jueves, 7 de mayo de 2009

DE AQUÍ EN ADELANTE

Con este artículo termino una serie de cuatro sobre los 20 años de ARENA. Lo escrito en los tres anteriores son una mera descripción de los puntos más resaltantes de los tres primeros gobiernos de este instituto político, que el uno de junio pondrá fin a su permanencia en el poder. No se trata de un análisis a fondo sobre las luces y sombras, aciertos y fracasos, de este período político de nuestra historia. Para ello, claro está, se requiere más tiempo y espacio que tres columnas de 700 palabras cada una.

La actual y última administración arenera, la del presidente Saca, que aún no concluye, está marcada por el énfasis en lo social desde el momento mismo de la toma de posesión, la derrota de ARENA en las elecciones del pasado 15 de marzo, y la hasta cierto punto inesperada forma en la que el presidente ha conducido lo que se esperaba fuera una tensa transición. Ya habrá tiempo para hacer una exhaustiva ponderación sobre estos últimos cinco años en particular y sobre las dos décadas areneras en general.

Mauricio Funes, el ahora presidente electo, fue durante los gobiernos de ARENA uno de sus más duros críticos. Sin embargo, su labor la desarrolló en completa libertad. Sin temores a represalias de ningún tipo. Esa libertad, espero, también sea respetada de manera absoluta para aquellos, que como yo, estaremos atentos y vigilantes, de manera crítica a su gobierno.

Sin lugar a dudas el uno de junio marcará un antes y después en nuestra historia política. Lo que ha ocurrido no es un simple cambio de partido en el gobierno como suele ocurrir en las democracias más estables y desarrolladas. Ha ocurrido que un movimiento político que ha luchado por todos los medios posibles por la toma del poder, incluyendo la lucha armada, ha conquistado el gobierno por métodos democráticos.

ARENA estará ciertamente en la oposición. Y a los que no somos militantes de ningún partido político, pero que nos sentimos identificados con el liberalismo como corriente de pensamiento en donde se fundamenta la democracia política, la libertad económica y el respeto al Estado de Derecho nos tocará, como decía, mantener una actitud responsablemente crítica y vigilante. Para ejercer este derecho nuestras armas serán siempre las ideas, los argumentos y el debate.

Más allá de las discusiones actuales sobre las supuestas o reales diferencias entre el presidente electo y el partido que lo llevó al poder, lo cierto es que el FMLN será a partir del uno de junio el partido de gobierno, el partido oficial. Y deberá cargar con esa responsabilidad, con sus aciertos y sus fracasos. Es inaceptable que se juegue a partido de gobierno para ciertas cosas y a oposición para otras. Y peor aún es que se pretenda mantener, para ejercer presión, desde la alturas del poder a los grupos de choque como los que el uno de mayo hicieron un relajo en la Asamblea Legislativa.

Por su parte a ARENA le corresponde prepararse de la mejor manera posible para jugar el importante rol de principal partido de oposición. Toda crisis, como se ha comprobado una y otra vez, representa una oportunidad. Y me parece que la crisis que está viviendo ARENA, producto de la derrota electoral, la puede aprovechar en muchos sentidos para recuperar la mística perdida, trascender del anticomunismo cerril hacia un pensamiento de partido liberal moderno, formar una estructura de cuadros capaces y honestos como nervio y músculo que active un vigoroso trabajo territorial.

ARENA, no hay duda, debe reinventarse, pero no desdibujarse en el intento. Debe recordar que las decisiones que tome, no sólo afectarán a su ámbito partidario, sino a todo el país, incluso a los que no comulgan con sus ideas. En menos de dos años estaremos nuevamente en elecciones. De la salud que muestren los partidos de oposición dependerá en gran medida que los pesos y contrapesos del poder mantengan el equilibrio necesario, para evitar que las tentaciones totalitarias de más de alguno se vuelvan realidad.

Lo que está ocurriendo en la transición ha desatado una ola de suposiciones y hasta teorías conspirativas, que nunca faltan. Pero hasta ahora todo son palabras, artículos, cálculos, especulaciones y hasta animadas pláticas de café. La verdad comenzará a saberse a partir del uno de junio.

Marvin Galeas
Columnista de El Diario de Hoy

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