viernes, 13 de marzo de 2009

POR QUIÉN NO PUEDO VOTAR

Texto Bíblico: Daniel 2: 37: “37 Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad”.

Desde que se firmó el Acuerdo de Paz entre el Gobierno de El Salvador y la guerrilla del FMLN, el 16 de enero de 1992, la fuerza insurgente se transformó en partido político legal para competir dentro de las normas institucionales y democráticas de nuestro país; es decir, los líderes de las cinco facciones rebeldes se comprometieron con el ejercicio pluralista de la política para ser una alternativa de oposición para los electores. Así, el FMLN ha venido navegando en las aguas claro oscuras de nuestra política y han tenido más que relativo éxito en su protagonismo electoral, pues ahora ostentan la señalada satisfacción de ser la primera fuerza dentro de la Asamblea Legislativa, que tomará posesión el próximo 1 de mayo de 2009.

Ahora, los ex guerrilleros quieren más. Sedujeron al periodista Mauricio Funes para mostrar moderación y presentarse ante la nación como la mejor opción para ganar el Poder Ejecutivo el próximo domingo 15 de marzo, frente al candidato Rodrigo Ávila del partido ARENA. Después de una campaña electoral con algunos fulgores propositivos, a veces sucia y violenta, donde se gastaron decenas de millones de dólares, cada partido cree “a pie juntillas” que va a ganar las elecciones para gobernar a unos 7 millones de salvadoreños, la mayoría de los cuales está siendo afectado gravemente por la crisis mundial y el desempleo.

¿Quién ganará las elecciones? Sólo Dios lo sabe. Tanto ARENA como el FMLN, cada uno, esperan ser ellos los escogidos, porque, de acuerdo a la Biblia “el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien ÉL quiere”. (Dan. 4:32). Desde una visión específicamente humana, considero que la resonancia del FMLN proviene, más que de sus credenciales para gobernar, de la inconformidad y el resentimiento de mucha gente de clase media que antes votaba por ARENA. Y resulta paradójico que la notoriedad de la izquierda se esté dando cuando – a mi juicio – está por finalizar el mejor gobierno de ARENA en veinte años. Creo que el Presidente Saca ha tenido un protagonismo destacado al frente del gobierno; y las encuestas lo confirman.

Para mi gusto, DEBE SER MOTIVO DE MUCHA CAUTELA UN APOYO AL FMLN, no porque sea un partido cuyas vísceras están contenidas en el dogmatismo del marxismo radical, sino porque las cosas van más allá de lo que decide su cúpula rígida y ortodoxa del FMLN. El Frente va hacia la adopción de la matriz del “Socialismo del Siglo XXI”, un parto “de dañado ayuntamiento” entre Hugo Chávez y Cuba, y de ésta con la internacional del terror con sede en Irán, China Comunista y Corea del Norte.

Por eso Hugo Chávez está dilapidando los recursos petroleros del pueblo venezolano; lo hace para saciar sus ambiciones mesiánicas y repartir el patrimonio de Venezuela para construir un eje geopolítico en el sur y en el centro de las Américas. El FMLN se ha pronunciado en contra del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, para adoptar el ALBA de Chávez; y en materia de cooperación con Estados Unidos ha rechazado el ALCA para alinearse con el dictador de Venezuela.

El ex comandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, candidato a la Vice Presidencia del país, encabezó las turbas que quemaron la bandera de los Estados Unidos celebrando los ataques terroristas de Al Qaeda a las Torres Gemelas de Nueva York, apenas tres días después del derribamiento del World Trade Center en la ciudad de los rascacielos. ¿Qué podríamos esperar en un eventual gobierno del FMLN en El Salvador?

Mauricio Funes habla de “cambio”; pero, él no acredita ningún linaje ideológico, ni siquiera a nivel de estructuras medias del partido rojo. Está allí por motivos ajenos al ideal social-comunista; y así lo perciben los cuadros contestatarios de la izquierda radicalizada que lo ven como un oportunista burgués, amigo de un sector de la superestructura económica del país.

