medianamente bien librados de la crisis mundial es si ARENA, FMLN, PCN, PDC, CD, políticos en general, empresarios, banqueros, funcionarios del Gobierno saliente, funcionarios del Gobierno entrante, trabajadores, campesinos, profesionales, en fin, si todos los salvadoreños aportamos nuestros mejores esfuerzos y si ponemos nuestras posiciones en la sociedad al servicio de todos y especialmente de los más pobres.

Quisiera soñar con que es posible que ARENA defina su liderazgo esta semana que comienza y que pueda ponerse de acuerdo con el FMLN para elegir a los mejores funcionarios de segundo grado de la historia de El Salvador. Quisiera soñar con que ARENA y el FMLN puedan ponerse de acuerdo sobre la estructuración de la deuda pública que el país necesita y la aprobación de los préstamos nuevos. Quisiera soñar con que el presidente Funes y el FMLN se puedan poner de acuerdo sobre el mejor gabinete y el mejor programa de gobierno para beneficio de todos los salvadoreños.

En fin, quisiera soñar con que los políticos y la sociedad salvadoreña podamos madurar aceleradamente en las próximas dos semanas y en los siguientes tres años, para evitar que las discrepancias político-ideológicas y las desconfianzas generadas a través de los últimos 40 años nos hundan en una gran crisis y eviten que podamos aprovechar las oportunidades que la crisis nos proporciona para hacer de El Salvador un país más justo y en el que todos nos sintamos orgullosos de llamarnos hijos de esta tierra que tanto amamos.


Escrito por Luis Membreño/ economista

"QUE NO COMPROMETA AL PAÍS"

El que Mauricio Funes considere incluir al país a Petrocaribe no parece ser un pecado capital para el analista político, Kirio Waldo Salgado.

"Todo lo que sea logro para El Salvador sin que represente sometimiento geopolíticos, está bien", dijo.

"El problemas son las adhesiones geopolíticas que Chávez están pretendiendo y que harían quedar al país bajo un perfil confrontativo y que es enemigo de los Estados Unidos", dijo el analista. Para otros analistas como Joaquín Samayoa, "hay que ver si es solo una visita entre Estados" o si detrás de la diplomacia se asuman compromisos.

Según Samayoa, la visita de Funes a Venezuela podría representar el inicio de una presencia constante en los asuntos internos del país similar a lo que han hecho con países como Nicaragua y Bolivia.

Samayoa se atreve a decir que la reunión con Chávez podría leerse como que los dirigentes del FMLN "le torcieron el brazo" y ahora quieren imponerle aquellas iniciativas por las que tanto insistieron cuando fueron oposición aunque Funes dijo ayer que "solo va a enterarse y no hay ninguna decisión tomada".

Sin embargo, Funes dijo ayer que no sólo está atendiendo a una reunión que quedó pendiente desde la cumbre de Las Américas que se realizó en Trinidad y Tobago el pasado abril.

"Voy justamente a enterarme, no hay una decisión al respecto", dijo Funes en torno a petróleo venezolano.

Salgado, no obstante, le da el beneficio de la duda al mandatario electo: "Tenemos que esperar que el señor Funes tenga buen juicio y no nos vaya a meter en más problemas", dijo el ex político.

"Tenemos que saber escoger a nuestras relaciones porque Chávez es un radical desorientado y tiene una agenda expansionista de la Revolución Bolivariana", dijo el analista político.

jueves, 14 de mayo de 2009

CRÍTICAS AL FMLN POR SÓLO PENSAR EN CARGOS

Dagoberto Gutiérrez cree que el partido debe meditar más en el "rumbo del país"

"Al FMLN parece interesarle el gabinete, pero no el rumbo. Hay que decir que la almendra de todo este período de transición es el rumbo político, es decir, para dónde va el gobierno, cuáles son sus horizontes y sus arranques y dentro de ese rango cuáles son los contenidos políticos fundamentales, ese es el rumbo".

Así opinó ayer el ex dirigente efemelenista Dagoberto Gutiérrez, durante una entrevista televisiva en Canal 12, en una clara crítica a las recientes exigencias y presiones que ha hecho la dirigencia del FMLN y grupos afines al presidente electo, Mauricio Funes, por los cargos en el futuro gabinete.

Gutiérrez, quien ha sido un férreo crítico de las actuaciones del partido de izquierda, ve que "hay un diferendo entre el FMLN y Mauricio Funes, pero ese diferendo no es político", consideró.

El analista vituperó el comportamiento de la cúpula roja, porque a su juicio, están viendo las plazas en el gabinete como "un botín", por el cual están más preocupados los efemelenistas que por el rumbo del país.

