martes, 7 de abril de 2009

NUEVO LIDERAZGO Y MESA LIMPIA

Si la historia es maestra de la vida, es necesario que correctamente se escriba, y que de ella aprendamos. En el caso de la pérdida de ARENA en las elecciones pasadas, no se trata de buscar culpables; se trata de aclarar los hechos y evitar que quienes fueron artífices de la penosa historia la escriban a su manera. Se trata de evitar que los actores auto-evalúen sus acciones. Se trata de llamar las cosas por su nombre y limpiar la mesa completamente.

Los que se hubiesen auto-adjudicado el triunfo si ARENA hubiera ganado las elecciones son los que estuvieron en control de la campaña, Cesar Funes, Tony Saca, y su gente en el COENA. Ellos, arquitectos de la derrota, controlaron los recursos, la agenda, y la información que manejaba Rodrigo. Vale recalcar, entre los errores, la absoluta falta de apertura y la manifestación del síndrome de "no se me ocurrió a mí, por lo tanto no es buena idea".

El afán por protagonismo, por ser los dueños de la verdad y artífices del triunfo los cegó de tal forma que se negaron a ver lo que para muchos era obvio. Muchas personas ofrecieron constructivas recomendaciones que fueron descartadas de tajo. Si Rodrigo hubiera ganado hubiera sido "a pesar" de ellos.

El proceso de selección de la formula presidencial de ARENA no pudo ser menos democrático; fue un farsa en la que se impuso el deseo del mandatario y se le condicionó a las bases a votar por Rodrigo. El proceso fue un insulto a la madurez política de los salvadoreños; dividiendo y enfureciendo a muchos areneros.

Recientemente, el gobierno de EEUU pidió la renuncia del Presidente de General Motors como condición para su salvataje, ya que el líder que lleva al fracaso a la empresa que dirige, al no gozar de confianza, no debe estar involucrado en su rescate. ARENA, también en proceso de rescate, debe cambiar su liderazgo, ese que atrás de bastidores controló el proceso.

En lugar de la tradicional lealtad a causa, partido y país, la lealtad a personas ha sido el culto que ha debilitado ARENA, adonde se ha premiado el servilismo en lugar de la efectividad y capacidad. La falta de apertura, estrategia de largo plazo, y visión de país han colocado a ARENA en una posición que demanda mucha valentía, capacidad, y creatividad por lo que los que entregaron la derrota hacen bien en separarse del proceso y renunciar a sus cargos en el partido.

La comisión política envestida con la responsabilidad de reformar ARENA, conformada por los ex presidentes, quienes por su buena gestión y por haberle colocado la banda presidencial a un arenero gozan de la autoridad moral para liderar este esfuerzo, enfrenta el enorme reto de reestructurar el partido, ahora de oposición, para que responda a los legítimos intereses de los salvadoreños, reencuentre su rumbo, reanime a los areneros, establezca su estrategia, reconforme sus filas, y se convierta en efectiva y propositiva oposición.

Particularmente requiere un nuevo COENA con liderazgo virtuoso, sin ataduras, no corrompible, capaz, y con demostrada vocación de servicio publico, dejando la mesa limpia, sin cuotas de poder de los viejos liderazgos.

Su Santidad Juan Pablo II dijo que "la participación política es la máxima expresión de la calidad cristiana ", la entrega al servicio de los demás. Es hora, nuevamente, de que la participación política sea un privilegio, no una oportunidad.


Miguel Lacayo
Observador Electoral de El Diario de Hoy

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