lunes, 27 de abril de 2009

UN NECESARIO MEA CULPA

Durante la campaña política ARENA ofreció "cambio" y los indecisos no se lo creyeron porque palparon el contraste entre palabras y acciones.

La gente no es tonta. La credibilidad es el capital político más valioso y es justamente lo que debe lograrse en el proceso de transformación que ARENA está viviendo. La credibilidad está en riesgo porque hay señales que los causantes de la derrota de ARENA no han entendido que ellos son el problema.

La renovación de ARENA y el resurgimiento de la segunda fuerza política, fuerte, con credibilidad, bien estructurada, con objetivos y ruta claros para ser un efectivo contrapeso político al FMLN está en duda.

Los mensajes que se escuchan de la boca de algunos que participaron del liderazgo de ARENA durante la fallida campaña para Presidente hacen creer que el "cambio" es incierto. Si hay consenso de algo entre los areneros es que se requiere limpiar la mesa y renovar el liderazgo del partido.

Para lograr el apoyo de la gran mayoría de salvadoreños, debe ARENA buscar ser contundente en su mensaje de renovación, de abandono a los cultos personales, de rechazo y castigo a los que aprovecharon su puesto para beneficio personal, y particularmente apartar a todos aquellos que buscan perpetuarse en el poder como si fueran indispensables.

Lo importante e insustituible son las instituciones, no las personas. El posible éxito de ARENA radica en la credibilidad de su renovación. Sin duda muchas personas con excelentes cualidades podrían seguir conformando las filas de liderazgo de ARENA y contribuyendo al resurgimiento de este partido. Pero es de considerar si su participación resta más que lo que suma.

Si quedarse en el partido le restará credibilidad a la renovación del partido. Si permanecer visible significa que muchos opten por hacer de su desencanto con ARENA algo permanente y se pierdan muchos votos para siempre. Aquellos areneros que de veras ponen primero a El Salvador, que ponen el bienestar de ARENA arriba del interés personal, deberán meditar sobre qué es lo mejor para el partido.

ARENA debe no solo renovarse realmente... debe dar la impresión que lo hizo, y facilitar la cicatrización de las heridas causadas durante los meses previos a la elección.

ARENA debe eliminar el riesgo de que la renovación sea interpretada como otro intento de darles atol con el dedo a los salvadoreños. Si la presencia de algún ex dirigente conlleva este riesgo, esta persona debe auto excusarse y dar espacio a otros.

Ahora lo más importante no es el nombre de una u otra persona en el COENA, lo importante es que los que queden afuera del COENA crean en él, respeten y admiren a sus miembros, que puedan darle el voto de confianza y que nuevamente tengan fe en el futuro.

Muchos salvadoreños rechazaron a ARENA en las pasadas elecciones no porque su pensamiento no coincidiera con los principios republicanos de ARENA, sino porque vieron en ARENA muestras de decadencia.

La mejor forma de permitir que las heridas sanen y que los areneros descontentos se pongan a trabajar con fervor nuevamente, es que los que fallaron, los que permitieron la derrota la acepten con dignidad y no le echen la culpa a nadie. Es importante que ellos digan "mea culpa". Si no lo dicen, que los tres ex presidentes, miembros de la comisión política de ARENA, lo digan por ellos: bastará que los saquen del liderazgo de ARENA.

Miguel Lacayo

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