Si bien Gutiérrez opina que "el gabinete sirve a un rumbo", ya que ejercerá "el poder real", esto no debe distraer el cumplimiento de las promesas que le hicieron al pueblo.
"El FMLN no ha dicho una sola palabra sobre el rumbo, y si lo ha dicho, es posible que lo ha hecho, ha de ser muy en secreto o muy en privado; es bueno que hablen algo sobre el rumbo, si no se les oye nada sobre el rumbo, entonces, se trata de una distribución de botín y la pelea es sobre cargos. El FMLN no debe fundirse en el gobierno, no debe ser el gobierno; no debe convertir el aparato del Estado en el botín", reprobó Gutiérrez, quien advierte que Funes podría gobernar sin partido.

martes, 12 de mayo de 2009

LOS LOCOS ANDAN SUELTOS

"La democracia revolucionaria será el inicio de la ruptura radical con el Estado actual y el orden establecido”.

“Bajo un nuevo Estado revolucionario y con la participación efectiva de las organizaciones populares conscientes y correctamente dirigidas por su vanguardia revolucionaria, la socialización de los medios de producción deja de tomar formas capitalistas, pero solo al término de una larga lucha de clases, que resulta inevitable.”

“Por su parte, las izquierdas reformistas y socialdemócratas en el subcontinente, tan en boga hoy frente a la confusión ideológica y la alineación al “nuevo orden”: la economía de mercado o neo-capitalismo, están cayendo en la trampa que les ha tendido el poder económico: trabajar en las transformaciones sociales y políticas que le resuelvan los problemas colaterales al gran capital”.

No estamos citando a Lenin, aunque parece. Ni a nadie del Siglo 19. Las tres frases provienen de Oscar A. Fernández O., quien escribe en Contrapunto
www.contrapunto.com.sv un periódico digital cercano al proyecto político de Mauricio Funes. El mismo autor escribe para Colatino. En este vespertino www.diariocolatino.com --que desde unos 20 años difunde las posiciones del FMLN-- le dan oportunidad para escribir frases como: “Debemos garantizar que la izquierda, que se establece como una opción histórica de gobierno, asegure que la eventual reforma (o rediseño) de un sistema electoral transparente y apartidista, se inserte en el marco de una democracia de futuro superando los límites de la democracia representativa burguesa, formalista y de elites.” Para entender de qué diablos está hablando, vea arriba...

¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? Sí, pero no está sólo. Y no está, para nada, meando fuera del guacal. En una extensa entrevista
www.argenpress.info concedida al sitio de Web Argenpress, el diputado Sigfrido Reyes, vocero oficial del FMLN, dice:

“Hay experiencias novedosas en Nicaragua, en materia de democracia, impulsando mecanismos de participación ciudadana y de apertura en la gestión pública, que a nuestro juicio, vale la pena estudiar, porque son mecanismos que rompen con la tradicional democracia participativa y abren otros cauces a la democracia, una democracia más ciudadana, más de base, eso es, a nuestro juicio, algo muy interesante que está haciendo el Frente Sandinista y el gobierno”.

Son planteamientos que durante la pasada campaña electoral sólo se podía encontrar con esta claridad en el órgano oficial de Tendencia Revolucionaria (
www.tendenciarevolucionaria.org), dirigida por Dagoberto Gutiérrez, quien durante la guerra era el segundo de Schafik Handal al mando del Partido Comunista y sus Fuerzas Armadas de Liberación.

Dagoberto hoy es vicerrector de la Universidad Luterana y participa en debates televisivos como analista político independiente, y pocos saben que es el líder de Tendencia Revolucionaria, organización que ejerce influencia decisiva sobre el ala más radical y violenta del movimiento social. El planteamiento de Dagoberto Gutiérrez
www.tendenciarevolucionaria.org “Debe haber una nueva constitución donde el pueblo tenga derecho a ser consultado - aquí no tenes derecho vos, a ser consultado - debe incorporarse eso: plebiscito, referéndum, que es lo que ocurre en Venezuela donde a la gente se le consulta frecuentemente, porque lo manda la constitución, aquí no existe esto”.

En el sitio de la Tendencia Revolucionaria ya se ha abierto todo el debate sobre el tipo de democracia que, según este sector de la izquierda, debería construirse en El Salvador. Citamos de un artículo titulado “Democracia Liberal Burguesa o Democracia Popular”
www.tendenciarevolucionaria.org de Pablo Santiago en este sitio:“Venezuela, Ecuador y Bolivia son ejemplos de democracias populares, y de cómo estas se convierten en un vehículo al socialismo”.

