viernes, 20 de marzo de 2009

INTERCAMBIO DE ROLES PARTIDARIOS

Después de varias semanas de haber aceptado su nombramiento como Arzobispo de San Salvador, Mons. José Luis Escobar Alas tomó posesión de su cargo en solemne ceremonia realizada en la Catedral Metropolitana.

La gran pregunta ya tiene respuesta y la calma ha regresado a nuestro país. Tenemos nuevo presidente, nuevo partido de gobierno y nuevo partido de oposición.

Para ARENA la experiencia no será enteramente novedosa, pero casi como que lo fuera. Las circunstancias son ahora muy diferentes a las de los años ochenta y para un partido político no es lo mismo ser oposición cuando está naciendo que luego de haber estado veinte años en el poder. Para el FMLN comienza una experiencia que hasta hoy sólo ha tenido a muy pequeña escala en los gobiernos municipales. Ahora ya no podrá darse el lujo de escoger sus batallas ni podrá limitarse a señalar los errores ajenos.

Ambos partidos tienen mucho en qué pensar y el país necesita que ambos asuman de lleno el desafío de reinventarse. ARENA tendrá que permitir que salgan a flote todas las críticas que fueron acalladas para no dar ventajas electorales a sus adversarios. El FMLN tendrá que digerir el fenómeno Funes y preguntarse cómo queda y cómo debe seguir después de un triunfo que no es enteramente suyo.

Es claro que ARENA no iba a poder mantenerse eternamente en el poder y tal vez, de cualquier forma, su hora había llegado. Pero la tesis del desgaste no explica muy bien por qué, luego de quince años en el poder, pudo todavía sacarle una ventaja de medio millón de votos al FMLN. La alternancia es deseable y siempre fue posible. Que ocurra en este momento y no cinco años antes o cinco años después es un hecho que debe analizarse.

Muchos factores se conjugaron en el resultado de la recién pasada elección presidencial. Uno muy importante es que el FMLN superó a ARENA en estrategia y táctica electoral. Supo interpretar mejor el estado de ánimo y las necesidades objetivas de la población. Hizo lo necesario para alcanzar el objetivo dual de mantener la cohesión del partido y apelar de manera creíble ante sectores que no comulgan con su ideología. El FMLN y su candidato tienen un mérito indiscutible.

ARENA: Errores y necesidad de cambios
ARENA, en cambio, hizo casi todo mal. Esto lo advertimos varios analistas en diferentes momentos de la campaña electoral. El proceso de selección de candidatos fue divisivo. Personas y sectores que constituían el alma del partido fueron excluidos y muy maltratados. El COENA fue poco receptivo a críticas y aportes de cualquiera que no fuera parte del pequeño círculo en el que se concentró el poder del gobierno y del partido. No atendieron las evidentes señales de que la campaña sucia estaba resultando contraproducente y, finalmente, tomaron la riesgosa decisión de presionar la adhesión de los simpatizantes de los partidos que habían quedado fuera de la contienda.

El gobierno del presidente Saca no fue tan malo como muchos lo hacen parecer, pero se cometieron errores que contribuyeron a la derrota de su partido. Los excesos propagandísticos trivializaron los logros del gobierno y suscitaron una repugnancia muy similar a la que provocan los alimentos que en algún momento nos han causado indigestión estomacal. Hubo manipulación inaceptable de instituciones supuestamente autónomas. Nunca fue bien visto que el presidente y algunos de sus ministros asumieran el rol de activistas partidarios o que se valieran de sus cargos para desprestigiar al FMLN. Más grave que todo, el presidente nunca mostró interés en investigar o disposición para sancionar a sus colaboradores por hechos de corrupción.

Muchos de los errores que se le pueden imputar al presidente Saca ocurren típicamente cuando se permite una excesiva concentración de poder en una misma persona sin que existan mecanismos eficaces para la rendición de cuentas. Desde esta perspectiva, el error más grave de Tony Saca habría sido el de mantenerse como presidente del COENA luego de haber recibido la investidura como presidente de la república. Pero de ese error son corresponsables los que con su anuencia o su silencio permitieron que eso ocurriera.

Para que ARENA pueda salir fortalecido de esta derrota y ejercer eficazmente su nuevo rol, debe evaluarse sin delicadezas y cortar por lo sano las raíces del mal. Esto supone modificar tan profundamente como sea necesario su estructura, sus normativas, sus procedimientos y, sobre todo, la composición de sus principales instancias de dirección.

No es buena idea que las personas que han conducido el partido en los últimos cinco años tengan otra participación que no sea la de informantes en las tareas de evaluación y reestructuración. El presidente Saca y el Ing. Rodrigo Ávila debieran facilitar las cosas separándose voluntariamente de la comisión transitoria, la cual debiera estar constituida únicamente por los expresidentes de la república y dos o tres dirigentes de su absoluta confianza y de notoria trayectoria dentro del partido.

FMLN: Dos caminos
El FMLN, por su parte, debe entender que está en una encrucijada ante dos posibles caminos. Uno de ellos lo pondrá en un curso de colisión con el presidente Funes y con importantes sectores de nuestra sociedad, dejándolo al margen o a la zaga del nuevo proyecto político que se está perfilando. El otro camino le posibilitará una relación muy armónica y productiva con el nuevo gobierno, le permitirá dar un salto crucial hacia la modernidad y lo pondrá a la vanguardia de la nueva izquierda latinoamericana.

Si el FMLN no entiende lo que significa el fenómeno Funes y prefiere aferrarse a los obsoletos manuales de concepción del Estado y de acción política con los que empezó a caminar hace ya varias décadas, estará optando por un camino muy empedrado que lo conducirá al abismo de la irrelevancia. Si, por el contrario, se despoja de los lentes con los que el marxismo-leninismo mira indistintamente a cualquier sociedad en cualquier época, y responde ya no de manera táctica sino estratégica a lo que la mayoría de los salvadoreños queremos, estará optando por un camino que le ofrece más y mejores posibilidades para la realización de sus ideales.

Joaquín Samayoa

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