viernes, 27 de febrero de 2009

LA INGOBERNABILIDAD EN EL SALVADOR

En el programa televisivo Diálogo por El Salvador, el periodista Jorge Hernández entrevistó a cuatro académicos para que opinaran sobre el tema de la Gobernabilidad democrática. Por el prestigio intelectual de los entrevistados y la trascendencia del tema, el diálogo fue dinámico, vivo, ilustrativo y de buen nivel teórico, sin caer en el academicismo. Fue, en síntesis, un modelo de entrevista política. A mí no solamente me sorprendió, sino también me motivó para soltar algunas reflexiones con base a mi experiencia profesional y mis lecturas.

Gobernabilidad democrática no debería ser un tema coyuntural de campaña política, sino también, y sobre todo, de debate permanente. Involucra a funcionarios gubernamentales, a líderes empresariales, a partidos políticos, a sindicatos, a organizaciones civiles y a ciudadanos de a pie.

Hay muchas experiencias traumáticas en las jóvenes democracias de América Latina tales como protestas callejeras, toma de edificios, asaltos a empresas, violencia política, movimientos guerrilleros, confrontación de agravios y muchos etcéteras más. Estos problemas han logrado que los ciudadanos desconfíen de los valores democráticos. Por nuestra inmadurez política y falta de educación cívica ignoramos que el análisis de la ecuación gobernabilidad y democracia es el que puede explica las causas de los fenómenos sociales, económicos y políticos del país.

Si alguien me preguntara si existe gobernabilidad en El Salvador, sin subterfugios, le respondería: ¡No! Y si me volviera a preguntar al revés, si hay ingobernabilidad, le diría: ¡Sí! Se trata de un fenómeno común a todos los países latinoamericanos. No son asuntos concluidos, sino en proceso, en curso. Y El Salvador no podría ser la excepción. El periodista Jorge Hernández llegó al corazón del problema, al preguntar a sus invitados si El Salvador es gobernable. Algunas respuestas fueron imprecisas, otras evasivas y otras más ilustrativas.

Con fines didácticos, me parece necesario comenzar por definir gramaticalmente los conceptos gobernabilidad e ingobernabilidad y, después, contraponerlos. El Diccionario de la Real Academia Española dice que gobernabilidad es la cualidad de gobernable y gobernable lo que puede ser gobernado.

Definido al reverso, ingobernabilidad es la cualidad de ingobernable e ingobernable que no se puede gobernar. Muy sencillo, ¿no? Pero esto es simplemente gramatical.

Para acercarnos al fondo se debe analizar el problema desde sus tres vertientes: social, político y económico, según Norberto Bobbio, Salvador Giner, Giovanni Sartori y Antonio Camou. O, como dice el Dr. Álvaro Artiga-González, se trata de un problema múltiple que debe estudiarse en forma teórica y metodológica para medir el nivel de gobernabilidad y de democracia en el país.

Desde el punto de vista social existe ingobernabilidad en El Salvador por la sobrecarga de demandas de la mayoría de la sociedad y que ningún Gobierno, sea de izquierda o de derecha, puede satisfacerlas adecuadamente. Hay demanda de trabajo, de vivienda, de salud, de educación, etc.

No es un Gobierno el culpable de la ingobernabilidad (o gobernabilidad) en la sociedad, sino los dos factores: el Gobierno y la sociedad. El Gobierno y la oposición, los partidos políticos y las organizaciones ciudadanas deben comprometerse, como dice el politólogo Antonio Camou, para "mantener un nivel aceptable de gobernabilidad". Si no existe este compromiso, sobreviene la ingobernabilidad.

Desde el punto de vista político, el factor principal de la ingobernabilidad (o gobernabilidad) es que las demandan contra el Gobierno democrático crecen, mientras la capacidad del Gobierno democrático mengua. Y el factor económico es un círculo vicioso porque si el Gobierno satisface la sobrecarga de demandas, provoca una crisis fiscal, como sucedió en Argentina, por la década del 50, con Juan Domingo Perón y su política populista.

En conclusión, para que exista gobernabilidad democrática se requiere legitimidad o capacidad para hacer cumplir las leyes con el consentimiento de los ciudadanos; eficacia o capacidad de cumplir con el plan de desarrollo social, político y económico prometido y estabilidad o capacidad de mantener el orden político. Estabilidad no es inmovilidad, sino la base del cambio para lograr un país más justo.

Carlos Sandoval
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3389360

¿QUIÉN MANEJARÁ MEJOR LA CRISIS QUE SE AVECINA?

La crisis financiera en Estados Unidos no se resuelve aún, ni sabemos cuán profunda será la recesión mundial. En El Salvador comenzamos a sentir el efecto, pero no estamos en crisis. La economía crece a menores tasas, la inflación es la más baja de Centroamérica, la pérdida de empleos no es muy sensible aún, las afiliaciones a la AFP siguen creciendo, a pesar de que hay bajas de empleo y algunos se desactivan.

Sin embargo, la oposición y algunos opinados con poco conocimiento real, pero con pluma, repiten que el país está en crisis desde hace 20 años por las administraciones de ARENA y muchos lo creen por falta de información o sesgo político. Aparte de ser falso, daña la moral del país, y una nación con moral baja no supera adversidades igual que una con moral alta. La única oportunidad en que el país estuvo en crisis fue en los ochenta: estábamos en guerra, había zozobra y se destruyó la infraestructura productiva del país. El mayor daño lo hizo el gobierno demócrata cristiano-militar apoyado por Estados Unidos, pues implementó una política económica centralizada, nacionalizó la banca y el comercio exterior e hizo la reforma agraria más desastrosa del continente.

Los niveles de inversión cayeron, la producción bajó a índices de 25 años atrás. Las políticas centralizadoras que pusieron en efecto, control de precios, control de cambios, la más amplia y descabellada estructura impositiva, cientos de impuestos diferentes, al gusto del presidente Duarte y sus asesores.

El país decreció en su economía como nunca. Igual sucede en países de corte centralista-populista (Bolivia, Ecuador, Argentina y Venezuela), donde a pesar de los enormes recursos naturales que poseen, la centralización del Estado, las políticas populistas sin orden, la indisciplina fiscal, la incapacidad de los gobernantes y su grupo y el capricho o voluntad del gobernante como factor de decisión final, tienen a esos países en crisis económicas grandes.

La situación difícil que enfrentaremos, con disminución de remesas, de exportaciones y contracción del crédito por desconfianza ante la probabilidad de un cambio de sistema, necesita de las políticas indicadas para enfrentar la situación adecuadamente, de las personas capaces que comprendan de economía y de un gobierno que no actúe al capricho del gobernante, sino a la lógica de la economía, con pesos y contrapesos.

Aparte del peligro de que el FMLN se volvería absolutista rumbo al socialismo revolucionario, la duda que consume a los pocos indecisos es una oportuna pregunta: ¿puede el FMLN montar un equipo capaz de manejar bien la crisis que se avecina? La respuesta es claramente no. ¿Puede ARENA y la derecha amplia montar un equipo capaz de ello? La respuesta es, evidentemente sí. Para bien o para mal, en la derecha está concentrado el talento y capacidad en estas materias; la izquierda democrática, y la ortodoxa más aún, lo descuidaron o no fueron incentivo para atraer a estos talentos.

A la pregunta de quién está más capacitado para manejar la crisis que se avecina, la respuesta de los que saben y de las encuestas es ARENA. La izquierda probablemente agravaría la crisis incluso con buenas intenciones.


Rafael Castellanos
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/20214.html

LA HORA DE LA VERDAD

Las elecciones de diputados y alcaldes de enero de 2009, y principalmente la elección de Norman Quijano a la alcaldía de San Salvador, han cambiado la manera en la que percibimos la situación política del país en tres dimensiones. El primer cambio fue que todos descubrimos que Rodrigo Ávila tenía una buena probabilidad de ganar las elecciones. El cambio de percepciones fue dramático para ambos bandos. La desmoralización del FMLN en la noche de las elecciones y en los días siguientes es innegable, como también lo es el hecho que ARENA está crecida y el FMLN bastante deprimido desde ellas, que es la situación contraria de la que existía antes de las elecciones de enero.

El cambio en las percepciones fue especialmente dramático porque las encuestas de las universidades, de las que se hubiera podido esperar una objetividad profesional, crearon un ambiente en el que parecía que un triunfo del FMLN era imparable, dándole la impresión a los votantes de que si pensaban votar por Ávila eran parte de una minoría errada y vergonzante, mientras que si votaban por Funes serían apoyados por una mayoría abrumadora de sus conciudadanos.

La realidad probó ser muy distinta, especialmente en la alcaldía de San Salvador. Este es el segundo cambio en las percepciones electorales: la credibilidad de aquellas basadas en las encuestas hechas por universidades ha caído muy fuertemente. Las universidades han tratado de minimizar la erosión de su credibilidad, insistiendo que estaban en lo correcto y explicando la diferencia entre los que predijeron y lo que sucedió como el resultado de cambios de última hora en las intenciones de voto.

Esta defensa erosiona aún más su credibilidad, ya que no proveen ninguna evidencia científica de que hubo tal cambio, excepto que sus predicciones no se cumplieron. Cualquiera entiende que el haberse equivocado no es prueba de haber estado en lo correcto si no se demuestra específicamente que el alegado cambio se dio. Si no fuera así, usted podría hacer cualquier pronóstico --sea sobre las elecciones de presidente o de Miss Universo, o sobre el valor de ciertas acciones-- y luego, al errar gruesamente como lo hicieron las encuestadoras universitarias, decir que el error se debió a que usted estaba en lo correcto pero que los votantes, o los jueces de belleza, o los vendedores y compradores de acciones cambiaron de opinión en el último momento. Así cualquiera se convierte en profeta. Allá quienes les crean.

La tercera dimensión en la que las elecciones de enero cambiaron la percepción de la realidad electoral es la caracterización de las motivaciones que dirigen el voto de los salvadoreños. Durante esta campaña, las desviaciones a favor del FMLN que tenían las encuestas de las universidades dieron la impresión de que el electorado había identificado al FMLN con el cambio positivo y de que estaba surgiendo un culto a la personalidad de Mauricio Funes, que la gente estaba dispuesta a hacerle caso en todo lo que él quisiera. La votación mostró que no es así. El caso más claro es el de la alcaldía de San Salvador.

Como hasta los Amigos de Mauricio (Funes) reconocieron en un campo pagado en varios periódicos del país, Norman Quijano ganó la Alcaldía de San Salvador porque demostró que podía ser mejor alcalde, presentando las mejores propuestas y el mejor equipo para implementarlas. Y ganó en contra del apoyo que Mauricio Funes dio a su rival y a pesar de que las encuestas universitarias le daban a ella una ventaja de hasta 17 puntos porcentuales. Al triunfar, Norman Quijano derrotó no sólo a Violeta Menjívar sino también la idea de que había un culto a la personalidad de Funes.

La situación que dio el triunfo a Quijano se está repitiendo en la campaña presidencial. Como se ve en la gráfica (basada en encuestas de una empresa no universitaria), ARENA está ganando terreno muy rápidamente en dicha campaña. La razón es que tiene un programa serio, hecho por un equipo competente que prefigura un gabinete capaz, contra lo que el FMLN no puede competir porque no tiene el capital humano para formar gobierno, diseñar un plan realista y ponerlo en ejecución.


