jueves, 23 de abril de 2009

LOS 20 AÑOS DE ARENA (SEGUNDA PARTE)

El FMLN aceptó casi de inmediato la propuesta de diálogo lanzada por el Presidente Alfredo Cristiani el día que tomó posesión el 1 de junio de 1989. El 15 de septiembre de ese año, en la ciudad de México, ambas partes acordaron solicitar de manera conjunta la mediación del Secretario General de las Naciones Unidas en el proceso de negociación.

El 11 de noviembre por la noche las columnas guerrilleras incursionaron en las principales ciudades del país, incluida la capital, para desatar la más poderosa ofensiva de la guerra. La apuesta era quedarse el mayor tiempo posible en las ciudades, debilitar al máximo la autoridad del gobierno y provocar un alzamiento popular hasta la toma del poder. Era el último intento del FMLN de imponerse por la vía militar.

Si bien es cierto el objetivo no se cumplió, fue tal el poder militar mostrado por el ejército guerrillero, que hubo consenso en ambas partes en cuanto a la búsqueda sincera de la solución política negociada. El gran merito del Presidente Cristiani fue haberse mantenido firme en ese propósito, a pesar de la ofensiva y de las fuertes presiones que recibía de diferentes y poderosos grupos.

El Acuerdo de Paz se logró, tras intensas rondas de negociaciones, el 31 de diciembre de 1991, in extremis, en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. En mi opinión jugaron un papel determinante para el éxito del proceso, los integrantes de ambos equipos negociadores, de manera muy especial el doctor David Escobar Galindo, por parte de la delegación gubernamental. Por parte del FMLN se destacaron Schafik Handal, Salvador Samayoa y Joaquín Villalobos.

El logro de la paz fue la acción de política estratégica más importante en la historia reciente del país y un gran logro de la primera administración de ARENA encabezada por Alfredo Cristiani. En los últimos años de su gobierno el primer Presidente arenero se enfocó en vigilar el proceso de cumplimiento de los acuerdos y la recuperación económica. El país estaba arruinado tras la guerra. La infraestructura estaba literalmente en el suelo, la situación económica era deplorable y la sociedad estaba fracturada. Así recibió ARENA el país.

El proceso de cese al fuego fue impecable. Admirado por propios y extraños. Sin mayores traumatismos el FMLN se convirtió en partido político y casi de inmediato, como era lógico, en la segunda fuerza política del país, desplazando al Partido Demócrata Cristiano. Para las elecciones generales de 1994, ARENA lanzó como candidato a la presidencia de la República a Armando Calderón Sol y a la vicepresidencia a Borgo Bustamante. El FMLN a Rubén Zamora para Presidente y a Francisco Lima para vicepresidente.

La nominación de la fórmula causó serias divisiones en el FMLN. Joaquín Villalobos y otros altos dirigentes habían propuesto la candidatura de Abraham Rodríguez a la presidencia, como una muestra de flexibilidad y apertura del Frente. Villalobos creía que esa era además la única posibilidad que tenía el FMLN de ganar las elecciones presidenciales. La propuesta fue derrotada y las posiciones socialdemócratas de Villalobos también. Tras las elecciones el FMLN sufrió su primera gran división.

Durante la campaña electoral rodó la especie entre los militantes del FMLN, que Calderón Sol representaba la línea más dura y "escuadronera" de ARENA y que de ganar iniciaría una verdadera cacería de comunistas, ahora desarmados en virtud de los Acuerdos de Paz. "Si ese hombre gana, yo me voy a ir del país", me dijo una militante histórica del Frente.

Si bien hubo una segunda vuelta, Calderón Sol ganó de manera fácil las elecciones. Contrario a todos los rumores el nuevo Presidente encabezó un tenso proceso de cumplimiento de los Acuerdos de Paz pendientes de manera muy hábil. Recuerdo el día cuando en una manifestación de lisiados de guerra, un policía, frente a las cámaras de televisión mató a un manifestante. El país entero contuvo el aliento, por lo delicado de la situación. La guerra acababa de terminar.

El Presidente Calderón Sol y la dirigencia del FMLN actuaron, en esa ocasión de manera muy sensata en el manejo de tan complicada coyuntura. La cosa no pasó a mayores. El gobierno de Calderón Sol emprendió una serie de transformaciones del Estado, que incluyó las privatizaciones de empresas estatales. Lo sorprendente es que no hubo violencia social o política en el desarrollo del proceso. (Nota: en la columna anterior por un error decía que Napoleón Duarte ganó las elecciones en 1994. Debió decir en 1984).

Por Marvin Galeas
Columnista de El Diario de Hoy. marvingaleas@cinco.com.sv

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