martes, 28 de abril de 2009

¿LA OPORTUNIDAD DE DAR EL GRAN SALTO?

“Si pasamos bien la prueba del triunfo del FMLN, podemos dar el gran paso: consolidación de la democracia, las inversiones que no venían por miedo fluirían... Hay que asegurarnos de que salimos bien.

La llegada del FMLN de Mauricio Funes al Ejecutivo, si las fuerzas necesarias convergen, puede resultar en la gran oportunidad para El Salvador de consolidar la democracia, la gran oportunidad de arreglar cosas que andan mal en el sistema, alimentadas por el temor de que llegara la izquierda revolucionaria o usando ese miedo como escudo para no arreglarlas o ignorarlas voluntariamente y peor aún, para mantener al país bajo el dominio poco sano de los pequeños grupos que controlan los partidos políticos.

Como me dicen varios inversionistas extranjeros que siguen a El Salvador: si salen bien de este gobierno de izquierda, la inversión extranjera fluirá a El Salvador.

Salir bien quiere decir primero que todo, que la izquierda no se quiera perpetuar, que ha sido el gran temor de su llegada al poder; segundo, que no haga un gobierno socialista irracional, que retroceda al país como en otros lugares. La actuación del presidente electo Funes, de la noche de proclamación a la fecha, va cimentando la confianza de que no será así.

Salir bien significa que el gobierno no cometa errores que descalabren la macroeconomía, que su comportamiento desactive el panorama de guerra fría precedente, y ayude a que se fortalezca la institucionalidad.

Los analistas extranjeros reconocen que El Salvador tiene muy buena disciplina macroeconómica y estabilidad fiscal; es el más preparado en reforma económica e institucionalidad. Sin embargo su crecimiento ha sido bajo y la inversión extranjera directa también. La inversión propia, con el temor cada 5 años de que la izquierda feroz llegara, ha sido cortoplacista, buscando una alta rentabilidad y rápido retorno, algunas simplemente se fueron a países más estables... y no hay país que pueda prosperar seriamente sin inversiones de largo plazo, sin inversión extranjera directa abundante.

Si el gobierno de Mauricio Funes sigue como ha comenzado, si las estructuras partidarias del FMLN no desvían la ruta, si ARENA se renueva de una manera creíble en que haga una buena oposición y vuelva a ser atractiva para el electorado, sea el necesario balance en el poder, si las instituciones se fortalecen, especialmente la Corte Suprema de Justicia, la encargada de que la legalidad impere, que la Constitución se respete, el valladar que frustraría los intentos de la izquierda o cualquier otro en el futuro de perpetuarse en el poder, sí podemos.

Este punto es de extraordinaria importancia y no depende de Funes, aunque puede y debe influir mucho, depende de la buena voluntad y la sabiduría de los dos partidos grandes para interpretar correctamente la voluntad popular y la realidad del país.

El FMLN y ARENA deben comprender el mandato recibido en las votaciones de enero y marzo, “no damos la mayoría a ninguno, entiéndanse entre ustedes y resuelvan, cambien las cosas que necesita el país, el secuestro de la institucionalidad por los pequeños grupos que controlan los partidos, el circo legislativo, el comportamiento de los diputados que negocian entre sí con el mandato de sus partidos en busca de intereses partidarios o particulares, la impunidad que se produce por la politización de la justicia, la protección a grupos de interés que atentan contra el interés de la mayoría como los buseros, el rompimiento del abuso monopólico de importantes sectores de la economía, la falta de transparencia de las instituciones públicas, la Corte de Cuentas en manos del mismo partido usado como forma de chantaje o cobertura no como una verdadera contraloría del Estado, la falta de cooperación entre los diferentes órganos y las municipalidades para combatir la violencia que abate al ciudadano, la administración de justicia pareja, la falta de medicinas en los hospitales, el escandaloso alto precio de las medicinas, no causado por el IVA, sino por la condición monopólica del sector, que se las ingenia para seguir con su práctica dañina a la población y le hace mucho daño a la credibilidad del sistema político, la penetración del narcotráfico y el crimen organizado en las estructuras del Estado...

Muchas situaciones se podrán resolver porque los de izquierda que estaban frustrados por no llegar al poder ya no tienen esa frustración, porque con la actitud democrática de la derecha política, empresarial e intelectual, aceptaron la victoria de Funes, se quita presión a la caldera social, y se cambia la frustración por responsabilidad de resolver problemas difíciles que antes solo criticaban, pasarían de la rabia a la comprensión.

Con la llegada de Funes, el país tiene la oportunidad de mejorar estructuralmente, de un estancamiento a una dinámica positiva de evolución conjunta con las otras fuerzas sociales.

Escrito por Rafael Castellanos/ Columnista de LA PRENSA GRÁFICA

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