Manuel Enrique Hinds /Máster en Economía, Northwestern University. Columnista de El Diario de Hoy.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3389295

miércoles, 25 de febrero de 2009

¿A CUÁL DE LOS DOS CONFIARÍAS TUS HIJITOS?

Los candidatos presidenciales de cualquier país se presentan como la mejor opción para dirigir los asuntos públicos y regir nuestras vidas. En vista de la enormidad de la promesa, los ciudadanos deben escudriñar la trayectoria de esos candidatos, analizar sus ejecutorias, revisar su credibilidad, averiguar de su pasado, saber quiénes son sus cónyuges, sus amigos, sus intereses, sus estudios, sus logros y fracasos.

Hay preguntas muy simples que todo ciudadano debe hacerse para votar con sensatez. La primera es, ¿a quién de los candidatos le confiaría dos hijos pequeños para que los cuide y los eduque? ¿Quién ha sido mejor padre y un ejemplo para sus hijos, su familia y sus amigos? ¿Con cuál de ellos tiene un niño mejores probabilidades de ser educado para convertirlo en una persona de bien, o con cuál correría el riesgo de terminar como un delincuente y un traficante de drogas?

Siguiendo esa línea de razonamiento, ¿a cuál de los candidatos escogería para ser mi socio y confiarle mis ahorros? ¿Cuál ha sido un hombre de trabajo, honesto, al que nunca lo retiraron de un empleo por irresponsable?

Los ciudadanos deben saber escoger entre personas con una hoja limpia de vida e individuos que cargan con un negro historial de crímenes. En tal sentido siempre hay que recordar la vieja máxima: dime con quién andas y te diré quién eres. Dime quiénes son tus amigos y sabré a qué atenerme. Averiguar sobre la personalidad y las ejecutorias de el o la cónyuge es también muy importante, como lo demuestra lo que está pasando en Nicaragua y en Guatemala por gracia de las dos "maravillosisisisisisisimas" mujeres al lado de los respectivos presidentes.

Cuando alguien se rodea de individuos que nada valen, de bagazos de la política, de los que cambian de partido y lealtades de acuerdo con las circunstancias, para los que el amor al hueso y las ganguerías se sobreponen al amor por la Patria, la familia y sobre todo a los principios morales, hay que tomar distancia de inmediato. Se toma distancia y se repudian para que luego no paguemos por no actuar con la cabeza.

Que no nos transformen en narcoestado
Nadie que no tenga la capacidad y la moral para ordenar bien su vida, puede arreglar la de otros; más bien sucedería lo contrario, que de saltar de decepción y fracaso en sus cosas, pasan a arruinar instituciones y las vidas de muchísimas personas, en el caso de mandatarios, la de una nación entera.

Lo que es un asunto casi privado, dejar en el desamparo a sus propios hijos y propinarles palizas a sus parejas reviste una importancia muy grande en el caso de candidatos. Si a esto se agrega que uno de los candidatos cae en la práctica de asociarse de manera sistemática con delincuentes, o delincuentes amnistiados si se quiere, se puede esperar lo peor para un país si tal individuo se hace con el poder.

Hay una interrogante adicional: entre dos partidos y dos candidatos, ¿cuál de ellos gobernaría atendiendo los intereses de la Patria, de la gente honesta, de los principios morales, de la democracia y la civilización, y cuál estaría recibiendo órdenes del exterior y además presionado para servir a intereses ajenos? ¿Con cuál de los candidatos corremos mayor riesgo que el país se transforme en una dictadura a perpetuidad y en un narcoestado? Guíate con la cabeza, no con el hígado…

LAS HABILIDADES DE RODRIGO ÁVILA

Tengo que reconocer en Rodrigo Ávila virtudes que están marcando desde ya el liderazgo que le imprimirá a su estilo de gobierno y en consecuencia a los destinos de nuestro querido país.

Desde el proceso interno para la elección del candidato a la Presidencia de la República por Alianza Republicana Nacionalista, Rodrigo demostró una sencillez que no necesitaba expresarse de viva voz para hacerse notar allá donde él acudía a realizar proselitismo en las primarias y la gente lo apoyaba.

Resistió los embates de la crítica interna y de la oposición política; nunca reclamó a sus correligionarios el apoyar a otros de los precandidatos y en las entrevistas a los medios de comunicación siempre fue él, genuino, transparente, diciendo lo que piensa sobre los distintos temas, sin necesidad de gesticular artificiosamente o de transformase en una persona distinta, únicamente con la finalidad de ganar votos y simpatía entre los correligionarios, que al final de cuentas serían los que con su voto a mano alzada elegirían al sucesor del Presidente Saca.

Así, con los atropellos propios de una democracia que apenas está dando sus primeros pasos al interior de ARENA, Rodrigo fue electo candidato el 15 de marzo de 2008. Siguieron las críticas por la conformación del COENA y los analistas políticos, gracias a la libertad de expresión con la que aún contamos en El Salvador, escribieron ríos de tinta sobre la presunta división al interior del partido de gobierno.

Rodrigo siguió su camino, buscando ahora quién sería su compañero de fórmula; esta decisión constituyó otro episodio en el que todos opinaron, bien y mal, no sólo acerca de la decisión que el candidato ya había tomado, sino sobre las cualidades del compañero que eligió para llegar a Casa Presidencial. Mantuvo su decisión en vilo durante varios meses, tolerando toda clase de críticas.

Una vez electo el candidato a Vicepresidente lo informó a su equipo y pidió respeto a su decisión. Finalmente no se equivocó, pues Arturo Zablah no sólo representa un paso más hacia la apertura del partido, sino también combina la experiencia con la fuerza que le da la juventud a Rodrigo.

El candidato por ARENA conformó luego su equipo de plan de gobierno; sostuvo intensas reuniones con cada uno de los coordinadores; discutió las propuestas e incorporó algunas que no habían sido tomadas en cuenta. Rodrigo supo escuchar y permitió que después de ocho meses, se diera a conocer el Plan de Gobierno quizás más completo en la historia de los eventos electorales en nuestro país.

Cumplió su promesa de sumar a su Plan aquellas ideas que los precandidatos sostuvieron a nivel nacional durante las primarias y pidió a los integrantes de Alianza por el Cambio que evaluaran el resultado del trabajo de más de mil seiscientos profesionales en las distintas áreas que integran el Plan de Gobierno.

Antes del 18 de enero, día en que Norman Quijano fue electo candidato a Alcalde de San Salvador, los ánimos y las críticas arreciaban contra Rodrigo y su equipo. Supo mantener la calma y la prudencia ante todos los comentarios que siempre en una elección surgen por la desesperación ante los resultados de las encuestas de opinión que presentan los medios de comunicación o las universidades. Si una virtud entonces ha distinguido al candidato ha sido la tolerancia.

Hoy, en la recta final hacia las elecciones presidenciales, no faltan quienes se encargan de generar rumores y ruido dentro de los partidos políticos. Pero la gran ventaja de Rodrigo, es que en ARENA lo que había era un disgusto y "moretes" por parte de aquellos que apoyaban a uno u otro candidato en las elecciones primarias; no había división. Entre uno y otro estado, existen grandes diferencias.

Rodrigo supo transformar los disgustos en apoyos; lo hizo con su siempre sincera expresión de decir lo que piensa y hacer lo que dice. Una división real aún mantendría al partido fuera de base para las elecciones del 15 de marzo.

En el tramo final de la campaña, Rodrigo debe hacer valer más que nunca sus grandes habilidades y cualidades. Su "don de gente" y la clara visión para poner en marcha un Plan de Gobierno que seguirá transformando a El Salvador son sus grandes herramientas.

Todos han dicho que la oratoria no es una de sus principales características; lo dijo su esposa en una entrevista que se publica en El Faro.

Pero es de justicia reconocer, que ha podido más la paciencia, la humildad, la originalidad con la que Rodrigo ha podido sortear los obstáculos de esta campaña.

Demostró habilidades muy importantes en cada uno de los foros a los que ha acudido a presentar sus propuestas, específicamente en materia de vivienda y salud.

Reconoció los problemas que aún existen en estas áreas y se comprometió ante los especialistas que lo interrogaron y el público asistente, a implementar cada una de sus propuestas y de las recomendaciones que le dieron los expertos.

Rodrigo supo lidiar con el proceso interno, con las críticas de analistas, con su propio partido al elegir a los candidatos a alcaldes y diputados; matizó siempre con respeto el involucramiento del Presidente Saca en su campaña y le dio el puesto que merece este último, al haber terminado con aquella idea que lo social era de exclusiva responsabilidad de la izquierda.

Supo crear ese delicado equilibrio que en toda elección existe, máxime cuando se es candidato de un partido que ya cuenta con tres ex presidentes de la República y uno más a partir del 1º de junio. Creó la Comisión Política y les dio a los presidentes el papel que les corresponde. Ahora le toca enfrentar el último reto: gobernar con el corazón y hacer que las esperanzas que el pueblo salvadoreño depositará en las urnas en marzo próximo, pasen a ser realidades concretas.

Luis Mario Rodríguez, Abogado, con maestrías en Derecho Empresarial y Ciencia Política.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3382434

EL TRAMO FINAL

Supongo que Rodrigo Ávila y Mauricio Funes están contando los días que le quedan de vida a la campaña electoral. Ha sido la campaña más prolongada de nuestra historia, pero además debe haber sido sumamente estresante.

A la pelea contra el candidato rival, tanto Ávila como Funes han debido añadir el difícil manejo de conflictos y desaveniencias al interior de sus respectivos partidos. Esto último nunca antes había ocurrido con la intensidad que hemos observado en distintos momentos en ARENA y en el FMLN.

En el caso de ARENA, nunca hubo consenso, ni siquiera intención de lograrlo, para la selección de candidatos. El proceso fue divisivo y debilitante. A lo largo de la campaña, se ha mantenido el conflicto entre el grupo que quiere tomar las riendas del partido y el grupo que no las quiere soltar. Pero Ávila ha demostrado que puede manejar presiones. Las cosas empezaron muy mal pero están terminando bastante bien para ARENA.

En el caso del FMLN, no hubo espacio para ventilar diferencias. El matrimonio entre partido y candidato parecía consumado en el cielo y así se mantuvo durante varios meses. Pero han ido apareciendo importantes diferencias.

La candidatura de Funes tomó fuerza al margen y, en alguna medida, a pesar del partido. Hay disputa por la propiedad de los réditos del capital político; hay dudas cada vez mayores sobre la disposición del candidato a subordinarse a la agenda partidaria. Las cosas empezaron muy bien pero están terminando muy tensas y muy complicadas.

Los ciudadanos también estamos cansados y muy deseosos de que todo esto termine. La incertidumbre política se suma a las inseguridades y temores que ha ocasionado la crisis financiera y económica global. Estamos hartos de tanta propaganda. No podemos siquiera disfrutar plenamente las reuniones familiares y sociales, porque siempre se nos cuela sin invitación la controversia política.

Los ciudadanos más inclinados a la reflexión, aproximadamente uno de cada tres votantes, han tenido que sobrellevar un incómodo estado mental y emocional de ambivalencia. No compran fácilmente los argumentos absolutistas sobre el bien y el mal.