Pero, hay algo más POR LO QUE NUNCA VOTARÍA A FAVOR DEL FMLN. Dios le dijo a Abrahám: “3Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gén. 12:3). San Pablo dice a los Gálatas (Gál. 3:7-9): “7Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. 8Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. 9De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham”.

Si somos bendecidos en Abrahám, y éste es el padre (por la promesa en Isaac) de la nación hebrea, Israel, hay una maldición de Dios contra los enemigos de este pueblo. Y Hugo Chávez, aliado de Irán, es enemigo de los hebreos; e Irán ha jurado barrer del mapa a Israel para que no quede memoria de esa nación bendecida por Dios.

Los cristianos sabemos esto, y debemos guardar la Palabra. Si el FMLN está seriamente condicionado por Hugo Chávez de Venezuela, y por los Castro de Cuba, de seguro también lo está en el pacto oscuro de los enemigos de Israel. Nótese que no estoy apuntando a otros desméritos de estas fuerzas oscuras de la izquierda, como su asociación con el grupo narco guerrillero de las FARC y los terroristas de la ETA, Hamás, Hezbollá o Al Qaeda.

Después de la caída del muro de Berlín (1989), y del derrumbe de la Unión Soviética (1991), el FMLN vendió en el Acuerdo de Paz su futuro para no desaparecer del teatro político; en realidad, ya no tenía otro recurso.

Había perdido el soporte financiero, logístico, militar e ideológico del bloque soviético; negociaron y se garantizaron un espacio para buscar el poder, primero, en la Asamblea Legislativa y en las municipalidades del Gran San Salvador; después, aventurándose a ganar la Presidencia y el Poder Ejecutivo para controlar la PNC, la Fuerza Armada, el Organismo de Inteligencia del Estado y otras agencias nacionales de inteligencia que resguardad la seguridad nacional.

En el camino se hallaron a Hugo Chávez, un seudo revolucionario mesiánico cargado de miles de millones de dólares; y le vendieron el proyecto.

Hugo Chávez no podía dejar ir los apoyos de los Evo, los Ortega, los Correa, ni de los farabundistas. Y soñó con su imperio Bolivariano, aunque sólo fuera un remedo de la quimérica ínsula de Sancho Panza. El FMLN pasó de la “guerra de baja intensidad” de los años 80 al proyecto mercantilista de “construir el socialismo” asentándose en los petrodólares venezolanos. YO NO PUEDO VOTAR POR UN PARTIDO AHOGADO POR CHÁVEZ.


La factura la pagarían con el asocio geopolítico a Hugo Chávez y Castro (Cuba), si Mauricio Funes llegara al poder. Las ambiciones del Frente castraron los ideales de los obreros y campesinos que siempre fueron sus masas de choque. Pero, además, extirparon la conciencia de cambio de miles de seguidores de la clase media. Mauricio Funes es el convidado de piedra de la fiesta, y está allí por intereses meramente personales.

Estas reflexiones deberían estar presentes en la mente de los salvadoreños el próximo domingo 15 de marzo. Como pueblo cristiano debemos ver hacia el futuro, a partir de las libertades de que hemos disfrutado en el gobierno del Presidente Elías Antonio Saca, especialmente porque ya no habrá una segunda posibilidad: el domingo nos jugamos el todo por el todo. Debemos salir a votar después de orar por la paz en El Salvador y luego de pedir al Espíritu Santo que nos ilumine en el momento de marcar la bandera de nuestra preferencia.

Como cristianos sabemos que las cosas irán de mal en peor, porque el mundo debe estar inmerso en un caos tremendo para que se manifieste el Anticristo, el dictador mundial; pero, mientras, hay que ver el futuro con la mente de Cristo y esforzarnos para asegurar un futuro de prosperidad para nuestros hijos y nietos.

Hago votos para que las elecciones presidenciales se desarrollen sin incidentes violentos, en forma ordenada; y, sobre todo, para que el sentir popular sea expresado con sabiduría, sabiendo que el Dios del cielo es quien da a los hombres que Él elige, “el reino, el poder, la fuerza y la majestad” (Daniel 2:37)

¡QUE EL SEÑOR JESUCRISTO LE BENDIGA!

Por Kirio Waldo Salgado

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