jueves, 7 de mayo de 2009

SACA VE A EL SALVADOR LEJOS DE LA IZQUIERDA POPULISTA LATINOAMERICANA

Jerusalén, 6 may (EFE).- El presidente salvadoreño, Antonio Saca, cree que el histórico cambio de gobierno en su país es prueba de la reconciliación nacional y cree que su sucesor, Mauricio Funes, mantendrá al país lejos de la izquierda populista latinoamericana.

"Veinte años desgastan a un partido, porque son veinte años de darle a la gente muchas cosas buenas, pero también de aplicar medidas duras, especialmente las económicas", afirmó Saca en una entrevista con Efe en Jerusalén, donde hoy cerró una visita privada de cuatro días que incluyó algunos encuentros oficiales.

De 44 años y ex periodista, Saca concluirá su legislatura en la primera alternancia de poder en El Salvador desde la guerra civil (1980-1992), y el 1 de junio entregara la banda presidencial a Funes, del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN).

"Así es la democracia", dice Saca, "uno debe saber cambiar el cassette de las actividades que le tocan, y el cassette de mi partido, es un cassette que va a la oposición".

El régimen presidencialista salvadoreño no contempla la reelección pero Saca no duda en asumir la responsabilidad que le corresponde por la interrupción de veinte años de gobierno arenista después de su gestión.

"Yo les digo: 'échenme' la culpa a mi", afirma, antes de matizar que el fracaso electoral de ARENA, por una diferencia de "sólo 60.000 votos", se debió a la "tormenta perfecta", en alusión a la situación de
crisis económica en el momento de las elecciones, que tiene un fuerte impacto en la ciudadanía.

Una situación en la que "la gente paga 5,15 dólares el galón de gasolina", en la que "hay problemas económicos", en la que "se reducen las remesas a El Salvador porque nuestro principal socio comercial (EEUU) está en desaceleración y se reducen (allí) los empleos" entre los tres millones de emigrantes salvadoreños.

A ello Saca agrega la reducción de las exportaciones no tradicionales a Estados Unidos, de forma que todo ha pasado a depender para El Salvador "del clima financiero" en la principal potencia del mundo.

Pero más allá del "morbo de la alternancia", el cambio de gobierno de la derecha a la izquierda es para Saca un ejemplo de la madurez política en su país, del compromiso con la democracia, si bien considera que su sucesor ganó los comicios porque no tenía pasado guerrillero.

"El haber escogido un candidato sin olor a pólvora, que ha salido en la televisión durante veinte años, es parte del éxito de que el FMLN ganara las elecciones. El éxito estuvo en llevar a un candidato diferente a los que habían utilizado y con los que (hasta entonces) habían perdido todas las batallas", asegura.

Consultado sobre si tras veinte años de gobierno derechista El Salvador puede integrarse ahora, de la mano del FMLN, en la esfera de países como
Venezuela, Bolivia y Cuba, Saca responde que el éxito de Funes como presidente dependerá del "equilibrio" que mantenga con la vieja guardia del partido y de "si le doblan o no el brazo".

"El FMLN está relacionado con todos estos países, simpatiza de alguna manera con esa forma de hacer gobierno... !Mauricio Funes no! El FMLN y Funes son dos cosas diferentes", asevera.

"No creo que él esté matriculado en (esa) escuela", indica Saca, para quien su sucesor no es ni un "líder populista" ni un "irresponsable".

Y aunque confiesa que le hubiera gustado transferir la banda presidencial a Rodrigo Ávila, el candidato de ARENA en las elecciones, asegura que "asume" la voluntad popular y que está llevando a cabo la transición de forma "profesional", "honesta" y con "mucha nobleza".

"Un mensaje equivocado a la comunidad internacional de que aquí vamos a pasar de un sistema de libertades a un sistema como los mencionados -Venezuela, Bolivia, Cuba- sería terrible para la economía nuestra, que ya está golpeada por la crisis mundial", concluye.


Elías L. Benarroch

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