Saben que el país necesita cambios, pero siguen intentando abstraerse de la propaganda y juzgar con ecuanimidad la naturaleza, la viabilidad y los riesgos de los cambios propuestos. Aprecian las cualidades de ambos candidatos, pero ven también sus deficiencias.

Por otra parte, hay mucha gente que no admite cuestionamiento alguno a sus verdades. La rigidez mental y las actitudes agresivas que exhiben los más fanáticos son rasgos característicos de una personalidad autoritaria.

Se trata de individuos que no toleran los sentimientos encontrados ni los aspectos contradictorios de la realidad; descartan cualquier evidencia o argumento que los obligaría a modificar sus prejuicios; se sienten moral e intelectualmente superiores, con pleno derecho a anular a quienes piensan diferente.

Por eso digo que llegamos todos muy cansados al tramo final de esta campaña electoral. Unos por el esfuerzo honesto que realizan para tomar una buena decisión. Otros por el esfuerzo que exige la defensa de su trinchera ideológica o la discusión desapasionada de las opciones electorales. Supongo que también se cansan los que se dedican a intimidar e insultar a sus adversarios.

Por eso he dicho también, en muchas ocasiones, que a nuestra sociedad le hace falta cultura democrática; le hace falta capacidad y voluntad de diálogo, respeto y tolerancia. Y eso que nos falta es precisamente lo que más vamos a necesitar a partir de la noche del glorioso o fatídico 15 de marzo.

No hay para dónde hacerse. Uno de los candidatos va a ganar y el otro va a perder. Pregunto: ¿Estamos todos preparados para aceptar con madurez un resultado contrario a nuestros deseos? ¿Está preparado el ganador para convertirse sin arrogancia en el presidente de todos los salvadoreños? ¿Está preparado el perdedor para aceptar la derrota y ayudar a que la acepten también sus seguidores?

Mi respuesta a esas preguntas no es muy alentadora. Creo que los medios de comunicación y los líderes sociales y religiosos deben jugar un rol muy activo en las próximas semanas para atenuar pasiones, orientar reflexiones y propiciar actitudes positivas en la sociedad.

Por su parte, el TSE debe reducir al mínimo los tropiezos y anomalías en el desarrollo del evento electoral. Es necesario que atienda la recomendación de la OEA y de los observadores europeos en el sentido de revertir la decisión de integrar paritariamente las juntas electorales. También es sumamente importante que se prepare para resolver problemas con agilidad y para comunicar resultados con prontitud y absoluta transparencia.

Joaquín Samayoa/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/19974.html

LA INFLUENCIA DE CHÁVEZ EN EL SALVADOR

Durante la asunción de mando del presidente de izquierda de Guatemala Álvaro Colom en 2008, Hugo Chávez mandó un mensaje al presidente de El Salvador Antonio Saca, o al menos eso dice la leyenda. "Ahora le tengo rodeado", le habría dicho el mandatario venezolano a Saca.

Si la historia es un mito o una viñeta real sacada del "Manual de Diplomacia de Chávez" en realidad no importa. Lo que importa es lo que transmite: el temor salvadoreño de que Chávez ha estado acechando a su país, esperando añadirlo a su lista de satélites revolucionarios en América Central y del Sur.

Cuando los salvadoreños acudan a las urnas el 15 de marzo para elegir a un nuevo presidente, esa preocupación podría tener una influencia preponderante sobre el voto.

La opinión generalizada es que los petrodólares de Chávez han estimulado la expansión de gobiernos autoritarios en esta parte del mundo en la última década. El presidente venezolano, sin embargo, también ha tenido el efecto contrario, notablemente en México y Perú en 2006, donde la asociación de un candidato con Chávez resultó fatal. El chavismo podría tener el mismo efecto aquí en El Salvador.

La contienda presidencial sitúa al ex director de la policía nacional, Rodrigo Ávila, del partido de centro-derecha Arena, contra el periodista televisivo Mauricio Funes, del partido de extrema izquierda FMLN. Funes se presenta como un candidato moderado y, de momento, es el favorito. Pero la carrera dista de estar ganada y si Ávila todavía tiene una buena oportunidad de triunfar es porque muchos salvadoreños lo ven como la única posibilidad de impedir la importación de la agenda chavista.

Arena ha ganado todas las elecciones presidenciales desde 1989 y un triunfo en marzo sería su quinta victoria consecutiva. Eso dificulta las cosas para Ávila, quien también tiene otros problemas. Mientras los tres presidentes de Arena anteriores a Saca buscaron reformas diseñadas para promover la igualdad ante la ley, la liberalización económica y el crecimiento, Saca ha hecho precisamente lo contrario: se ha hecho famoso por revocar contratos.

El presidente también le ha restado dinamismo a la economía de otras maneras. Un gran proyecto portuario en el municipio de Cutuco prometía convertir a El Salvador en el centro de trasporte más importante de América Central. El puerto está terminado pero aún no empieza a operar porque el gobierno de Saca atrasó en casi dos años el proceso de subastar la concesión. Nuevos proyectos eléctricos, de gran importancia para el crecimiento, también han sido pospuestos.

El Salvador también está acusando el impacto de la recesión global. Las remesas del exterior y las exportaciones, ambas fuentes importantes de crecimiento, están disminuyendo, y podrían no repuntar en el futuro cercano. El declive en los precios del petróleo ha ayudado a amortiguar el golpe, pero el sistema financiero, dominado por los bancos internacionales, ha reducido drásticamente el acceso al crédito.

El efecto de todo esto ha sido un pobre desempeño económico el actual gobierno ha sido sindicado como el culpable. Así que Ávila debería resultar fácil de derrotar. Pero las encuestas, que revelan que una cantidad importante de electores sigue indecisa, sitúan al candidato de Arena a una distancia remontable del candidato del "cambio", Funes. Una encuesta la semana pasada incluso mostró un virtual empate.

A la hora de buscar explicaciones del por qué Ávila todavía está en pie, uno puede descartar la oposición ideológica a un gobierno de centro izquierda, como el del presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva. Muchos salvadoreños están hartos de Arena gracias a Saca y dicen que les gustaría ver más competencia política. No, lo que está ahuyentando a los electores son las muestras de que, a pesar de los intentos de Funes de distanciarse del extremismo del FMLN, el liderazgo del partido sigue siendo el símbolo de la intolerancia.

Un ejemplo es el candidato a vice presidente del FMLN. El 15 de septiembre de 2001, Salvador Sánchez Cerén lideró las hordas de personas en esta ciudad que quemaron banderas estadounidenses y celebraron el atentado contra EE.UU perpetrado por terroristas islámicos. La memoria de ese día no se ha desvanecido.

José Luis Merino, uno de los principales líderes del partido, es un personaje aún más siniestro. Su alias apareció en una de las computadoras incautadas por el ejército de Colombia durante una redada en un campamento en Ecuador el año pasado, sugiriendo que está involucrado en tráfico de armas con las FARC.

Merino es considerado por muchos el jefe del partido, ahora que el militante Schafik Handal ha fallecido, y no disimula su hambre de poder.

Hace dos años, cuando se le preguntó en una entrevista sobre la agenda del FMLN, respondió que era "tomar el poder, conquistar todo el país y así, asegurar que el tipo de gobierno no cambie. Claro está, no con bayonetas o persecuciones. Hay ya ejemplos, como Venezuela, ese es nuestro modelo".

"Venezuela" es precisamente lo que muchos salvadoreños quieren evitar. Temen que, de ser elegido, Funes será desplazado por los extremistas del partido que se negarán a marcharse cuando concluya su mandato. El FMLN dice que estos temores son usados para fines políticos por sus detractores, pero las palabras del propio Merino dejan poco lugar a dudas respecto a sus intenciones.

Los salvadoreños no pueden permitirse el lujo de ignorar sus advertencias. Si lo hacen, la economía dolarizada, frecuentemente elogiada como las más abierta y competitiva de América Latina (después de la de Chile) podría estar en riesgo.

Mary O´Grady / Diario Exterior de España
Fuente: Cato Institute y The Wall Street Journal

jueves, 19 de febrero de 2009

¿EL ERROR DE UN PUEBLO?

Al pueblo venezolano, ¿le conviene eso mismo que ha votado? ¿Le conviene a cualquier pueblo sujetarse a la biografía de un hombre? La historia prueba abrumadoramente que el poder vitalicio de un hombre trae consigo innumerables abusos.

El pueblo venezolano le ha dado el "sí" a Hugo Chávez. Como consecuencia, el presidente venezolano podrá presentarse a una nueva reelección en 2012, cuando termine su actual mandato. Como el período presidencial en Venezuela es de siete años, esto quiere decir que en 2019, al finalizar el mandato de 2012-2019 que ya pretende, Chávez llegaría a los veinte años de poder, a los cuales querría sumar otra serie de siete años en 2019 y así sucesivamente hasta el día de su muerte.

Con la votación del último domingo, en suma, el pueblo venezolano ha puesto a Chávez en camino hacia la presidencia vitalicia.

Al pueblo venezolano, ¿le conviene eso mismo que ha votado? ¿Le conviene a cualquier pueblo sujetarse a la biografía de un hombre? La historia prueba abrumadoramente que el poder vitalicio de un hombre trae consigo innumerables abusos. "El poder corrompe. El poder absoluto corrompe absolutamente".

Esta famosa frase de lord Acton, más que una demostración de ingenio, es la reacción de un observador racional ante una realidad mil veces confirmada. Es para contrarrestarla, precisamente, que han nacido instituciones como la división de los poderes y la fijación de plazos a la ambición de los gobernantes.

En las repúblicas, el poder está contenido por las instituciones. Para todos los efectos prácticos, el domingo último Venezuela dejó de ser una república. Alguien podrá decir que, a cambio de esta mutilación institucional, Chávez le está dando al pueblo venezolano amplios beneficios económicos y sociales.

¿Pero ha reducido acaso en su patria el círculo agobiante de la pobreza? ¿Ha aprovechado con prudencia los ingentes recursos que le dio el petróleo, o los ha despilfarrado? Si Acton se levantara de su tumba, ¿no vería en Chávez una dolorosa confirmación de su famosa advertencia?

Pero la mayoría del pueblo venezolano votó a Chávez, es decir a un gobernante que, por lo visto, no le conviene. Los pueblos, ¿pueden entonces equivocarse? En ninguna parte está escrito que los pueblos sean infalibles. Un pueblo tan culto como el alemán votó alguna vez por Hitler.

Si los hombres se equivocan, ¿por qué no pueden equivocarse también esos conjuntos humanos que son los pueblos? La democracia no sostiene la "infalibilidad" sino la "soberanía" del pueblo. La democracia dice solamente que, con sus aciertos y sus errores, es el pueblo quien debe mandar.

Pero el último domingo, ¿mandó realmente el pueblo venezolano o votó en cambio bajo la presión incontenible de un gobierno que utiliza todos los recursos públicos en su propio beneficio? Miles de venezolanos ya se están exiliando por temor a la represión chavista.

Nuestra última pregunta, por ello, es inquietante: Venezuela, ¿es todavía una democracia o comienza a ser una dictadura?

