viernes, 30 de enero de 2009

SAN SALVADOR: NO ES POCA COSA

Todos los pueblos del mundo se han ennoblecido y triunfado gracias a la incidencia en su vida y desarrollo de factores de profundo significado espiritual.

Por eso, cada pueblo, cada nación por humildes que sean, por desconcertantes que parezcan las remotidades en que se desenvuelven, siempre tienen tradiciones o símbolos que expresan el cálido amor a la propia tierra, la satisfacción de haber nacido sobre una determinada latitud, de poseer bienes, familia, y de estar perfectamente arraigados a un suelo maternalicio. Todas estas satisfacciones se expresan en las tradiciones, los escudos, los emblemas y las banderas que constituyen la base espiritual de un pueblo.

Sin amor a la tierra que nos vio nacer no hay patria posible y el hombre que la desprecia tiene que colocarse en posición de renegado, de apátrida, de desarraigado, de cifra negativa en los valores del progreso humano.


Por medio del amor a esta tierra, El Salvador, es como El Salvadoreño va integrando paulatina pero seguramente la imagen de una gran nación, fuerte por su espíritu, invencible por su laboriosidad, y capaz en todo momento de trazar por sí misma el perfil de su propio destino.

Solo los comunistas criollos fomentan la degradación a nuestra tierra, y el acontecimiento más reciente y público de menosprecio lo realizó el pobre candidato funesto, quien ante la derrota electoral de Violeta Menjívar, activista de las FPL, y protectora de las Brigadas Rojas, cuando se refirió al triunfo del partido ARENA, en la justa electoral del municipio de San Salvador, manifestó ante los medios de comunicación tanto nacionales como extranjeros: “Se conforman con poca cosa”.

El candidato funesto debería de saber que San Salvador es un orgullo, porque es la capital de la República, y donde han nacido forjadores de la libertad, de la cultura, rectores de la vida nacional; sería conveniente que el candidato funesto consulte el libro de Historia de Centroamérica, del doctor Enrique Lardé, para que se instruya en los principales acontecimientos que enaltecen a San Salvador.

Le aclaro al candidato funesto, para su saber y entender, que en 1834 San Salvador fue declarada capital de la Federación de Provincias de Centroamérica; el 18 de febrero de 1841 se proclama la República de El Salvador; y por decreto de 29 de enero de 1859, San Salvador es declarada nuevamente capital, que como consecuencia de los terremotos había sido trasladada su sede a Nueva San Salvador, hoy Santa Tecla.

Por eso, la frase en la que desprecia a nuestra ciudad capital no solo demuestra su baja calidad de salvadoreño, sino también su falta de instrucción notoria, que sumada a la falta de moralidad notoria de la fórmula presidencial del FMLN, la que he alegado en la Fiscalía General, lo hacen inhábil para aspirar a ser candidato a la Presidencia de la República.

Los comunistas son los únicos que irrespetan nuestro suelo y lo han hecho con bombazos y metralla, asistidos siempre por mercenarios extranjeros. Ejemplo: la destrucción de los puentes sobre el río Lempa; también han quemado en varias ocasiones nuestra sagrada bandera, donde se resumen las vivencias patrióticas de nuestro El Salvador. Con esto ha quedado al descubierto que el candidato funesto es un apátrida, y este es el motivo que lo hace sumiso a los intereses de los comunistas criollos, Chávez y las FARC.

El 15 de marzo debemos de asistir masivamente a las urnas a depositar nuestro voto, y decirle a la fórmula presidencial de los comunistas criollos: ustedes no merecen ser ni siquiera salvadoreños; pero también, debemos soldar con fuego en nuestra alma, ese sentimiento patriótico para defender a nuestro El Salvador, especialmente nuestra libertad.

Luis Gómez Zárate
http://www.laprensagrafica.com/index.php/opinion/editorial/15307.html

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