UN DÍA DESPUÉS

Texto Bíblico: Rom. 13:1: “1 Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.

El velo se corrió tres horas después del cierre de las votaciones generales, cuando el Tribunal Supremo Electoral comenzó a dar los resultados preliminares apenas escrutadas la tercera parte de las actas de las Juntas Receptoras de Votos; y las cifras posteriores fueron dramatizando la espera a medida que llegaban los reportes departamentales. Después de 15 años se celebraron elecciones que involucraban diputados, concejos municipales y presidencia y vice presidencia de la República, aunque esta vez las presidenciales no fueron simultáneas; se organizaron con dos meses de dilación a las de diputados y alcaldes.

Como sea, ayer fue un día especial en la historia del país; la gente acudió masivamente a la urnas para elegir entres dos opciones, izquierda y derecha, aunque en verdad la concurrencia a lar urnas no pasó del 62%. No obstante, el evento electoral fue ejemplificante. Merced a los dispositivos institucionales que se montaron, en donde hubo protagonismo del Tribunal Supremo Electoral, la Policía Nacional Civil y la Fuerza Armada, los más de dos millones y medio de salvadoreños pudimos ejercer el sufragio en paz, con agilidad y sin tener que lamentar actos de violencia ni desórdenes o vandalismo. Fue una fiesta cívica que ha servido de ejemplo a nuestros jóvenes y al mundo.

Los resultados fueron favorables a Mauricio Funes, el candidato del FMLN, la ex guerrilla que se incorporó a la vida institucional de El Salvador hace poco más de 17 años. A las 05:12 a.m. de este lunes 16 de marzo (hoy), el último corte daba a Mauricio Funes un total de 1.349.142 votos válidos, para un 51.29%; y a Rodrigo Ávila 1.280.996, para un 48. 70%. Como se puede observar los resultados son bastante apretados, de apenas 2.59% de diferencia, cifra que se mantendrá a causa de haberse escrutado el 99.38% del total de actas. Si se tratara de una encuesta nacional diríamos que se ha dado “un empate técnico”, sin supremacía ni preeminencia del FMLN sobre ARENA.

La pregunta es: ¿Qué factores pudieron haber incidido para el triunfo de Mauricio Funes y del FMLN? Personalmente pienso que había una irreversible obstinación de la gente en razón de las ofertas de cambio que vendió el partido de izquierda. Eso volvió testarudo a un sector del cuerpo electoral, que parecía decir como mis abuelos: “este macho es mi mula aunque me bote”. Cuando la crisis mundial está afectando seriamente al planeta, hay temor en las clases medias y bajas de que las cosas puedan empeorar; y tienen razón. La crisis va a ponerse cada día más insufrible. Muchos creyeron a la propaganda populista de Funes, como si éste fuera capaz de sacar paraísos de la manga de su ostentosa sacola de cuero. El FMLN supo “vender” la estrategia del cambio, y la gente mordió el anzuelo: votó obstinadamente por el Frente, aun sabiendo que este partido es manejado por una cúpula dogmática de corte marxista leninista. No obstante, 1.300.000 salvadoreños, igual de necesitados, no cayeron en la trampa, y eso deja al país casi dividido por la mitad.

Si Mauricio Funes no negocia con ARENA un plan de gobernabilidad, para conformar la unificación en torno a un gran proyecto de nación, la división podría ensanchar la polarización. Muchos no votamos por el FMLN; de hecho fuimos 1.300.000 salvadoreños, como ya dije. El viernes pasado (Reflexión No. 1.189) expliqué por qué no podía dar mi apoyo a un partido cofrade de los países terroristas que son enemigos de Israel. Otros quizá no votaron por razones ideológicas. Lo que nos unió, sin embargo, es la desconfianza en los ex comandantes guerrilleros, que ya están siendo confrontados seriamente en su interior por facciones radicales leninistas que manejan cuadros de choque. Casi puedo asegurar que la disidencia radical del Frente dará más problemas a Mauricio Funes que la misma derecha política o económica.