“La democracia popular es incompatible con las constituciones liberales, la democracia popular debe crear su propia base legal. La constitución popular debe crear mecanismos de participación popular que permitan al pueblo ejercer su soberanía por encima de la gran propiedad, los monopolios y la ganancia ilimitada. Se hace necesaria una constitución popular debatida y votada por el pueblo, en un ámbito democrático. El pueblo debe decidir su destino, y este debe ser respetado por cualquier gobierno”.

“En la democracia popular, los medios de comunicación deben ser democratizados, estableciendo no solo medios estatales y privados, sino también medios sociales. Estos últimos deben garantizar la libre expresión de organizaciones sociales, políticas y culturales, sin discriminación ideológica o económica. Los medios privados deben existir, es cierto, pero regulados, sin monopolios. Esa es la esencia de la libertad de expresión y el acceso libre a la información en una democracia popular”.

Repito mi pregunta: ¿Deslices de un loco anclado en el pasado marxista-leninista? No. Para muestra de botón, veamos unos párrafos del programa de gobierno de Mauricio Funes y del FMLN:

“Potenciar el poder de decisión de la población.... Para ello se promoverán los cambios jurídicos y administrativos necesarios que faciliten la legalización y el respeto jurídico a las organizaciones ciudadanas...”

“Apertura de espacios y mecanismos de participación. La participación necesita que el Estado se transforme y establezca vínculos y procedimientos que facilitan la participación ciudadana...”

“Contribuir desde el Nuevo Gobierno democrático a inaugurar una etapa inédita en la que el pueblo pueda ... incidir responsable y decisoriamente en el rumbo y el destino del país, en su vida pública, en la definición, formulación y ejecución, monitoreo y evaluación de las políticas públicas y asegurar que los mandatarios cumplan con las misiones encomendadas por la ciudadanía...”

Definitivamente, la cosa es más seria que unos locos sueltos. Andan sueltos, pero es porque los responsables del manicomio les están abriendo las puertas.

Paolo Lüers

CRISTIANI DE NUEVO AL FRENTE

Alfredo Cristiani, el Presidente Cristiani, el Presidente de la paz está de nuevo al frente de su partido ARENA, y en el momento más difícil de éste. Después de 20 años como partido en el gobierno, ARENA pasa a ser el principal partido de la oposición, y es la primera vez que se halla de veras en ese trance, porque aunque técnicamente ya fue oposición entre 1981 y 1989, en aquellos años era oposición ascendente y hoy es oposición descendente. Desde luego, no es lo mismo, con el agregado de que a partir de ahora tendrá que empezar a vivir sin los oropeles perturbadores que acarrea el poder.

Los sucesivos gobiernos de ARENA fueron logrando cosas muy importantes para la modernización y el desarrollo del país. Desconocerlo, o, peor aún, negarlo, sería faltar gravemente a la seriedad del análisis y a la ponderación del juicio; pero iguales pecados se cometerían al no reconocer que 20 años de permanencia ininterrumpida en las alturas del poder son el caldo de cultivo de muchos vicios y hábitos desintegradores de la propia identidad. Y esto le pasa a cualquier partido en cualquier parte, en iguales circunstancias.

Los 20 años de ARENA a la cabeza de la institucionalidad nacional impidieron, paradójicamente, su institucionalización interna. Y así, como lo muestra con elocuencia el desconcierto por la derrota en la elección presidencial, dicho partido fue víctima de la creciente “presidencialización”, que hizo que en manos del Presidente de la República de turno se fuera concentrando progresivamente el poder partidario. Este es un vicio de subjetivismo proclive al predominio de las características de personalidad del que está a la cabeza de la conducción. Y eso acaba siendo un factor de grave debilitamiento estructural. Ahora, cuando ARENA ya no tendrá Presidente de la República, podrá, si asume su reto con valentía heroica, construir de veras sus tejidos internos.

No es de extrañar, entonces, que la única instancia disponible a la hora de las dificultades más desafiantes haya sido la de los ex Presidentes. Así se vio en 2003, cuando los resultados de las elecciones legislativas y locales auguraron un muy riesgoso reto para ARENA en las presidenciales de 2004. Aquel inquietante augurio estadístico disolvió el llamado “COENA empresarial”, sustituyó en los hechos la opción del candidato presidencial prácticamente designado por el Presidente Flores y abrió la puerta para construir una candidatura capaz de generar confianza fresca, como fue la de Tony Saca. Hay que decir que el Presidente Flores tuvo, en aquel momento, la oportuna disposición de deponer sus preferencias en función de los hechos reales.

En 2008, ARENA hubiera necesitado un susto como el de 2003 para reaccionar en concordancia con el reto de 2009, bastante más difícil que el de 2004. Esta vez, sin embargo, prevaleció la autocomplacencia y los resultados quedaron sellados de antemano. Al hecho más bien histórico de que el proceso ya estaba necesitando apremiantemente la alternancia se sumaron los errores estratégicos del partido gobernante.

