miércoles, 20 de mayo de 2009

NÓMBRESE EN EL GABINETE GENTE CAPAZ Y EXPERIMENTADA

Designar ministros y viceministros, presidentes de autónomas, colaboradores cercanos y funcionarios claves es asunto harto difícil que envía señales tanto a la ciudadanía como a inversores

En lo posible un gabinete se debe integrar con las personas más capaces que estén dispuestas a servir a su país, no a partir de cuotas partidistas, o por presión de grupos de amigos y menos por compromisos con donantes a una campaña política, lo que equivale a vender ministerios y direcciones. Cada funcionario maneja presupuestos y bienes públicos, por lo que su idoneidad, su trayectoria profesional, su experiencia en el particular campo que le tocará administrar, su sensatez y su honestidad deben prevalecer sobre cualquier otra consideración.

Designar ministros y viceministros, presidentes de autónomas, colaboradores cercanos y funcionarios claves es asunto harto difícil que envía señales tanto a la ciudadanía como a inversores y emprendedores. Como se ha venido mencionando, lo que diga y haga un gobierno se refleja de inmediato en números y en dinero y afecta en una u otra forma el empleo y el bienestar de la gente.

Un país que a costa de enormes sacrificios comenzó a incorporarse al Segundo Mundo, el mundo de la renta media, no puede darse el lujo de nombrar ministros y funcionarios siguiendo la lógica de las piñatas a las que se invita sólo a favoritos.

Es útil recordar lo que fue práctica desde la caída del dictador Martínez hasta el cuartelazo de 1979: nominalmente el poder se concentraba en manos de estamentos militares, pero las designaciones ministeriales se hicieron buscando a las personas más capaces que se lograra reclutar, las que siempre fueron civiles.

Los pastelitos repartidos entre militares eran unas cuantas embajadas, la dirección de ANTEL, los puertos y direcciones como las aduanas. Gracias a ello y al hecho de que los civiles nombrados eran responsables de sus decisiones y actos, las cosas se manejaron con una medida de eficiencia y honestidad. Nadie recuerda que un civil o un militar en esos tiempos haya amasado fortuna a su paso por el poder.

No hay respuestas simples a problemas complejos
La situación cambió al llegar al poder los golpistas del 79: a partir de ese momento los cargos oficiales deslumbraban por mediocres y por la gran presencia de sinvergüenzas que acarrearon con lo que pudieron. Ser miembro del partido o allegado personal del presidente era la credencial para optar por cargos públicos; el resultado fue que al perder los duartistas las elecciones en 1989, varios funcionarios se refugiaron en Brasil o volvieron al país hasta que prescribió el tiempo para procesarlos.

ARENA ha tenido el acierto de nombrar como funcionarios clave, en una mayoría de casos, a personas de probadas capacidades en los campos donde fungieron. Se reconoció que la complejidad de la producción y la prestación de servicios en nuestro país y en el entorno internacional, demanda saberes especializados y una buena dosis de experiencia.

El mundo nunca fue ni fácil ni simple, por lo que no es posible estructurar políticas ni dar forma a programas sin contar no sólo con los conocimientos propios de cada campo, sino también estar en sintonía con la compleja dinámica de la producción, el intercambio y los mercados.

Se dice que cada veinte años se duplica todo el saber de la humanidad, por lo que pretender que desde un escritorio de ministro se va a regular la manera en que se produce y se intercambia, es quimérico, propio de ilusos. No es comida de hocicones ni es justo para nuestro país.


EDITORIAL DE EL DIARIO DE HOY

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