¿Qué pudo haber fallado en ARENA? Nada. Rodrigo Ávila hizo una campaña extraordinaria, marcada por la vitalidad de un joven que está capacitado para soportar la presión extrema. Sigo pensando que Rodrigo Ávila es inteligente y sencillo, a veces ingenuo, pero siempre sincero. Al final de la carrera el producto que salió del crisol de la prueba es oro sólido purificado. Me gusta el Rodrigo que vi anoche (23:00 hrs.) reconociendo el triunfo de su adversario, y dando la gloria a Dios al decir que “Él es quien pone y quita reyes” y que “el Señor tiene propósitos” que él (Rodrigo) no es quién para cuestionar. Sin ARENA habérselo propuesto, ha obtenido de esta contienda a un gran líder en la persona de Rodrigo Ávila, quien puede convertirse en el caudillo que lidere a la derecha política en los próximos cinco años.

Mauricio Funes lazó un discurso (21:10 hrs. de ayer) que me pareció muy transaccional; pero, no le quedaba otra opción. No ha ganado con una gran diferencia, como lo hizo el Presidente Saca ante Schafick Handal en 2004 (le sacó más de medio millón de votos), y el FMLN ha visto que “no es lo mismo verla venir que tenerla enfrente”. La izquierda sabe que necesita llamar a la unidad para que le ayuden a gobernar, o, al menos, para que no le pongan obstáculos con una oposición pertinaz y exaltada. Mauricio Funes teme a la derecha y sabe que es capaz de recuperar el poder en cinco años, como pasó con el gobierno de José Napoleón Duarte, que era mucho más líder y más persona que el mismo Funes y sus comandantes. La suerte NO está echada, como podría pensarse.

La derecha política, económica e intelectual es bastante fuerte y astuta, como para dar ventajas; y, a estas horas, lo más seguro es que estén afilando el lápiz para diseñar las estrategias para el 2012, primero, con el propósito de recuperar lo que el FMLN ganó en la Asamblea y alcaldías; y, segundo, para dar el salto al 2014 y hacerse de nuevo con el Ejecutivo.

A Mauricio Funes no sólo le corresponde cumplir sus promesas, algunas muy pronto, como para finales de 2009; sino que tiene la ingente tarea de superar la labor exitosa del presidente Elías Antonio Saca, que es un referente difícil de rebasar. Los cristianos, aunque ahora mismo acusemos una división inédita, estamos TODOS obligados por la Palabra de Dios a respetar a las autoridades elegidas. Como dice San Pablo, “porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Rom. 13:1)

Hay cristianos y cristianas que optaron por dar sus votos a la izquierda radical del FMLN; incluso, medios cristianos se prestaron para vociferar de manera poco digna contra ARENA y su candidato. Otros, desde que ganó Funes se dicen “medios comerciales” para disfrutar de las canonjías de la izquierda, cuando hace unos días eran sostenidos por las ofrendas de los hermanos y hermanas humildes. Entiendo que su insensatez quedará atrás y comenzarán, de nuevo, a ejercer sus ministerios decorosamente.

Por mi parte, el triunfo de FMLN, auque no me guste, debo respetarlo para honrar la Palabra de Dios; sin que ello me inhiba de ser una voz crítica y de denuncia cuando las cosas se estén saliendo de los cauces bíblicos y constitucionales. Si el presidente electo, Mauricio Funes es sincero, la “prueba de ácido” la tendrá cuando deba escoger entre los valores cristianos y los intereses de las facciones comunistas, o entre el respecto a las opiniones contrarias sin revanchismo, o la tiranía de los patrocinadores suramericanos y locales del partido de izquierda.

Como dice el anuncio de una conocida hamburguesa, le decimos al señor Funes: “Te tengo en la mira, muchachito”.

Por Kirio Waldo Salgado

¡QUE EL SEÑOR JESUCRISTO LE BENDIGA!
LAS CITAS BÍBLICAS HAN SIDO TOMADAS DE LA VERSIÓN REINA VALERA 1960
San Salvador, LUNES 16 DE MARZO DE 2009