ARENA tiene que reponerse para ser la oposición fuerte y desprejuiciada que debe ser, y así estar a la altura de los tiempos y salir revitalizado de esta prueba, como le conviene a sí mismo, al proceso y al partido que está pasando a ser de gobierno. Reponerse y recomponerse en serio. Cristiani puede hacer mucho en esa línea. Más que de su ejercicio como ex Presidente, su capital político deriva del liderazgo insospechado en la construcción de la paz, y sobre todo del manejo con mano maestra del poder militar de entonces, que tenía una fuerza que en aquellos momentos parecía inexpugnable. Esa fue obra de gran habilidad política, que aún no ha sido debidamente analizada y valorada.

El país requiere una derecha y una izquierda suficientemente estructuradas e institucionalizadas, para hacer viable la verdadera gobernabilidad. Hay que superar cuanto antes ese déficit, que ya pesa demasiado sobre el proceso. La tarea está ahí, es urgente y demanda fina y audaz inteligencia política por parte de todos.


Escrito por David Escobar Galindo/ Escritor

lunes, 11 de mayo de 2009

EL SALVADOR: EL COLMO MORAL Y ECONÓMICO DEL OLIGOPOLIO

Hay mucha gente que cree que el problema de los altos precios de las medicinas se va a resolver devolviéndoles el IVA a los que las produzcan y vendan. Esto no es cierto. Por supuesto, en esta manera sólo se cambia el bolsillo del que el ciudadano común saca el dinero para pagar los altísimos precios de las medicinas.

Supuestamente, los ciudadanos pagarían 13 por ciento menos por ellas —algo que habría que ver si es cierto—, pero dejarían de percibir una cantidad igual en servicios del gobierno, ya que éste no recibiría estos impuestos. Pero, además, el problema es mucho más que un 13 por ciento. La mayor parte de las medicinas vale más del 50 por ciento y con mucha frecuencia más del doble que en cualquier país vecino o no vecino, incluyendo países en los que las medicinas tienen IVA. Esto indica claramente que el problema no es el IVA.

Una diferencia tan grande con los precios que las mismas medicinas tienen en otros países, sólo puede provenir de una falta de competencia en el mercado, proveniente de una barrera artificial construida para que las medicinas no se puedan importar libremente. Esto no es economía de mercado. Si la importación libre de medicinas se permitiera, los precios de todos los productos bajarían inmediatamente, igualándose a los precios en el mercado más barato.

El problema radica en el Consejo de Salud Pública, una institución del Estado salvadoreño que se creó para asegurar la calidad de las medicinas que se venden en el país, pero que en la práctica se ha convertido en un instrumento que protege un oligopolio de empresas farmacéuticas que ha capturado el mercado salvadoreño.

Protegidas por esta institución, las empresas que controlan el mercado salvadoreño pueden cobrar lo que se les antoja por sus medicinas, ya que saben que el Consejo no permitirá que las medicinas de la competencia entren al país. El celo excesivo de esta institución en la protección de los intereses de las empresas y no del consumidor se manifiesta claramente en los obstáculos insalvables que impone para la importación libre de medicinas aprobadas por el mismo Consejo.

Si usted compra medicinas en Guatemala, en donde son mucho más baratas, y las trata de introducir al país se dará cuenta de que el Consejo no se lo permite, aunque la misma medicina y de la misma marca se venda en el país. El argumento que se da es que permitir la importación de estas medicinas violaría los contratos de representación otorgados por las mismas casas productoras, que no quieren que el distribuidor de Guatemala le quite negocio a El Salvador.

Pero el Consejo no fue creado para proteger estos arreglos sino para asegurar la calidad de los medicamentos, una función que no requiere proteger a ninguna empresa. Además, dar protección a estos arreglos entre distribuidores es ilegal, porque vender el mismo producto a diferentes precios en diferentes localidades viola la Ley de Competencia. Lo que el Consejo tiene que hacer es determinar si la marca X es de calidad, algo que puede hacer usando material generado en otros países con mejores laboratorios que los nuestros. Lo que no tiene que hacer porque no es su mandato y porque es ilegal es asegurarse de que sólo una empresa puede vender las medicinas X. Este tipo de abusos es lo que, cuando se permite, da mal nombre al capitalismo y a la empresa privada.

Este abuso ha sido siempre un obstáculo para el desarrollo de la salud en el país. Es el colmo de este abuso que ahora el Consejo de Salud Pública se niegue a aprobar la solicitud de una empresa para importar medicinas genéricas que curan la gripe H1N1. Como siempre, los pretextos que se dan para no otorgar el permiso son leguleyadas: que la papelería no se ha llenado bien, que falta un detallito, que la solicitud es muy vieja (por supuesto, ya que el Consejo no las aprueba), etc. Pero el Consejo aclaró que ya escogió a la empresa que puede importar y vender la medicina.