Por Mariano Grondona / Periódico La Nación, Argentina
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1100835

SOCIALISMO AL DESNUDO

Los socialistas aspiran llegar al poder para ellos apropiarse de las propiedades de los demás y gozarlas en nombre de un colectivo a quien ellos llaman 'pueblo', vivir en el lujo y el boato que prohíben a los ciudadanos.

Se trata de una ideología oportunista que nació y crece como un tumor del capitalismo, reuniendo en su filosofía todo lo que el capitalismo no es y que según "ellos" debería ser; es un sistema negativo, en el sentido que se origina de la negación del libre mercado.

La historia del socialismo no sólo se sustenta en el capitalismo, sino que lo estructura y lo hace historia, tratando de acumular para sus pretensiones una serie de "valores" muy atractivos para el incauto tales como: humanismo, justicia social, solidaridad, igualdad, amor, comunitarismo, ecología y paz, todo esto, envuelto en un empaque progresista y con un hermoso lazo de un nuevo hombre.

El socialismo del siglo XXI, ese esfuerzo por hacerle una reingeniería al viejo comunismo del siglo XX, pretende, entre otras cosas, que creamos que el socialismo es tan viejo como la historia de la humanidad, que Cristo fue el primer socialista y que todos los héroes patrios de los países del Tercer Mundo eran socialistas, aunque no lo sabían.

El socialismo tiene un solo y único interés, obtener el poder político, y una vez hecho gobierno, iniciar una serie de reformas profundas en el Estado que le permitan controlar a la población, instaurar un pensamiento único, acabar con la democracia y las libertades, hacer poderoso al Estado y obligar a la población a servirle como si fuera un Dios, asegurándose que todo, absolutamente todo dependa del Estado y la política.

El socialismo, para lograr sus fines, debe eliminar a instituciones como la propiedad privada, a la Iglesia, a la empresa privada, los medios de comunicación independientes, la familia y las universidades.

En un plano más personal y egoísta, los socialistas aspiran llegar al poder para ellos apropiarse de las propiedades de los demás y gozarlas en nombre de un colectivo a quien ellos llaman "pueblo", vivir en el lujo y el boato que prohíben a los ciudadanos, acumular grandes fortunas mientras predican la pobreza y disfrutar del capitalismo que tanto dicen odiar, pero esto, sólo para un exclusivo grupito de dirigentes socialistas que controlan el país.

El socialismo, para obligar a las personas a dejar el egoísmo, asumir el interés colectivo por encima de su propio interés, obligatoriamente debe instaurar un Estado policial, debe discriminar a la población que se resista a estos cambios, debe regular al detalle la vida ciudadana para que no haya desviaciones y debe fomentar el "sapeo" y las redes de informantes.

En su afán por la igualdad inmerecida debe eliminar todas las diferencias fundamentales entre los individuos, empezando por las intelectuales y de capacitación, por lo que embrutecer masivamente a todos, es un deber, esto lo logra destruyendo el aparato educativo y sustituyéndolo por una maquinaria de adoctrinamiento ideológico; los más capacitados son arruinados u obligados a salir del país, y a los más incapaces se les premia con puestos importantes y de gran responsabilidad, con el propósito oculto de tener a la ciudadanía siempre crispada antes unos servicios públicos que no funcionan, y degradar su humanidad haciéndolos hacer largas colas y esperas para finalmente ser tratados brutalmente y humillados.

Los socialistas para lograr estos perversos propósitos recurren al nacionalismo, se adueñan de los símbolos patrios, manipulan la historia para poder explicar que lo que hacen es patriótico y transforman su causa en un deber, les encanta utilizar el viejo truco de hacerle creer a la gente que la historia empieza con ellos, que "antes" nada se hacía, que el país estaba abandonado, que los otros gobiernos eran corruptos, entreguistas y traidores.

Los socialistas son básicamente unos mentirosos, prometen y no cumplen, hablan de un país que sólo está en sus sueños, le dicen a la gente humilde lo que quieren escuchar, que con ellos sus problemas van a terminar…, pero los pobres lo único que reciben son más promesas y si acaso una bolsa de comida, una beca o si tienen suerte, una casita mal hecha que se deshace con la lluvia, a cambio le piden que mueran por la revolución y su líder.

Lo que ha dejado el socialismo en el mundo es hambre, campos de prisioneros, desastres ambientales y más pobreza; aquellos que todavía aplauden al socialismo, los que se reúnen en las plazas y mítines para escucharlos, o están cobrando algún dinerito o los tienen engañados con una falsa promesa, o están allí obligados para que no le boten a un familiar del trabajo.

Cuando un socialista habla mal del capitalismo y les dice que ser rico es malo, cuiden mucho sus carteras pues se las quieren robar, encierren a sus hermanas pues se las quieren violar, escondan a sus hijos pues quieren llevárselos a la guerrilla. Cuando vean a un socialista bolivariano caminar por la misma acera, persígnense y corran a la acera de enfrente, sus almas están condenadas y hieden a muerto.

Por Redacción del diario El Universal de Caracas

http://www.eluniversal.com/2009/02/16/opi_art_el-socialismo-al-des_16A2225679.shtml


¿POR QUÉ NO APRENDEMOS DE LA HISTORIA?

El 30 de enero de 1933 (en plena Gran Depresión), Paul von Hindenburg nombró al nacionalsocialista Adolfo Hitler como Canciller de Alemania; y casi un mes después ocurrió el incendio del Parlamento como consecuencia de un acto terrorista en el que es muy posible que los nazis hubieran estado involucrados.

El 28 de febrero, un día después del fuego, Hitler convenció a Hindenburg de que emitiera un decreto Para la protección del pueblo y del estado. El mismo suspendía las garantías constitucionales relacionadas con los derechos individuales. Hitler y los nacional-socialistas sabían que en tiempos de crisis y de turbulencia, la gente está bien disupuesta a renunciar a su libertad, con tal de que retorne el orden.

Dos semanas después del incendio Hitler obtuvo, del Reichstag los poderes que reclamaba para controlar la situación y para manejar la crisis. En el parlamento 441 representantes, contra 84, votaron a favor de darle a Hitler el poder que demandaba. Y el 23 de marzo, democráticamente, Hitler se convirtió en dictador de Alemania, libre de toda atadura constitucional, o parlamentaria. Los poderes se le entregaron temporalmente, por cuatro años.

Hindenburg murió en agosto de 1934 y Hitler asumió los títulos de Fuehrer y Canciller del Reich; y usó sus poderes de emergencia para consolidar su control omnipontente sobre todo el país. Cada cuatro años, sin embargo, Hitler acudía al Parlamento a renovar sus poderes temporales; y el Reichstat, democráticamente se los renovaba. Y la gente aceptaba, tranquilamente, este orden de cosas.

De esto me he acordado ahora que leo que Hugo Chávez
consiguió que los venezolanos le dieran el Sí a sus posibilidades constitucionales de reelección indefinida. “Preparémonos pues: comienza el tercer ciclo histórico de la revolución, del 2009 al 2019. ¡Estoy listo!

En el 2012 habrá elecciones presidenciales para el período 2013-2019 y, a menos que Dios disponga otra cosa, que el pueblo disponga otra cosa, este soldado es ya precandidato a la Presidencia”, afirmó Chávez.

Los Hitler y los Chávez (o los Correa, los Morales, las Fernández) no ocurren en el vacío. Se crían en tiempos de crisis; y se cultivan cuando la gente tiene miedo. Como cuando hay crisis económicas, o cuando se percibe intensa inseguridad ciudadana. Y cuando las élites sociales, económicas, académicas y políticas demuestran incapacidad.

http://www.libremente.org/?p=690

RECORDANDO EL COMUNISMO

Este mes, pero hace quince años, el mundo fue testigo de la caída del símbolo más importante del Comunismo. Mientras los guardias permanecían al margen, los Berlineses se congregaban frente al Muro que había dejado una cicatriz en su ciudad desde los años de los sesenta y, haciendo suya la recomendación de Ronald Reagan a Mikhail Gorbschev, empezaron a derribarlo.

Cuando se habla de siglos, quince años no parecen ser mucho tiempo. Es extraordinario, sin embargo, la rapidez con la que la concienciación de la gente acerca de los regímenes Marxistas se ha disipado de la memoria pública. Millones de gentes conocen de las atrocidades cometidas por los Nazis. Relativamente pocos han oído de los millones de gentes encarcelados, torturados y asesinados por los sistemas Comunistas. Todavía menos conocen acerca de los fieles Cristianos Ortodoxos, Protestantes y Católicos Romanos que sufrieron a manos de la opresión Marxista.

Lo que la gente sabe es que el Comunismo fue un desastre económico. Ya en los tempranos años veinte, los economistas más sabios argumentaban que las economías dirigidas nunca podrían funcionar. Era, simplemente, imposible, señalaban, que un grupo de planificadores estuvieran al tanto de toda la información acerca de lo que la oferta y demanda daban a conocer en las economías libres a través del mecanismo del precio.

Sin embargo, a pesar de las deficiencias económicas, el Comunismo avanzó pesadamente, sostenido por la corrupción, la apatía y, sobre todo, el miedo. A menudo y a pesar de no tener acceso a la satisfacción de las necesidades materiales esenciales, millones permanecieron atemorizados por los métodos terroristas empleados por los regímenes Comunistas—métodos que los caracterizan por ser tan criminales como los Nazis.

Es tentador creer que las calamidades económicas del Comunismo fueron los responsables de su colapso. La persistencia del Comunismo en Corea del Norte y Cuba, sin embargo, sugieren que un sistema económico empantanado en el anquilosamiento no es garantía de que los tiranos perderán el poder.

Bajo esta luz, empezamos a entender que 1989 representó no simplemente la admisión de la bancarrota económica del Comunismo. Más fundamentalmente, el colapso del Comunismo a lo largo de la Europa Central Oriental fue el resultado de una revolución moral—una insurrección forjada por el Cristianismo y sus demandas no negociables de que todos los gobiernos declaren y confirmen la dignidad intrínseca de la persona humana.

Las raíces de esta insurrección pueden encontrarse en la lucha de la Iglesia Católica en Polonia para mantener su libertad y proclamar una visión del hombre bastante diferente de la que articulaba el Marxismo. No es de extrañarse que los grises y fríos hombres del Kremlin, según el reporte, perdieran su color por la conmoción al escuchar que un Polaco había sido electo a ocupar la Silla de Pedro.

Desde ese momento, la Europa Central Oriental fue sometida inexorablemente a una llamada a la libertad—una libertad que no tiene nada en común con la autonomía hedonista tan incesantemente promovida en Europa Oriental desde los años sesenta. Por el contrario, esta fue una llamada a una libertad fundada en la verdad acerca de la persona como la misma imagen de Dios.

Fue un mensaje que le dio a la gente el valor de levantar sus cabezas y hacer a un lado su sentimiento de humillación; que les recordó su dignidad y que el estado existía para ellos y no ellos para el estado. Era un mensaje que les decía que la libertad religiosa era una deuda del estado para con ellos; que poseían lo que Juan Pablo II llamó “el derecho a la iniciativa económica;” y que las estructuras políticas Comunistas—ya fueran de variedad Leninista, Maoísta, Latinoamericana o Africana—eran absolutamente incompatibles con la libertad humana auténtica.

