viernes, 10 de abril de 2009

LA OPORTUNIDAD DE VIRAR EL CENTRO

Lo primero, reconocer la importancia que para América Latina tiene el resultado de la última elección presidencial salvadoreña, sobre todo por lo que significa para el continente que una guerrilla izquierdista transformada en partido político llegue al Gobierno por la vía democrática, y por la civilidad con que, hasta la fecha, lo ha aceptado la derecha adversaria. Algo, por decir lo menos, inusual en la historia latinoamericana.

Lo segundo, advertir sobre la oportunidad que se abre en El Salvador para trascender definitivamente a la posguerra con una apuesta por la moderación política y la erradicación paulatina de las extremas y sus vínculos.

Ambas conclusiones se desprenden de las palabras de los tres analistas políticos, reunidos por LA PRENSA GRÁFICA y Univisión-Washington el 1.º de abril pasado en la cadena hispana, para discutir los alcances de la elección salvadoreña y conocer, desde la perspectiva washingtoniana, los principales retos que encontrará el gobierno de Mauricio Funes cuando vuelva el rostro hacia los Estados Unidos de América, el aliado indispensable.

Los analistas: Geoff Thale, director de programas de la Washington Office on Latin America (WOLA), un tanque de pensamiento activo en análisis sobre El Salvador desde los años ochenta; Ray Walser, analista senior de la Heritage Foundation, ONG de corte conservador con mucha influencia en círculos republicanos; y Douglas Farah, asesor en temas de seguridad y corresponsal de The Washington Post durante el conflicto armado salvadoreño.

Thale, Walser y Farah coinciden en dar una oportunidad histórica a la moderación política en El Salvador.

“Cada partido (FMLN y ARENA) tiene su línea dura y ambos han tomado la decisión de ir hacia el centro, creo que eso es un ejemplo para muchas otras zonas en conflicto en el mundo. Creo que el espíritu de las negociaciones del Acuerdo de Paz se ha demostrado”, dijo el ex corresponsal Farah al hacer su primera evaluación sobre el proceso electoral salvadoreño.

El análisis de Walser sobre la necesidad de moderación lleva el tema hacia la complejidad de la relación entre el presidente electo y su partido.

“En El Salvador hay ahora tres fuerzas: la derecha, la fuerza centrista de Funes que es la de la izquierda moderada y la fuerza del pasado de los antiguos guerrilleros”. La relación entre las tres, dice el analista, será determinante: “La dirección del futuro del país va a depender de esta lucha triangular”.

Thale cree, por su parte, que una de las repercusiones fundamentales que la elección de Funes en El Salvador es que avanzará en América Latina la idea de una izquierda con una variación amplia, que opacará el debate sobre si los líderes de izquierda son “amigos de Evo (Morales, presidente de Bolivia) o de Lula (Da Silva, presidente de Brasil).

Farah cree, no obstante, que entre más distanciamiento logre Funes de la izquierda chavista “El Salvador puede dar al continente un ejemplo de izquierda responsable”. Y va más allá, al analizar el conjunto centroamericana: “Puede haber en la región un modelo alternativo de izquierda”. Alternativo a Caracas se entiende.

Washington-Caracas
¿Qué tan lejos puede llegar el gobierno Funes en sus acercamientos con Caracas, Bolivia, Cuba, sin levantar las alarmas en Washington? La pregunta, segunda lanzada en el foro a los analistas, parte del reavivamiento que ha habido en Washington sobre las relaciones estadounidenses-latinoamericanas debido a la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca y, más coyunturalmente, a la próxima Cumbre de las Américas.

Las respuestas de los tres analistas coinciden en algo: Mauricio Funes tendrá margen de maniobra, siempre y cuando mantenga controlada al ala radical del FMLN. Hay matices:

— Thale, de WOLA: “La actitud Estados Unidos no creo que sea obedecer a un miedo de tener un gobierno izquierdista o antiamericano. Mi impresión es que Funes va a seguir buenas relaciones con Estados Unidos sin rechazar buenas relaciones con Venezuela.

— Walser, de Heritage: “Sí, la administración Obama será más abierta, pero lo importante es que Estados Unidos y el congreso estarán observando si la política exterior de Funes tiene que ver con los enlaces que el FMLN tiene con grupos ilegales como las FARC, o con grupos extraños al hemisferio, como Irán”.

—Farah, ex corresponsal: “Si Mauricio Funes mantiene las reglas del juego internacional, que no haga confiscaciones o esas cosas, tendrá bastante espacio para maniobrar”.

El periodista coincide con Walser en que uno de los principales retos de Funes será maniobrar hacia adentro, con quienes en el FMLN han tenido vínculos con las FARC: “Yo sigo sosteniendo que el gran problema de Funes es el partido comunista... que nunca se movilizó y mantiene sus estructuras clandestinas hasta hoy día. La clave es marginalizar a ese grupo.”

Moderación, dijeron los analistas. Nueva izquierda. Viraje al centro. Los tres coinciden en que hay un nuevo escenario para viejos retos de la política criolla.

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