¿Por qué sólo a una empresa? ¿Por qué no a cuatro, o cinco, o diez, dado que el problema es tan grande? Por supuesto, si sólo una empresa importa, podrá poner los precios que quiera. Esto lo está condonando el Consejo aunque cada dólar de aumento o cada tratamiento no existente en el mercado represente vidas humanas perdidas.

Es realmente el colmo, no sólo económica sino también moralmente que el Consejo siga protegiendo a importadores existentes, cuando es indispensable que haya una oferta masiva de las medicinas en el país para poder enfrentar la pandemia.

El gobierno ya no puede ignorar este cáncer que obstaculiza el desarrollo de la salud en el país. Es hora de tornar las luces sobre este negocio tan oscuro y, en plena luz, eliminar los privilegios que obtienen algunas empresas bajo la protección de una institución del Estado.

Manuel Hinds
Ex Ministro de Hacienda de El Salvador

EL RIESGO DEL INMOVILISMO

Es posible que detrás de estas últimas posiciones haya una especie de resentimiento hacia el presidente Saca y su “grupo”, quien a juzgar por los mismos señalamientos, sigue aferrado al poder, haciendo más notorias las debilidades de un partido que todavía no se repone de la derrota. Sin embargo, lo verdaderamente relevante son las insinuaciones de que con la conformación de la directiva del Primer Órgano del Estado se está repitiendo la práctica de poner un blindaje contra cualquier intento de escudriñar el pasado.

Esta sensación se está extendiendo con una rapidez asombrosa, más allá de cualquier ideología. No son muy convincentes los argumentos de que la alianza de ARENA y los partidos minoritarios solo tenga el propósito de asegurar la gobernabilidad y evitar los excesos de la contraparte en el ejercicio del poder. Aun si ese fuera el caso, queda la duda sobre qué debemos entender por gobernabilidad y cómo nos convencen de que ese celo no tiene otro propósito que ocultar los propios pecados. Otra cosa distinta es la inconveniencia de entregarle todo el poder a un solo partido, independientemente del liderazgo aglutinador que necesita el país para superar la miríada de problemas que está confrontando.

Tampoco ayudan a despejar las dudas sobre las intenciones subyacentes en la integración de la Junta Directiva de la Asamblea las declaraciones de connotadas personalidades de ARENA, descalificando las opiniones de quienes se han atrevido a señalar el escaso significado que tienen –para quienes ya forman parte del bloque opositor– las falencias que exhibe nuestro incipiente proceso democrático, como lo ha denunciado insistentemente FUSADES.

Es más, el hecho de que la anterior legislatura haya orillado reformas constitucionales importantes para que fueran ratificadas en este período, como aquellas atinentes al sistema electoral y la Corte de Cuentas, solo refuerza la creencia casi generalizada del flaco favor que le están haciendo a la institucionalidad democrática, aquellos que se consideran campeones de la libertad.

La dilación en designar al fiscal general y los cinco magistrados de la Corte Suprema de Justicia tampoco ayuda a confiar en el papel que jugarán los partidos representados en la Asamblea, para contribuir a consolidar nuestras instituciones. De esto no parecen darse cuenta, pero la ciudadanía sí se percata del significado de esa actuación, lo mismo que de las canonjías que siguen disfrutando como el financiamiento de la deuda política y el gasto en seguridad, para ex diputados que pocos ciudadanos conocen, como no sea por su desteñida ejecutoria.

En el intento de discernir sobre la incidencia de ese comportamiento en el futuro del país, también hay que considerar las dudas razonables sobre la actitud del partido que nos gobernará a partir de junio. Y aunque este es un tema bastante trillado, lo peor que podríamos hacer es cruzarnos de brazos esperando la definición de la línea ortodoxa del FMLN. Las muestras de soberbia que algunos de sus dirigentes han dado últimamente y el arrebato de sus huestes al invadir el recinto legislativo no han pasado desapercibidos entre aquellos que creemos en el juego auténticamente democrático.

Y para concluir por donde comenzamos, debemos decir que al país tampoco le conviene que ARENA se pulverice. Más bien debe solidificarse y hacer desde la oposición un esfuerzo para contribuir a consolidar la democracia, mas no para debilitarla. A menos que ellos tengan un concepto diferente del sistema.