Nadie va a morir voluntariamente por la eficiencia o la utilidad. La gente dará sus vidas, sin embargo, por el amor o la libertad. No existe testimonio más grande de esta disposición a rechazar el mal que los millones de Cristianos que se congregaron para ver al Papa Juan Pablo cuando visitó Polonia en 1979.

Al final, la única forma con la que el Comunismo se enfrentó con el consecuente deseo de los Polacos para vivir en la verdad fue declarar un “estado de guerra” y ordenar a su ejército invadir su propio país en Diciembre de 1981. Sin embargo, en los siguientes 8 años, uno de aquellos individuos encarcelados por los Comunistas, se convirtió en el primer no-Comunista en ocupar el puesto de Primer Ministro de Polonia desde la Segunda Guerra Mundial. Tal fue el impacto de la revolución moral de la Europa Central Oriental.

Quince años después, la libertad en Europa se encuentra nuevamente en estado de sitio. La decadencia de la economía de la Europa Oriental refleja, seguramente, la poca voluntad de muchos gobiernos Europeos de tomar la libertad económica seriamente. La libertad política también está bajo ataque de lo que no es sino un fundamentalismo secularista que permite a los anteriores funcionarios Comunistas convertirse en comisionados de la Unión Europea, mientras tratan a los Cristianos, que cortés pero firmemente se rehúsan a disfrazar su fe, como si fueran el equivalente de Osama Bin-laden.

Claramente, mientras que la Unión Europea está muy lejos de degenerarse y convertirse en uno de los sistemas Comunistas del pasado, las tendencias totalitarias permanecen con vida a través de Europa. Pero si la muerte del Comunismo nos enseña algo, es que la gente de esperanza tiene razón al creer que la libertad fundada en la verdad acerca del hombre vence consistentemente a sus oponentes—sean ellos de la variedad Marxista, Nazi o secularista fundamentalista.

Porque la libertad auténtica engendra vida, mientras que el totalitarismo es el camino a la muerte. Y la vida nos permite florecer como debiéramos. Una cultura de la muerte, por el contrario, lleva en sí misma las semillas de su autodestrucción.

VENEZUELA: EL SOCIALISMO AL DESNUDO

Se trata de una ideología oportunista que nació y crece como un tumor del capitalismo, reuniendo en su filosofía todo lo que el capitalismo no es y que según "ellos" debería ser; es un sistema negativo, en el sentido que se origina de la negación del libre mercado.

La historia del socialismo no sólo se sustenta en el capitalismo, sino que lo estructura y lo hace historia, tratando de acumular para sus pretensiones una serie de "valores" muy atractivos para el incauto tales como: humanismo, justicia social, solidaridad, igualdad, amor, comunitarismo, ecología y paz, todo esto, envuelto en un empaque progresista y con un hermoso lazo de un nuevo hombre.

El socialismo del siglo XXI, ese esfuerzo por hacerle una reingeniería al viejo comunismo del siglo XX, pretende, entre otras cosas, que creamos que el socialismo es tan viejo como la historia de la humanidad, que Cristo fue el primer socialista y que todos los héroes patrios de los países del Tercer Mundo eran socialistas, aunque no lo sabían.

El socialismo tiene un solo y único interés, obtener el poder político, y una vez hecho gobierno, iniciar una serie de reformas profundas en el Estado que le permitan controlar a la población, instaurar un pensamiento único, acabar con la democracia y las libertades, hacer poderoso al Estado y obligar a la población a servirle como si fuera un Dios, asegurándose que todo, absolutamente todo dependa del Estado y la política.

El socialismo, para lograr sus fines, debe eliminar a instituciones como la propiedad privada, a la Iglesia, a la empresa privada, los medios de comunicación independientes, la familia y las universidades.

En un plano más personal y egoísta, los socialistas aspiran llegar al poder para ellos apropiarse de las propiedades de los demás y gozarlas en nombre de un colectivo a quien ellos llaman "pueblo", vivir en el lujo y el boato que prohíben a los ciudadanos, acumular grandes fortunas mientras predican la pobreza y disfrutar del capitalismo que tanto dicen odiar, pero esto, sólo para un exclusivo grupito de dirigentes socialistas que controlan el país.

El socialismo, para obligar a las personas a dejar el egoísmo, asumir el interés colectivo por encima de su propio interés, obligatoriamente debe instaurar un Estado policial, debe discriminar a la población que se resista a estos cambios, debe regular al detalle la vida ciudadana para que no haya desviaciones y debe fomentar el "sapeo" y las redes de informantes.

En su afán por la igualdad inmerecida debe eliminar todas las diferencias fundamentales entre los individuos, empezando por las intelectuales y de capacitación, por lo que embrutecer masivamente a todos, es un deber, esto lo logra destruyendo el aparato educativo y sustituyéndolo por una maquinaria de adoctrinamiento ideológico; los más capacitados son arruinados u obligados a salir del país, y a los más incapaces se les premia con puestos importantes y de gran responsabilidad, con el propósito oculto de tener a la ciudadanía siempre crispada antes unos servicios públicos que no funcionan, y degradar su humanidad haciéndolos hacer largas colas y esperas para finalmente ser tratados brutalmente y humillados.

Los socialistas para lograr estos perversos propósitos recurren al nacionalismo, se adueñan de los símbolos patrios, manipulan la historia para poder explicar que lo que hacen es patriótico y transforman su causa en un deber, les encanta utilizar el viejo truco de hacerle creer a la gente que la historia empieza con ellos, que "antes" nada se hacía, que el país estaba abandonado, que los otros gobiernos eran corruptos, entreguistas y traidores.

Los socialistas son básicamente unos mentirosos, prometen y no cumplen, hablan de un país que sólo está en sus sueños, le dicen a la gente humilde lo que quieren escuchar, que con ellos sus problemas van a terminar…, pero los pobres lo único que reciben son más promesas y si acaso una bolsa de comida, una beca o si tienen suerte, una casita mal hecha que se deshace con la lluvia, a cambio le piden que mueran por la revolución y su líder.

Lo que ha dejado el socialismo en el mundo es hambre, campos de prisioneros, desastres ambientales y más pobreza; aquellos que todavía aplauden al socialismo, los que se reúnen en las plazas y mítines para escucharlos, o están cobrando algún dinerito o los tienen engañados con una falsa promesa, o están allí obligados para que no le boten a un familiar del trabajo.

Cuando un socialista habla mal del capitalismo y les dice que ser rico es malo, cuiden mucho sus carteras pues se las quieren robar, encierren a sus hermanas pues se las quieren violar, escondan a sus hijos pues quieren llevárselos a la guerrilla. Cuando vean a un socialista bolivariano caminar por la misma acera, persígnense y corran a la acera de enfrente, sus almas están condenadas y hieden a muerto.

SAÚL GODOY GÓMEZ
http://www.hacer.org/report/2009/02/venezuela-el-socialismo-al-desnudo-por.html

miércoles, 18 de febrero de 2009

"MAURICIO FUNES NO NOS PREOCUPA, EL FMLN SÍ"

"La cuestión no es de credibilidad, porque al FMLN sí le creemos cuando dice que quiere instaurar el socialismo". Ricardo Simán, presidente de Almacenes Simán, empresa con negocios en la región, tiene muy claro el panorama político, tanto como los vaivenes financieros del momento.

Tal vez por eso es que concreta su postura en dos palabras, cuando se le pregunta qué sienten sus homólogos frente a las elecciones presidenciales que se avecinan en el país: expectativa y preocupación.

Simán sabe que ahora la situación es diferente a los combates por la presidencia de otros años: esta vez se conjugan de manera malévola una crisis financiera internacional, un ambiente de recesión en la actividad económica nacional y una carrera proselitista con dos candidatos diametralmente opuestos. Tan opuestos como los modelos que predican los partidos que los han lanzado a la contienda.

Preocupación también porque, por primera vez, el FMLN tiene opciones reales de ganar el Ejecutivo y poner en marcha su plan socialista, como lo han sostenido públicamente los dirigentes más poderosos de ese partido de izquierda, en un fuerte contraste con lo que ante el empresariado predica el delfín del farabundismo, Mauricio Funes.

"Lo que dicen el candidato Funes, sus allegados y sus amigos puede ser creíble, pero no es cierto que así se piense en el partido; porque toda la estructura del partido tradicionalmente ha pensado en forma diferente... han sostenido y promovido un sistema diferente", opina el empresario.

Una de las fuertes bazas de campaña que ha predicado Funes es hacer un pacto fiscal con los empresarios para evitar la evasión y para crear mecanismos que ayuden a que entre más dinero a las cuentas del Estado.

Simán está de acuerdo con tener un gran pacto fiscal para beneficiar al país, pero que sea transparente y honesto.

--¿Le parece que se podría tener un pacto fiscal con el FMLN?
Como respuesta, el empresario recuerda que durante el gobierno de Armando Calderón Sol (1994-1999) se formó un grupo de diálogo entre diversos sectores, entre ellos el empresarial y otras fuerzas como Fusades (Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social), los sindicatos, ARENA y el mismo FMLN.


"Algo que me quedó grabado es que el grupo no pudo avanzar porque no pudimos ponernos de acuerdo ni siquiera en el concepto de propiedad privada, que es algo básico en el sistema que defendemos y promovemos", recuerda.

En esa ocasión, cuando se discutía el concepto de propiedad privada en función social "nos llevaban directamente a decir que los usos que en la actualidad tiene la propiedad privada no es la visión del partido (FMLN)", destaca Simán, y remata: "¿Cómo no vamos a estar preocupados los empresarios ante visiones de este tipo, ante aseveraciones y experiencias que hemos tenido. Muy buenas intenciones puede tener el candidato del Frente, sus asesores y sus amigos, pero nos preocupa la tradición que ha tenido su partido a través de la historia".

Y parte de esa tradición la han puesto en la palestra los mismos dirigentes del FMLN en diversas entrevistas ante los medios de comunicación.

De esas declaraciones, el empresario recuerda que los farabundistas se han definido como un partido antisistema, antiempresarial y que están promoviendo un sistema de socialismo puro.

En diversas ocasiones, el candidato Funes ha desmentido que vaya a instaurar el socialismo en un eventual gobierno suyo, pero dirigentes como José Luis Merino (alias Ramiro Vásquez) se han encargado de aclarar las cosas. Merino, en una entrevista con La Prensa Gráfica, sostuvo que su partido sigue manteniendo el sueño socialista.

A esto se añade que en los estatutos del FMLN se deja establecido que el partido es socialista y revolucionario.

Otro de los puntos flacos que Simán ve en el plan de gobierno presentado por el FMLN es la ausencia de detalles.

Indica que ha escuchado debates, interpretaciones e informaciones de personas estudiosas en las que se argumenta la escasa concreción de medidas que se tomarían si el FMLN gana el Ejecutivo.

"En los últimos días de campaña se han hecho muchas promesas populistas, de las cuales no se tiene ni idea cómo se van a financiar", opina el empresario.

