viernes, 8 de mayo de 2009

¿DE CUÁL IZQUIERDA HABLA?

El Presidente electo confesó, recientemente, que era un "político de izquierda". Con esto quiso decir, tal vez, que no se está volviendo de derecha, como lo acusa un supuesto PCS. Lamentablemente no aclaró a cuál de las izquierdas se refería. Porque hay izquierdas de izquierdas, así como derechas de derechas.

Ambos conceptos son confusos, vagarosos, equívocos. Hay izquierdas liberales, democráticas, socialistas y comunistas. Aunque peque por esquemático, pongo los siguientes ejemplos: Felipe Calderón, de México, sería de la izquierda liberal; Luis Ignacio da Silva, del Brasil, de la izquierda democrática; Evo Morales, de Bolivia, de la izquierda socialista y los hermanos Castro, de Cuba, de la izquierda comunista.

¿A cuál de las anteriores izquierdas pertenece el ungido? No me atrevo a ubicarlo en ninguna de las categorías mencionadas, pues en una ocasión dijo que él no era "socialista ni revolucionario"; en otra aparentó ser socialdemócrata y, últimamente, parece que se inclina por la izquierda liberal. Debo reconocer que su versatilidad me tiene confundido.

Lo único que puedo asegurar es que no tiene talla de político socialista ni mucho menos de revolucionario. Él fue un excelente entrevistador que zarandeaba a sus invitados con preguntas rotundas, determinantes. Nunca hizo preguntas tontas o banales. Inclusive calló a Schafik Handal, en una entrevista, al decirle: "¡Yo soy el entrevistador y tú el entrevistado!".

Y a los políticos de derecha los hundía en contradicciones y falsedades. Pero, sobre todo, fue un crítico implacable contra los gobiernos de ARENA. Por su talento crítico se ganó un espacio privilegiado en la opinión pública, especialmente en la de los condenados de la tierra.

Pero una cosa es ser entrevistador y otra ser estadista. Es evidente que ahora, como Presidente electo, le disgusta que le receten cucharadas de su propia medicina. Se cree infalible, impoluto. Su palabra es la ley, como dice la popular canción ranchera.

Como soy un desmentidor insoportable, creo que ni el Papa es infalible. La verdad, en política, es relativa y no absoluta; es pragmática y no ideal, tanto en el sentido utilitarista como en el oportunista.

Para algunos ya no tiene sentido hablar de izquierda y de derecha. Son términos obsoletos y meros residuos del pasado. Para otros, en cambio, aún siguen siendo significativos, pues orientan la ideología y los programas de acción de los partidos políticos.

Para el candidato electo, me parece que la dicotomía constituye un enfrentamiento de valores y contravalores, o sea, un choque moral entre buenos y malos. Los buenos, desde luego, serían los que propugnan el cambio y los malos, el inmovilismo. La izquierda representa el cambio social hacia delante y la derecha, la que pugna por conservar el "statu quo", la que se opone al cambio y lucha por defender la sociedad tradicional.

Pero la realidad no responde a estas simples categorías. Es mucho más rica y compleja. De acuerdo con lo que observo en la política nacional, la izquierda y la derecha cambian de papeles. ARENA se ha vuelto de izquierda al cambiar la economía estatizada en economía social de mercado y ejecutar políticas en favor de la pobrería.

El Presidente Elías Antonio Saca, por ejemplo, se ha preocupado por darle mayor énfasis a los problemas sociales con sus programas de Red Solidaria, Fosalud, subsidios y parte de los fondos de Milenio. Y Mauricio Funes, en cambio, sería de derecha al prometer continuarlos y extenderlos.

A pesar de decir, reiteradamente, que será un gobernante abierto al diálogo, estoy seguro de que la pregunta quedará sin responder. Por ello insisto ¿qué significa para Mauricio Funes ser políticamente de izquierda? Quiero adelantar que para mí ser de izquierda significa buscar la plena libertad política, tanto en los regímenes democráticos, como en los autocráticos. La meta es que la gente salga de la pobreza, de la ignorancia, de la discriminación y de muchas otras lacras sociales. No me refiero a la libertad filosófica porque el hombre es libre por naturaleza, sino a la libertad histórica.

Mi maestro Luis Recaséns Siches decía que el hombre no "tiene" libertad, sino que "es" libre. La libertad política se refiere a la libertad de prensa, de migración, de reunión, de asociación, de religión, etc.

Por ello la libertad de críticar, como la practicó Mauricio Funes, es necesaria, indispensable. Sólo que olvidó el refrán "donde las dan las toman".

Carlos Sandoval
Columnista de El Diario de Hoy

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