Escrito por Juan Héctor Vidal / Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

MAURICIO FUNES SE ESTÁ FAJANDO

Un día de estos me dediqué a hacer un ejercicio para comprender los hechos que rodean el FMLN. Analicé, casi palabra a palabra, un programa de radio en el que participó el vicepresidente electo Salvador Sánchez Cerén. Lo primero que detecté es que utiliza un lenguaje bastante particular y muy distante de cuanto está haciendo Mauricio Funes.

Habla de “ellos” y no de “nosotros”, como si no hubiese sido electo por el mismo partido político. Eso me resultó extraño. Y, por supuesto, hizo cobros interesantes como el hecho de que Funes, y sus amigos, no invitan a las autoridades del FMLN a algunas actividades.

Pero, lo más revelador es que aquellas eran las palabras de un hombre que no se siente integrado, ni pareciera formar parte, de un esfuerzo importante para configurar un nuevo gobierno. Para mí fue más que evidente, porque se trataba de un vicepresidente electo, que entre Funes y gente del FMLN existe un distanciamiento que se ha profundizado con los días. Algunos dicen que el problema es la conformación del gabinete. Hay quienes apuestan que el FMLN le estaría pidiendo hasta siete ministerios . Pero, hay rastros que permiten otras interpretaciones.

Por ejemplo, que las autoridades principales del FMLN no están del todo conformes con el papel que juegan algunos miembros prominentes de los “amigos de Mauricio”.

Hay, además, algo que inquieta más: percibo en Sánchez Cerén un recurrente mensaje en el que se recuerda que fueron electos por el pueblo y que a ese pueblo no se le debe traicionar. Habló de soluciones para el “pueblo” pero no explica cuáles deben ser, a su juicio, ese tipo de aspirinas.

Y si escuchamos al vicepresidente electo hablar de no traicionar al pueblo, debemos suponer que él creerá que algo así debe pasar o que, al menos, no se aplicarán las soluciones que él quisiera ver. Y si partimos que Funes expuso al país un programa de gobierno, entenderíamos que ahí se encuentran las soluciones y no en otros caminos que se quieran sacar de la manga.

En todo caso, tengo la impresión que Mauricio Funes, como buen boxeador, se está fajando contra muchas cosas a la vez.

Para empezar, debe ser consecuente con lo que dijo durante su campaña: que el será quien mande y que nadie le impondrá un gabinete. Quizá por eso es que asegura que él no necesita filtros para escoger a sus colaboradores principales. Y le sobran razones para decirlo. Funes adquirió compromisos públicos con el pueblo y todos los votantes.

La verdad es que deben dejarlo a él escoger a su gabinete porque, al fin y cabo, será Funes quien se jugará el pellejo durante el período de gobierno más difícil de al menos en los últimos 30 ó 40 años.

Y hay una retórica que comienza a usar el FMLN que no me gusta porque huele a dogma. Algunos dirigentes y diputados del FMLN han comenzado a decir que hay que impedir que Funes caiga en los caminos de la derecha. El propio vicepresidente Sánchez también lo manifestó en la radioemisora.

Con la dimensión de la crisis que tenemos al frente, al gobierno de Funes no le quedará más camino que escuchar todos los puntos de vista y tomar las decisiones más apropiadas después de hacer su propia síntesis. Ni el FMLN es dueño de la verdad ni los partidos de la derecha. Es evidente que a Funes no le quedará más camino que tomar todos los caminos que sean necesarios para sacar adelante a este país.

De donde vengan las soluciones no importa. Tampoco quién las parió. Lo que importa es que la medicina sirva en un momento en que debemos agarrarnos todos de la mano.

No se vale asumir, desde ahora, posiciones deslegimadoras como lo está haciendo el FMLN. El país es de todos, como siempre lo dijeron.



Lafitte Fernández
Periodista

viernes, 8 de mayo de 2009

EXIGENCIAS INACEPTABLES

Parece ser que el FMLN ha cambiado, a partir del 1 de mayo, su línea de semanas anteriores en relación con la configuración del nuevo gobierno. Hasta el viernes pasado los mensajes se movían entre la resignación, el despecho, el deslinde de responsabilidades y el cambio de táctica política.

Parecía que ante la determinación del futuro presidente de rechazar algunas pretensiones políticas o aspiraciones personales de dirigentes del partido, la decisión corporativa era decir: “Ni queríamos” entrar en el gobierno. Parecía como que comenzaban a desasociarse de la responsabilidad, de los costos y del previsible desgaste de un gobierno que los había decepcionado antes de iniciar su gestión.

Parecía, entonces, que comenzaba a perfilarse en el Frente un viraje consistente en reagrupar a sus cuadros en las trincheras de la Asamblea y a sus huestes en la calle para hacer valer todo su peso y su imprescindible concurso desde estas plataformas. Y parecía, además, que para esta apuesta contaban con un partido ARENA debilitado, dividido y, sobre todo, bajo control de personajes que facilitarían al Frente los entendimientos, negociaciones o negocios que considerara convenientes.