Para Simán, sin embargo, El Salvador necesita que a medida pasa el tiempo y se crece en democracia "se pueda tener un sistema que permita que los partidos políticos tengan una visión a largo plazo para sentar un gran acuerdo nacional. Sentar las bases respecto al sistema en el que todos los salvadoreños quisiéramos vivir. Esto ha sucedido en muchos países y ha sido la plataforma para un desarrollo económico y social sostenido y sostenible durante décadas".

--¿Qué debe tener en mente el votante al tomar su decisión? --le preguntamos a Simán.
El hombre de negocios lo medita y, de manera pausada, otorga su respuesta:
--Debe pensar de dónde venimos como país, en qué etapa del desarrollo estamos; lo que hemos logrado como nación a partir de la guerra y las fortalezas y amenazas que podemos tener.


El que gane tendrá que dar señales muy claras

Desde el FMLN, muchos empresarios han sido objeto de críticas y se les ha acusado de incentivar el voto de los empleados en contra del efemelenismo. Sin embargo, el FMLN también se ha acercado al empresariado para tratar de generar tranquilidad.
Tras el referendo del pasado domingo en Venezuela, ¿le preocupa a usted el Socialismo del Siglo XXI?


Socialismo del Siglo XXI es el nuevo nombre que dan un sistema fracasado hace más de 20 años con la caída del muro de Berlín y del sistema comunista, socialista o como se le quiera llamar; dichos sistemas al develarse las cortinas mostraron al mundo lo difícil que era la vida, la falta completa de iniciativas, de libertades de todo tipo, el no poder expresarse democráticamente, el no decidir los ciudadanos su propio futuro.

Ante dichos fracasos y la obsesión de poder, han cambiado su nombre; claro, con los recursos que tuvo Venezuela en los últimos años y el valor a que llegó el petróleo se pudo dar el lujo de implementar una gran cantidad de medidas socialistas con altos costos que ahora en la nueva realidad mundial y los precios de petróleo, no podrán sostener; adicionalmente, confiscan o nacionalizan muchas empresas con el pretexto de solucionar problemas para la población, esto será un foco de ineficiencias y gran corrupción.

Esta modalidad de gobierno se convierte tácitamente en una dictadura, empobrecerá mucho más a sus ciudadanos, fomentará el desempleo, alejará las inversiones. Aparte, se convierten en un estado policía, eliminan las libertades y todo esto contradice los principios o denuncias que hacían ante el pueblo y por las que llegaron al poder.

¿Cree que de llegar el FMLN al poder, buscaría seguir el "modelo" Chávez?
Entendemos que el candidato Mauricio Funes se ha desmarcado públicamente de esta visión. La gran preocupación es que su base partidaria está comprometida con el Comunismo o Socialismo ya sea del siglo XX o del siglo XXI, que al final son lo mismo con diferente ropaje.

Siempre en el mismo escenario hipotético, ¿tendría usted temor de que el FMLN pudiera confiscar sus empresas?

El temor es lo que siempre han expresado y promovido, acerca de la propiedad privada, que es la base de un sistema de libertad económica y ciudadana. Esto representa una amenaza.

¿Qué esperaría que haga el futuro gobierno para enfrentar la crisis mundial? ¿qué medidas urgentes cree que se deben tomar o mantener para hacerle frente a la crisis?
Cualquier candidato que resulte electo, en primera instancia debe dar señales claras y contundentes de las reglas del juego, defender y promover la institucionalidad; en resumen, generar confianza para que los inversionistas que dejaron pendiente crecimiento o desarrollo esperando las elecciones retomen dichos proyectos a la brevedad posible. El nuevo gobierno debería continuar invirtiendo en la educación, salud y especialmente en infraestructura que ayuda al desarrollo, revitaliza la economía y genera empleos.

¿Qué les causa tensión en esta coyuntura a los empresarios?
Que la decisión está entre dos partidos muy distintos. Por un lado tenemos a ARENA con una visión de libertad de mercado, y por otra al FMLN, que aunque en la campaña ha tratado de convencer de que va a tener un programa de libertad de empresa y de mercado con algunas variables, tradicionalmente se ha definido como antisistema, antiempresarial y promueve un sistema de socialismo puro.

¿Están preocupados los empresarios porque gane el FMLN?
Es lo que estoy expresando.
En esta campaña proselitista el FMLN ha tenido acercamientos con los empresarios

¿Qué sensación causa cuando dice que respetará la propiedad privada, que no estatizará y que las grandes diferencias serán un pacto fiscal y medidas para evitar la evasión y la corrupción?
No estoy participando en las gremiales y no he asistido a estas reuniones con el FMLN. La información que tengo es de lo que se ve en los medios y de alguna plática que en alguna reunión uno sostiene con los personeros del Frente o con los candidatos. Repito, creo que las intenciones son buenas, son correctas en algunos de sus planteamientos... pero su ideología ha sido totalmente diferente... es más, toda la bancada que hay y la que viene del FMLN su mentalidad y visión ha sido la que estoy expresando. No es cuestión de credibilidad, sino de falta de confianza en qué va a pasar si salen electos, si se va a poder implementar el plan que dicen ellos tener.


NOTA EL DIARIO DE HOY
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6351&idArt=3361770

SEPAN TODOS DEL DESEMPLEO QUE CAUSARÍAN LOS ROJOS

Varios empresarios --y es muy importante que la mayoría lo haga--, están advirtiendo a su personal lo que es una terrible realidad: si ganan los comunistas en marzo, el empleo en el país y sus empresas o se verá reducido de manera drástica, o se desploma.

Una cosa son las promesas del charlatán que sirve de piel de oveja a los lobos y otra lo que va a ocurrir: la inmediata desconfianza, la paralización de las inversiones, el miedo de la gente, lo de "esperar hasta que veamos claro" que haría presa del país. De inmediato se afectarían gravemente el movimiento comercial y los niveles de empleo.

Aunque la gente olvida lo que sufrió antes, ya pasamos por una crisis similar, cuando Duarte y un grupo de sus secuaces llegaron al poder: en seis meses la mitad de los trabajadores había perdido su empleo, lo que en parte provocó el gran éxodo hacia Estados Unidos. La gente salió más por el descalabro económico provocado por "las reformas estructurales" de ese individuo, que por las matanzas y depredaciones de las bandas terroristas, entonces como ahora manejadas por los mismos cabecillas.

Pocos negocios tienen los recursos y las clientelas que les permitan sobrevivir la doble debacle provocada por la crisis mundial y el colapso de la confianza empresarial al ver a los otrora guerrilleros instalándose de por vida en los mandos estatales.

Los sujetos que tendrían en sus manos al país carecen de experiencia en los negocios y tienen la cabeza llena de falsas ideas y supersticiones sobre la producción y las ganancias, sufren de graves complejos sociales y, lo que es todavía peor, odian ciegamente sin que haya causa para ello. El desastre de meter a un búfalo enfurecido en una tienda de porcelana ("a mad bull in a china shop") es el escenario que podemos anticipar.

Al votar, piensa en la comida de tu familia
El charlatán que se está prestando para que pueda ocurrir tal catástrofe, quien tampoco manejó en su vida siquiera un pequeño negocio (el de las tarjetas topadas y los hijos en abandono) promete, y lo promete todo, entre ello crear centenares de miles de nuevos empleos.

Piénsese en lo que ofrece, comenzando porque no da detalles de la clase de empleos que generaría, quiénes van a administrar esas empresas, de dónde sacará el dinero (pues tanto Chávez como las FARC están casi en bancarrota) y cuáles son los mercados (en medio de una depresión mundial) donde se vendería lo que esas flamantes fábricas, sembrados y negocios producirían. Para comenzar, construir una bodega tarda seis meses sólo en obtener los permisos y muchos más para ponerla en funcionamiento.

¿Qué hará la gente mientras los nuevos negocios que prometen los rojos entran en funcionamiento? ¿O es que tienen una varita mágica para hacer el milagro en 24 horas? Y si tienen la varita, ¿cuál es la razón de no usarla en los municipios que controlan, donde los únicos nuevos negocios son prostíbulos y chupaderos?

Pensemos en un negocio relativamente fácil de instalar, un comedor o pequeño restaurante. ¿Podrán sus dueños y, por consiguiente, sus empleados sobrevivir a la baja en las clientelas que provocaría un régimen rojo? ¿Quién pagará alquileres, compra de materia prima, mantenimiento de locales, reservas para contingencias?

Al momento de votar piensa, estimado lector, en lo que tendrías que hacer para sostener a tu familia…


EDITORIAL DE EL DIARIO DE HOY
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3361313

BLOGUERO DE FUNES ESCUPE A EVANGÉLICOS

En tiempos normales, el FMLN mantiene un equipo encargado de monitorear los medios radiales y televisivos para, en los programas de opinión, hacer preguntas incómodas a los críticos de la izquierda y elogiar a los exponentes de la misma, así como en las encuestas, enviar respuestas que convengan a la izquierda.

En este período electoral, ha constituido grupos de blogueros y remitentes de correos electrónicos que atacan a los opositores de la izquierda y celebran a sus exponentes. Lo normal es arremeter contra Rodrigo Ávila y deshacerse en elogios del señor Mauricio Funes.

También en escala bastante menor hay lo contrario. Embestidas contra Funes, especialmente ridiculizándolo, pero sin ditirambos al candidato arenero. Uno de tantos pregunta en qué se parece Funes a una tortuga parada en la punta de un poste del alumbrado eléctrico. En que no entiendes cómo llegó allí; no puedes creer que esté allí; sabes que no pudo subir solo; estás seguro de que no debiera estar allí; y que no hará nada útil donde está.

Abundan las burlas contra Ávila. A veces ingeniosas; en ocasiones fruto de enajenados mentales, como un pedante, supuestamente científico, “perfil psicológico”.

Quiero referirme a uno de esos, obra de un desquiciado que cree ser gracioso. Lo titula “Cómo Ciro Zepeda conquistó a Chévez candidato del PCN” agregando “(Se reirá un rato)”.

Imagina que un taxista recoge en el Reloj de Flores a una señora “con su biblia (así, con minúscula) debajo del sobaco” y la lleva a Ilopango a la iglesia Elim. Cuando la baja, ve en el recinto a cuatro figuras del PCN y se queda a ver qué pasa. “No quise entrar —dice el imaginario taxista con palabras del autor— no soporto a esos fanáticos que me obligan a oír coritos a las 11 de la noche. Pink Floyd no se oye bien con locos gritando y saltando detrás de mi cuarto. Los detesto.”

Si el chistoso cree que solo insulta a los feligreses de Elim, debiera saber que al ofender a una de las denominaciones más extendidas y estimadas, injuria a todos los hermanos evangélicos, que se aman y respetan, aun cuando tengan y eventualmente expresen diferencias.

No contento o inconsciente de ello, extiende su vilipendio a lo más sagrado que hay en la vida de un evangélico, la aceptación de Jesús como su único y suficiente Salvador. Los pecenistas ficticios habían llegado al templo para fingirse cristianos y ganarse los votos de la congregación. El pastor parado al centro del “escenario” les da la bienvenida.


