miércoles, 18 de marzo de 2009

CENTROAMÉRICA UN BASTIÓN DEL COMUNISMO

De hecho, aunque oficialmente no esté definido así, Centroamérica se está convirtiendo en un bastión del comunismo. Es un bastión con una coordinación sumamente peligrosa, por decir lo menos, que está vinculada abiertamente con la tiranía totalitaria de los hermanos Fidel y Raúl Castro y con la dictadura millonaria en petróleo, a pesar de la baja del precio, de Hugo Chávez.

Este domingo, 15 de marzo, las elecciones de El Salvador, aunque con pequeño margen, fueron ganadas por Mauricio Funes, candidato del Frente Farabundo Martí, de origen y militancia comunista, aunque en esta última etapa se trató de disimular esa identificación reduciéndola a una sola palabra “izquierda”.

En realidad, la izquierda puede ser algo muy cerca del centro y también puede llegar, con ese mismo nombre, a los extremos de ser radical, eliminando todos los principios y fundamentos de la democracia representativa y de los derechos humanos.

Esa democracia representativa y esos derechos humanos son incompatibles con lo que es el marxismo leninismo, con ese nombre o con cualquier otro que en la práctica sean lo mismo.

El hecho de que en forma discreta, pero sin restarle efectividad al concepto, el candidato triunfante Funes dice que no es comunista, no tiene mayor significación porque la forma en que lo dice y, sobre todo, sus antecedentes y los de su partido prevalecen sobre las palabras determinando una realidad muy peligrosa para el comprometidísimo destino de la libertad en el continente americano. Constituye una gran ironía, ya histórica, que a través del camino de la democracia se llegue a metas que son incompatibles con ella, que la destruyen.

En los primeros años de la década que se inició en 1930, el comunismo en El Salvador fue una meta trazada muchos años antes por Lenín que envió mensajes y líderes a El Salvador y también a la Cuba de aquella época. Una derrota militar hizo posible que El Salvador no fuera sometido totalmente al comunismo aun cuando haya tenido que enfrentarse a un régimen inmediato que no representaba las esencias de la democracia, pero que estaba lejos de ser una tiranía totalitaria marxista-leninista.

Durante veintisiete años ha estado vigente en El Salvador el partido ARENA que, dentro de las imperfecciones humanas ha regido los destinos de esa estratégica república del istmo. Honra al Presidente Elías Antonio Saca la forma en que presidió, como jefe del estado, todo el proceso electoral respetando la voluntad mayoritaria del pueblo convocado a comicios libres.

DIARIO LAS AMÉRICAS

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