En esta lógica interpretamos la abrupta renuncia de Roberto Lorenzana al equipo de Funes, así como las increíbles explicaciones que ofreció el prominente diputado. En esta lógica interpretamos también las reiteradas y alambicadas afirmaciones de que el FMLN no sería un partido en el gobierno ni un partido de gobierno. Sólo les faltó decir: “…sino todo lo contrario”, para consumar la postura cantinflesca.

Si nos equivocamos, tendrán que disculparnos. En caso de error –poco probable– la causa sería la falta total de información atribuible a un presidente electo y a un partido político que decidieron en las últimas semanas clandestinizar sus discusiones, como si no fueran de importancia pública, olvidando por completo, desde antes de comenzar a gobernar, sus históricos reclamos y compromisos a favor de la transparencia y el derecho de información de los ciudadanos.

Volviendo al tema, parece que el FMLN ha cambiado su línea y su táctica política a partir del 1 de mayo. Habiendo fracasado la maniobra de cooptar –o comprar– diputados de otros partidos, en la peor tradición arenera, y configurar así un poder parlamentario dominante, ahora resulta y se constata, en declaraciones de varios dirigentes, que “siempre sí”, como dicen los mexicas, quieren participar de lleno en el gobierno, de preferencia asumiendo los cargos más altos e importantes. Ahora resulta que es necesario evitar que el gobierno se llene de “oportunistas”. Ahora resulta que no hay que hacer concesiones ni ceder posiciones. Ahora resulta que tendremos que examinar de nuevo, pero esta vez con lupa, la “unidad nacional” de la que tanto nos han hablado.

La noticia sería buena si sólo significara que el FMLN, pensándolo bien, ha decidido madurar y asumir sus responsabilidades entrando de lleno en el gobierno, con genuino respeto a la voluntad de los ciudadanos, como corresponde a cualquier partido que gana una elección. Si éste fuera el caso, no habría problema. Al contrario, sería una buena noticia, pero parece, lamentablemente, que los tiros van en otra dirección.

En cualquier caso, nadie le discute al Frente su derecho y su deber de participar con algún peso en el gobierno, pero lo que no puede hacer, porque sería inaceptable para una amplia mayoría de ciudadanos, es hacer exigencias al presidente electo desde el radicalismo, desde el clientelismo, desde cualquier enfoque “revolucionario” que se aparte del concepto de cambio que el candidato ofreció en la campaña, o desde cualquier pretensión de hegemonía partidaria sobre el conjunto de fuerzas económicas, políticas y sociales del país.

El FMLN parece, por las últimas declaraciones de sus dirigentes, un tanto ardido y desconcertado ante las primeras señales de recomposición del bloque de partidos de la derecha. Eso se comprende, pero ahora debe ser prudente, porque algunos de sus comportamientos podrían conducir a pensar que su magnanimidad y su apertura, incluyendo la designación de su candidato a la presidencia, eran falsos, y que sólo valían si sus victorias electorales eran abrumadoras, si la oposición quedaba descuartizada, si Mauricio Funes se supeditaba totalmente a sus designios y si podían, en consecuencia, dominar a su antojo el escenario nacional.

Lo peor que puede hacer ahora el Frente es atrincherarse en su pureza revolucionaria, plantear exigencias inaceptables al presidente electo y tirar una cortina de humo sobre sus desavenencias recurriendo al trillado recurso de la conspiración de la derecha. Lo mejor que puede hacer es madurar de una buena vez, asumir sobre bases más inteligentes y responsables su nuevo rol como partido de gobierno y reconstruir la confianza del partido en la persona que los salvadoreños eligieron como presidente de la República.

Salvador Samayoa

¿CUÁL ES EL PECADO?

A mi también me hubiera gustado que la constitución del bloque opositor ARENA-PCN-PDC se hay manifestado en un hecho más agradable que la elección de Ciro Cruz Zepeda como presidente de la nueva Asamblea Legislativa - un hecho capaz de marcar la pauta de una agenda propositiva de la oposición y de poner en manifiesto su vocación de reforma. Por ejemplo que hubieran impulsado, conjuntamente y como iniciativa emblemática de la oposición, la reforma electoral integral.

Pero, primeras cosas primero. Hubo necesidad de ratificar la unidad de la oposición en la primera sesión de la nueva Asamblea, el 1 de mayo - y en esta plenaria inaugural lo que está en la agenda es la constitución de la Junta Directiva, nada más. Las reformas vienen después – y ojala sin perder tiempo.