Cuando llama “a aquellos que querían aceptar a Cristo”, entre ellos cuchichean chanzas vulgares sobre la reunión y se empujan recíprocamente para ver quién pasa primero por aquella “paja”. Al fin sube Cruz Zepeda, se arrodilla y el pastor grita “Aleluya, el Señor está haciendo obra esta noche, amén”. Pone las manos en la cabeza del político y este “empezó a hablar en una jerigonza ininteligible” y a moverse “alocadamente como quien está a punto de caer con ataque de epilepsia. Está hablando en lenguas, dijo alguien”.

O sea que el efemelenista se mofa también de lo que para muchos es la presencia del Espíritu Santo.

La cosa pasaría como cualquier bufonada sacrílega, si no fuese porque gente así es la que aspira a posiciones de gobierno con el señor Funes. Para mantenerse en el poder 10, 20, 30 años, como dice José Luis Merino; o por toda la vida, como Hugo Chávez.

Por si quiere escribirle al autor, escondido tras un seudónimo, su correo es: rojitoconfunes@yahoo.com


Ivo Príamo Alvarenga/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/18730.html

EL SÍ DE LOS VENEZOLANOS

Al pensar en un título para esta columna, han gravitado en las profundidades de mi inconsciente el título y el argumento de la célebre comedia de Leandro Fernández de Moratín, escrita en 1801, representada por primera vez en 1806 y posteriormente censurada por la Inquisición.

La asociación espontánea de ideas se puede dar por semejanzas o por contrastes. “El sí de las niñas” es una obra de crítica a las convenciones sociales de la época, particularmente al abuso de autoridad de los padres que obligaban a sus hijas a tomar por marido al mejor partido económico. El sí de los venezolanos es, por el contrario, una proclamación del derecho del pueblo a someterse a perpetuidad a abusos de naturaleza mucho más grave.

A diferencia de las jóvenes de la época de Moratín, a los venezolanos nadie los obligó a vincularse con su presidente hasta que la muerte los separe. Podemos asumir que la mayoría de los que votaron por el “sí” a la reforma constitucional lo hicieron libremente, aunque no necesariamente con una clara conciencia de todas las repercusiones.

Las divagaciones me llevan a otros elementos de contraste. La obra de Moratín se divide en tres actos: el anochecer, la noche y el amanecer, la de Hugo Chávez podría quedarse en el segundo acto. Inexplicablemente, puesto que su obra fue un éxito muy sonado, Moratín desapareció de la escena después del “sí”; los planes de Chávez son un poco diferentes. Ha llegado para quedarse, porque está convencido de que solo él tiene la capacidad de sostener el esfuerzo revolucionario por el tiempo que sea necesario.

Hay que reconocer que el referendo se llevó a cabo ordenadamente y con un elevado nivel de participación ciudadana. Mis felicitaciones al pueblo de Venezuela, especialmente a los que se atrevieron a desafiar al caudillo. Y a quienes piensan que el referendo es prueba suficiente de una democracia vigorosa, hay que recordarles que en algunas de las peores dictaduras, también se realizan consultas populares a la medida del dictador.

Tal como lo han señalado en incontables ocasiones y muy atinadamente los movimientos de oposición a regímenes de derecha, la democracia es mucho más que la realización de votaciones, y la libertad exige mucho más que la mera ausencia de bayonetas en los momentos en que el pueblo acude a las urnas para expresar su voluntad.

La democracia es el predominio de la voluntad de la mayoría, pero con respeto a los derechos de la minoría. Por ahí se nos queda bastante corto el coronel, con su discurso amenazante que convierte en enemigo de la patria y persigue a todo aquel que ve las cosas de diferente manera.

Y se nos queda también bastante corta una democracia en la que el caudillo concentra, aunque lo haga legalmente, todo el poder del Estado, comprando voluntades con un magnánimo populismo y despojando de sus derechos políticos, económicos y sociales a cualquiera que se atreva a disentir y a cualquiera que se sustraiga del juego en el que el beneficio de los servicios públicos solo se puede obtener a cambio de adulación y lealtad incondicional.

Hugo Chávez es hijo de una democracia que se durmió en sus laureles y se volvió autocomplaciente, tomando equivocadamente su longevidad como signo de fortaleza; es el engendro de un sistema de partidos políticos que, insensible frente a las necesidades de la población, convirtió la alternancia en una forma más o menos equitativa de distribuir prebendas entre los principales grupos dominantes dentro de un esquema de desarrollo económico excluyente.

Hugo Chávez cuenta con el sólido respaldo de un considerable segmento de la población que se hartó de la exclusión y de la corrupción, gente que por mucho tiempo se dará por satisfecha con la benevolencia arbitraria del populismo, siempre y cuando les llegue algún beneficio de ella y se les alimente la ilusión de protagonismo en la consolidación de un régimen que entiende la justicia simplemente como una vuelta a la tortilla.

Hay grandes diferencias entre los dos países, pero no me digan que no tenemos nada que aprender de Venezuela. Tampoco me digan que de esa triste experiencia se puede extraer solo una lección. ARENA y los demás partidos políticos deben asumir un compromiso serio con el fortalecimiento institucional, el combate contra la pobreza y la erradicación de la corrupción. De nuestra parte, los ciudadanos debemos fijarnos bien dónde ponemos la mirada para encontrar las mejores soluciones sin poner en grave riesgo la libertad y la democracia.

Joaquín Samayoa/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/18727.html

SUEÑOS MESIÁNICOS Y VIOLENCIA JUSTIFICADA

Acepto, de entrada, que fui masoquista. El pasado domingo, tras el anuncio oficial de los resultados en Venezuela, me quedé más de una hora viendo por televisión al coronel Hugo Rafael Chávez Frías. Lo hice porque los tiranos ejercen una extraña fascinación sobre quienes valoramos la democracia como una conquista diaria; pero también porque he aprendido a concebir cada acontecimiento, en mi país y el mundo, como una oportunidad de ser testigo de la historia. Y lo del domingo fue, sin duda, histórico.

Y fue tragicómico también. Esa noche le oí decir al presidente de Venezuela que su lucha era la misma de Jesucristo, le escuché ¿cantar? un bolero y le vi alzar los puños, en gesto de virilidad tribal, delante de una muchedumbre enfebrecida. Hugo Chávez, desde aquel balcón, abrazado a sus hijas, desgañitándose, se convirtió en la esencia misma del error humano, ese que se contrapone tozudamente a la historia. De pronto parecía que la autocracia, esa enfermedad política de todas las épocas, volvía a agenciarse el respaldo del tiempo.

Admito que fue igualmente masoquista de mi parte leer entera la autobiografía de Salvador Sánchez Cerén, "Con sueños se escribe la vida". Pero en este caso me sentía más obligado a soportar el padecimiento, porque el autor de la obra aspira a convertirse en vicepresidente de El Salvador, y los juicios que haga del pasado adquieren, para mí, una indiscutible trascendencia.

No estaba equivocado Fred Schwarz cuando afirmaba que "los comunistas dicen siempre la verdad". Las convicciones marxistas suelen ser apuestas de vida, compromisos casi religiosos. Dios es un idealismo noble pero anacrónico, siempre al servicio del enemigo burgués. La "revolución", en cambio, es la nueva meta del hombre ético, porque es ella la que interpreta mejor el ideal solidario que encarnó, entre otros, Jesucristo.

Pero si a usted, amigo lector, le repugna que Hugo Chávez hable del cristianismo con petulancia mesiánica, le inquietará saber que Salvador Sánchez Cerén (alias Leonel González) invitó a un famoso teólogo de la liberación, Miguel D'Escoto, a prologar sus memorias. Y lo que más le asombrará es que este controvertido miembro de la congregación Maryknoll, ex canciller de Daniel Ortega, se atrevió a escribir lo siguiente:

"(…) No es el momento de detenernos a reflexionar sobre las características morales y espirituales del gran revolucionario que fue Farabundo Martí. Por sus frutos los conoceréis, decía Jesús, y no cabe duda de que uno de los grandes frutos de Farabundo (y de Jesús) es precisamente Leonel, como tendremos la oportunidad de constatar en su autobiografía" (Pág. 18). [Aunque parezca increíble, la transcripción es rigurosamente literal].

Mucho me temo que el candidato vicepresidencial del FMLN no querrá explicarnos, durante la presente contienda electoral, por qué escogió para elogiar su libro a un célebre enemigo del Vaticano que se enfrentó a Juan Pablo II. Me pregunto, de hecho, si podría aclararnos algo su compañero de fórmula, Mauricio Funes, que hace algunos días, entrevistado en el canal 67, admitió haber reconocido tardíamente "el temor a Dios".

Los problemas que como salvadoreño tengo con la candidatura de Salvador Sánchez Cerén tendrían poca relación con su pasado guerrillero si el mismísimo ex comandante no hubiera dejado claro, a través de sus memorias, que sigue pensando, al sol de hoy, como pensaba en la guerra. Es en este punto donde su pasado de crueldad e intolerancia cobra dimensiones fantasmagóricas, porque es él quien dice, sin rodeos, que el odio y la violencia tienen justificaciones históricas. Y agrega (Pág. 264): "No puedo descartar ninguna forma de lucha para llevar adelante nuestras ideas, para conquistar nuestros proyectos programáticos…". ¿Acaso se puede ser más claro?

Se trata del mismo razonamiento primario que lleva a Miguel D'Escoto, el oficioso prologuista, a afirmar que "sigue siendo cierto aquello de que quienes imposibilitan que se logre instaurar pacíficamente los cambios que la justicia exige, hacen inevitable que los pueblos recurran a la fuerza de las armas en defensa de la vida y de su dignidad humana" (Pág. 10).

Es triste que un religioso diga que es lícito matar para defender la vida, otra manera de decir que «el fin justifica los medios». Es el argumento que supedita la razón a la barbarie, la justicia a la venganza, la serenidad a la arbitrariedad. Para Leonel González, como para Hugo Chávez, la calma es traición; la prudencia, claudicación. Es el puro y duro imperio de las circunstancias el que marca el paso de la historia. Es el ser humano condenado a perder su humanidad, porque el entorno lo avasalla, lo embrutece, lo convierte en un prisionero de sus instintos.

Así, damas y caballeros, se justifican las medidas más extremas, las revoluciones más sangrientas, los asesinatos más viles. Es así como un respetable porcentaje de caudillos y activistas, artistas e intelectuales, académicos y formadores de opinión, en todo tiempo y lugar, le entrega a la violencia --esa "perra de hielo", como felizmente la calificó David Escobar Galindo-- su marxista credencial de "partera de la historia".

Federico Hernández Aguilar
Escritor y columnista de El Diario de Hoy
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_opinion.asp?idCat=6342&idArt=3360663

martes, 17 de febrero de 2009

¿Y SÁNCHEZ CERÉN?

El éxito en la política depende del trabajo que se hace de cara a la opinión pública. Por eso es que las imágenes y los mensajes tienen tanta importancia. Eso explica por qué durante una campaña electoral los partidos políticos y sus candidatos se esmeran tanto por mostrar lo mejor de sí y esconder lo peor de sí. Las diferencias en ese ámbito entre ARENA y el FMLN son como el día y la noche.

Hay ejemplos claros de lo anterior en la carrera presidencial del 15 de marzo. Uno de ellos es el esfuerzo notable al interior del partido de gobierno por hacer a un lado las diferencias que existen entre distintos sectores del colectivo tricolor, para empujar todos juntos la carreta del proyecto electoral de su candidato presidencial, Rodrigo Ávila.

