miércoles, 6 de mayo de 2009

EL 1 DE MAYO

Parecía que de nuevo el 1º de mayo sería otro más de esos en los que se instala la nueva Asamblea Legislativa, dejando tras de si un legado nada honroso en materia de reforma política, probidad, seguridad pública y respeto a derechos fundamentales. Ni la Corte de Cuentas, ni la elección del Fiscal General, ni mucho menos la transformación del Tribunal Supremo Electoral, fueron suficientes para mover las conciencias de los legisladores, muchos de los cuales se reengancharon en sus cargos, ojalá con una visión distinta para los próximos tres años.

Los mismos pactos entre los partidos de derecha para elegir la presidencia del Legislativo, ahora con un cómplice silencio por parte del FMLN, dando la espalda a las reformas que antes pedían a gritos para el fortalecimiento institucional y la libertad sindical, constituyeron el telón de fondo para inaugurar la legislatura 2009-2012.

La toma del Salón Azul por militantes del gobernante partido de izquierda, más el Presidente electo tratando de convencer a la clase obrera que no se ha "derechizado", adornaron el ya ensombrecido día internacional de los trabajadores. Se trató entonces de una celebración en la que como siempre, dimos cátedra del subdesarrollo que caracteriza a nuestra clase política.

Mientras la derecha se mostraba, por lo menos hasta ese día, agonizante y oxidada, la izquierda, aunque por asumir el Ejecutivo, nos daba señales de división con la renuncia del que fue jefe de campaña del Presidente Funes, don Roberto Lorenzana. Mala señal para el sistema de partidos salvadoreño.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, ARENA anunció el nombramiento del ex Presidente Alfredo Cristiani como nuevo Presidente del COENA, la remoción del recién nombrado coordinador del grupo parlamentario de Alianza Republicana y la elección del ex diputado Julio Gamero, para que dirija el grupo asesor de la fracción parlamentaria de derecha por los próximos tres años.

Se rompió, en un anuncio de diez minutos, con la torcida manipulación del partido que se venía practicando en los últimos cinco años. Se ejerció el poder desde el primer momento. Así lo hizo Cristiani, sin ofender a nadie, seguro de sí mismo, con carácter, clara visión de lo que la derecha necesita y con la esperanza que tales señales desborden en un cúmulo de apoyos de todos los correligionarios que creían muerto o por lo menos agonizante al partido que durante veinte años ocupó la silla presidencial, obteniendo la paz, reconstruyendo el país, insertándonos al mundo y consolidando lo social.

Ni conviene que se fraccione el FMLN, dejando sin pies en la Asamblea al Presidente electo, ni mucho menos que ARENA se divida de tal forma que desaparezca como partido de oposición, dejando el camino libre para el inicio de lo que podría ser un largo y tortuoso camino de incertidumbre democrática sin opciones políticas que permitieran a la izquierda o lo que es peor, a partidos populistas, enquistarse durante décadas en el poder.

Por tanto, debemos estar atentos a la evolución en ambos partidos. El nuevo mandatario no tiene porque justificar sus acciones ante las masas en la Plaza Libertad; con semejante actitud, debilita su liderazgo y genera ansiedades en aquellos que han empezado a confiar en su clara visión para gobernar al país. Ha visitado tanto a empresarios como a sindicatos; se ha alejado de Chávez y está próximo a visitar Chile, España y Colombia; ha enviado señales claras a los Estados Unidos; visitó el Banco Mundial y a la cabeza de su equipo económico están profesionales que en principio, han dado señales de cordura y principalmente, de apertura a otros entendidos en materia económica.

ARENA por su parte parece estar encontrando el rumbo que perdió el 15 de marzo. Es indudable que junto al ahora Presidente de la cúpula partidaria, estarán salvadoreños que sin ningún interés patrimonialista y apegados estrictamente a las ideas y principios del Partido, le ayudarán a dirigir los destinos del Instituto político, su fracción legislativa, gobiernos municipales e institutos de formación de cuadros, para encontrar los espacios políticos que permitan acuerdos mínimos en materia económica, fiscal, política y social.

Que esté uno u otro personaje de los que han sido mencionados en los medios de comunicación al interior del COENA no será señal de nada. El liderazgo del Presidente Cristiani es tan grande que las corrientes en el partido tenderán a desaparecer y por el contrario, se iniciará un largo camino hacia la reorganización del Instituto político que vio la luz hace más de veinticinco años, bajo la idea de convertirse no en el partido de los empresarios, sino en el de aquellos que creen en el sistema democrático, la alternancia en el poder y la reforma institucional.

Mientras tanto, las primeras pruebas, tanto para el nuevo COENA como para el Presidente electo, siguen a la vuelta de la esquina. La elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General de la República, los magistrados del Tribunal Supremo Electoral y el Procurador General de la República, son retos de primer orden que nos permitirán conocer claramente si seguiremos en el camino de los "negocios bajo la mesa y el reparto de instituciones" o si por el contrario, por primera vez, tendremos partidos que negociarán ceñidos a los límites que la Constitución de la República establece, en referencia a los atributos que exige para los funcionarios que ocuparán tan dignos cargos públicos.

Luis Mario Rodríguez
Abogado de la República, con maestrías en Derecho Empresarial y Ciencia Política.

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