¿Por qué la necesidad de usar esta primera sesión de la Asamblea y la elección de su presidente para ratificar la unidad de los partidos de oposición? Porque había que cortar en seco el intento del FMLN y de ciertos prominentes Amigos de Mauricio de dividir la oposición, con los métodos que ellos han criticado durante décadas: compra de diputados, chantaje, promesas de beneficios por parte del futuro ejecutivo...

El encachimbamiento del Frente con la elección del presidente de la Asamblea no se debe en nada a la falta de idoneidad de Ciro Cruz Zepeda, tampoco a la “oportunidad perdida de una concertación entre los dos partidos grandes”. Sobre esa paja derraman lágrimas en público. Pero su ira se debe a qué a la hora de las horas todos los 47 diputados del PDC, del PCN y de ARENA votaron en bloque, incluyendo los diputados que habían sido sujeto de presión, ofertas, y enamoramientos por parte del FMLN, del CD y de los Amigotes. Todo un despliegue de ‘reclutamiento’ y al final sólo un nuevo diputado para la bancada de ‘el cambio’, Orlando Arevalo.

Es en este momento de frustración que llamaron a sus brigadas móviles a tomarse la Asamblea. Es en este momento en que empezaron a arremeter contra ‘el bloque de derecha’, que según ellos es muestra de ‘falta de voluntad de concertar’ y atenta contra ‘la voluntad de un pueblo’ que --según ellos-- ha votado por ‘el cambio’.

Pero cuidado, el electorado votó por el cambio del ejecutivo – y nadie lo está boicoteando, por lo contrario. El electorado no votó por una mayoría de la izquierda en la Asamblea, por lo contrario. Hoy argumentan como si el pueblo hubiera votado por un presidente de la Asamblea y una maniobra oscura de los tres partidos de oposición les hubiera robado esta victoria poniendo a don Ciro...

El electorado votó por un cambio en el ejecutivo y puso como contrapeso una Asamblea Legislativa con mayoría de los partidos de oposición. Punto. Esa voluntad popular se expresó en la elección de la Junta Directiva y su presidente. Nos guste o no la figura de Ciro Cruz Zepeda o el hecho que el votante le volvió a dar al PCN la clave de la mayoría parlamentaria, esa es la realidad que emana de las elecciones del 18 de enero. Todo lo demás son sueños mojados.

Se entiende que al FMLN y al presidente electo les hubiera gustado una división de los partidos minoritarios. O el plan B --dejar al PCN afuera, repartiendo el pastel entre ARENA y FMLN-- para después jalarlo a una nueva edición de alianza azulgrana. Cualquier cosa para conseguirle mayoría simple al gobierno entrante, al precio que sea.

Después de fracasar rotundamente los planes A (comprar diputados) y B (convencer a ARENA a abandonar a sus aliados y repartir el pastel entre los grandes), dirigentes del FMLN como Lorenzana todavía hablan abiertamente de la posibilidad de cambiar la correlación en la Asamblea. No se sabe si piensan aumentar las ofertas o aumentar las amenazas. O si simplemente piensan que pueden ganar esta batalla en la opinión pública, deslegitimando la unidad de la oposición y creando presión popular a que ‘el cambio’ se aplique en la Asamblea. Y después en la Corte...

Pero la gente no es tan dunda que piensan. La gente sabe que ‘el cambio’ no es la nueva ideología oficial del Estado, sino la consigna de un partido que logró ganar el poder ejecutivo. En Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia los partidos del Socialismo del Siglo 21 han logrado crear esta confusión: de repente el estado es declarado ‘bolivariano’, ‘revolucionario’, ‘socialista’. Ideologías impuestas por el partido de gobierno a toda la sociedad, y en nombre de esta nueva identidad nacional reclaman que la Fuerza Armada, las cortes, las instituciones todas apoyen al gobierno y su ideología.

Para que esto no pase, ni en grande ni en chiquito, está la unidad de la oposición. Y eso de ninguna manera atenta contra la necesidad de concertación. Habrá que concertar muchas cosas, empezando con las elecciones de fiscal general y magistrados, y luego para viabilizar las reformas políticas necesarias. Pero no será una concertación entre dos partidos, sino una concertación entre gobierno (y los partidos y grupos que lo apoyan) y una oposición unida.

Claro que le encantaría a Funes a sentarse a concertar con una oposición dividida, reducida por la deserción de diputados y debilitada por conflictos internos. Con la recomposición de la dirección de ARENA, con el cese de hostilidades dentro de ARENA y con la constitución exitosa del bloque opositor, parece que va a tener que sentarse a concertar con una oposición fuerte. Por más que este le disguste, es mejor para una concertación exitosa. El sistema, para poderse fortalecer y reformar, necesita que ambos –gobierno y oposición- sean fuertes y vitales.

Paolo Lüers