No hay dudas de que los resultados del 18 de enero, y las imágenes y los mensajes de unidad que se han suscitado desde entonces le han dado nuevos brillos a la campaña arenera. Las imágenes que muestran a una familia arenera unida –aunque no del todo sonriente– han logrado acrecentar las percepciones sobre las posibilidades reales de un quinto triunfo electoral arenero.

Por otro lado, los frutos del factor Zablah también son claros. Para nadie es secreto que Arturo Zablah tiene detractores entre sectores de la derecha salvadoreña y del mismo partido tricolor. Pero, poco a poco, se ha asumido la importancia del mensaje de apertura que la candidatura de Zablah significa a favor de una victoria tricolor. De que Zablah aporta, no hay dudas.

Mientras tanto, ¿qué pasa al otro lado del espectro político? En el FMLN no se ha producido ninguna foto de familia como ha ocurrido en ARENA. Los motivos para ello son varios. Tiene que ver, principalmente, con la estrategia efemelenista de mostrar rostros nuevos y amigables para vender una imagen del FMLN que no caza con la realidad.

Por eso es que Mauricio Funes se arropa con sus asesores no efemelenistas, o con su grupo de “Amigos” a la hora de encarar a los medios de comunicación. En privado, todos sabemos, son los comandantes los grandes protagonistas. Además, una foto de la familia efemelenista incluiría obligadamente a personajes siniestros cuya presencia resulta ser más un pasivo que un activo en el esfuerzo electoral de Funes.

Sabemos que una foto de familia debe incluir además a Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa y Evo Morales –los cuatro jinetes del Apocalipsis democrático latinoamericano–. A pesar de los esfuerzos de Funes por esconder los nexos del FMLN con el hombre fuerte venezolano, la simpatía e inspiración que Chávez genera en la ex guerrilla salvadoreña es de dominio público.

La otra pregunta de rigor es: ¿Y Salvador Sánchez Cerén? ¿Por qué ha desaparecido de los medios de comunicación el candidato a la vicepresidencia por el FMLN? El juego de imágenes del FMLN en esta campaña incluye la desaparición pública del compañero de fórmula de Funes.

Mientras Zablah aporta ideas, trayectoria e imagen a la campaña arenera, Sánchez Cerén se esconde para que la opinión pública olvide su pasado guerrerista. También para no responder por crímenes cometidos bajo su mando durante el conflicto armado, o por la campaña de violencia que su partido ha desatado en distintos puntos del país, en algunos casos utilizando niños y adolescentes, adoctrinados y envenenados por dirigentes que añoran la montaña y las balas.

La otra pregunta que ni Sánchez Cerén, ni Funes, ni el FMLN están dispuestos a responder es: ¿De dónde provienen las millonadas que están financiando la masiva campaña publicitaria del presidenciable farabundista?


Carlos A. Rosales/ Secretario particular de la Presidencia de la República
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/18542.html

¿NOS AFECTA EL RESULTADO EN VENEZUELA?

Hugo Chávez puede reelegirse vitaliciamente como presidente de Venezuela. Esta vez la oposición sabía a qué se oponía, hace diez años que le dieron el poder. No, les ofreció democracia, libertad y que no sería socialista.

Ahora es el referente mundial del socialismo latinoamericano del siglo XXI, la república socialista en Venezuela, ampliada a “la patria grande” según sus palabras, Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El Salvador...

Si estamos en sus planes de expansión, nos afecta y nos concierne estudiarlo, pues nuestra realidad sería que el 15 de marzo estaremos votando a favor o en contra de un proyecto en esa dirección, con el apoyo de Chávez.

Un refrán popular dice: “Si tiene membranas en las patas, alas impermeables, pico cuadrado, dice cuack, parece pato (y en nuestro caso, dice que lo es), es pato”.

Sin embargo persiste en sectores reducidos la creencia o esperanza de que eso no es así, seguramente alentados por una estrategia electoral muy inteligente y una excelente campaña publicitaria dirigida a ellos principalmente.

Veamos las evidencias. En múltiples oportunidades Chávez ha declarado que seremos parte de su esquema y los principales líderes del FMLN han manifestado y escrito muy claramente su ideario socialista y revolucionario, en comunión con el actuar del comandante Chávez, al que declaran admiración y con quien han cultivado una amistad larga.

Las declaraciones y los escritos de los líderes por más de una década son consecuentes, consistentes, sólidos. En su libro recientemente publicado, el candidato a vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, “Con sueños se escribe la vida”, declara su deseo y ferviente compromiso de construir el modelo socialista que el país necesita, cambiar el sistema profundamente, haciendo la revolución con las armas que proporciona el sistema.

Declaraciones recientes del Sr. José Luis Merino, uno de los más altos dirigentes, resultado de un congreso serio en que se discutió el rumbo del FMLN, son claras como el agua, aspiran a construir el socialismo, la única forma es cambiando el sistema, el Frente no es ni debe ser plural para alcanzar sus objetivos.

Las apariciones de Nidia Díaz, Salvador Arias y otros dirigentes en Venezuela en repetidas ocasiones, apoyando a Chávez y manifestando su admiración por él, son otra muestra de la realidad.

El Sr. Arias dijo recientemente lo sabido, que la moderación de Mauricio Funes y su elección es solamente una estrategia electoral para llegar al Ejecutivo y así implementar su proyecto socialista. Aunque Arias tenga una tensa relación con Funes, no le quita la verdad de lo que dice.

Alba Petróleos vendiendo combustible solamente a alcaldías del FMLN (diferente de si fuera gobierno a gobierno), con un crédito a 25 años, es la tapa de la botella, una operación no auditable públicamente, es la aparente forma de Chávez de proporcionar fondos a sus aliados. Solamente puede ser para acompañarlo en su proyecto. ¿Será pato?

El Frente adoptó la estrategia de nombrar un candidato de fuera de apariencia moderada, Funes, ya que no ganaba con los suyos, vistiendo de blanco, ofreciendo democracia y libre mercado, mantener a Sánchez Cerén y los comandantes fuera de escena y mostrarse más al centro que ARENA. La estrategia funcionó por un tiempo, fueron disciplinados y siguieron el libreto, pero las constantes y contundentes contradicciones dejan pocas dudas.

Dicho lo anterior, es absolutamente legítimo que el FMLN desee implementar un proyecto revolucionario socialista en El Salvador; lo persiguen desde la guerra, entonces por la vía armada, ahora utilizando el arma de la democracia: el voto. Además de legítimo, se respeta la honestidad e integridad de los dirigentes que defienden su proyecto abiertamente, es la esencia de la democracia.

No está bien el doble discurso, aparentar ser una cosa diferente para atraer a un sector de votantes, los desorientados, los cansados de ARENA, los que quieren cambio de cualquier forma, quienes están mal y buscan cualquier forma de mejorar su situación, algunas élites intelectuales y generadores de opinión que se pronuncian por una alternancia en el poder ya, si importar cómo ni a qué.

No puedo juzgar si el candidato Funes realmente cree que puede evitar la transición al modelo, a un partido monolítico, disciplinado, ideologizado, en el que no tiene apoyos internos, en un país con insuficiente fortaleza institucional. Muchos quisieran creer eso, incluido quien escribe, pero objetivamente no se ve factible.

Es claro que el 15 se votará por uno de dos proyectos y todos somos libres de escoger. Por ahora, el revolucionario socialista del FMLN y el de democracia y economía social de mercado que representa ARENA.

RAFAEL CASTELLANOS
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/18541.html

lunes, 16 de febrero de 2009

NO LES DA VERGÜENZA SER DESVERGONZADOS

Los amigos del candidato de los comunistas se asemejan a los pasajeros de un barco que antes de una tormenta se meten en los botes salvavidas sin importarles lo que le pase al resto

Haremos cinco cuestionamientos a los "amigos de Mauricio Funes", los que el candidato rojo rehúsa contestar.

El primero, ¿conocen el pasado del compañero de fórmula de Funes, parcialmente expuesto en el libro de Geovani Galeas sobre el "esplendor" y la miseria de la guerrilla? Si lo conocen, ¿cómo tienen el estómago para prestarse a que tal individuo pueda llegar al poder? Si no lo conocen, ¿cómo pretenden asumir un liderazgo pasando por alto la parte más siniestra de su historia?

El segundo: ¿de dónde sale el dinero que a raudales están gastando los comunistas? Si viene del exterior, y la fuente sólo puede ser Chávez o la narcoguerrilla FARC, ¿ignoran cuáles son las consecuencias de venderse a un dictador foráneo y a narcotraficantes?

El tercero: ¿cómo pueden optar por el cambio si el cambio lo va a definir una banda que destruyó el país y que mantiene en el mando desde hace treinta años a los mismos cabecillas?

El cuarto cuestionamiento: Si ni un solo "amigo" logró ser postulado ni siquiera a candidato a diputado suplente por los rojos, ¿cómo creen que sus ideas y sugerencias van a prevalecer sobre una banda que sistemáticamente purga o asesina a los que piensan distinto? Galeas cuenta que el camarada Sibrián mataba a garrotazos a pobres muchachos por sólo atribuírseles tendencias antirrevolucionarias. Sibrián era el lugarteniente del vice de Funes.

El quinto: conociendo lo que son los dos candidatos presidenciales, ¿a cuál de ellos habría escogido de joven como novio de una hija de diecisiete años? ¿A cuál de los dos, Ávila o Funes, le confiaría la educación de sus nietos? ¿A cuál de ellos habría preferido como socio en un negocio?

Sean amigos de la Patria, no de vendepatrias
Ninguno de los "amigos", amigos de ocasión, los arrimados que siempre surgen alrededor de figuras con algún chance de llegar al poder, vacilaría en escoger a El Salvador sobre Nicaragua, sobre Venezuela y sobre todo Cuba para vivir.

Ninguno, hasta donde se sabe, sudó gatillo ni lo respaldan las bandas de violentos, las que agrupan ex guerrilleros, el lumpen urbano, mareros y los neocomandos como la BRES y la Brigada El Limón, lo que constituye el espinazo del movimiento.

¿Quiénes, señores amigos, creen que van a fijar agendas, establecer programas, nombrar ministros y marcar rumbos: su destartalado candidato o los señores Sánchez, Ramiro y Medardo?

Pero además, ¿creen que serán los Sánchez, los Ramiros y los Medardos quienes van a definir lo que aquí se haga, o serán los Castro y los Chávez?

¿Creen que Funes tiene la suficiente fuerza en las filas del "frente" como para deshacerse de los actuales cabecillas, quedarse con la marca, desfanatizarla y desviolentarla?

Los amigos del candidato de los comunistas se asemejan a los pasajeros de un barco que antes de una tormenta se meten en los botes salvavidas sin importarles lo que le pase al resto. Pero no necesariamente el buque va a hundirse ni necesariamente ese bote va a salvar a los que allí se han ido a guarecer.

Un filósofo griego dijo una vez ser "amigo de Sócrates, pero más amigo de la verdad". Los amigos de Funes deberían ser más amigos de la libertad, de la sensatez y del Orden de Derecho, ser amigos de la Patria, no de quienes quieren venderla.


EDITORIAL EL DIARIO DE HOY