jueves, 19 de marzo de 2009

REALIDADES POLÍTICAS

Terminó la más prolongada y quizá más tensa campaña electoral desde los Acuerdos de Paz. Con los resultados que se dieron el país entra en una nueva etapa de la vida nacional. No voté por el FMLN, pero por mis principios y convicciones democráticas, debo respetar los resultados y reconocer a las nuevas autoridades en el Poder Ejecutivo, tal como dije que haría en una columna escrita al fragor de la contienda.
Hay signos alentadores.

ARENA mostró, sin lugar a dudas, su madurez democrática, al reconocer la derrota muy temprano y con elegancia; el Presidente electo expresó un discurso que lanzó señales de tranquilidad. Habrá que esperar, obviamente otras señales, más allá de los discursos. Durante la campaña, muchos de los columnistas, advertimos sobre el peligro que una victoria del FMLN llevaría al país por los sinuosos caminos del socialismo del Siglo XXI.

El entonces candidato Funes, incluso, a contrapelo de miembros de su partido, insistió en que eso no ocurriría. Ahora debemos esperar que cumpla su promesa y que en el país se respete la Constitución y el sistema de libertades. El FMLN llega al poder mediante una elección democrática y no por la vía de las armas. Ello quiere decir que se mantiene un sistema de pesos y contrapesos, que garantiza el Estado de Derecho.

ARENA representa un poquito menos del 50 por ciento de la votación. Mantiene 122 alcaldías, incluyendo siete cabeceras departamentales y la capital, además de una fuerte representación legislativa. Con ese cuadro y una segura renovación en sus filas se perfila como una fuerte oposición. En mi opinión, una fuerte oposición implicaría una delicada mezcla entre la fiscalización del poder y la colaboración con el Ejecutivo en aquellos puntos claramente beneficiosos para el país. La famosa política del "no por el no" debería ser de entrada, descartada.

El Presidente electo Mauricio Funes, seguramente tiene presente, la grave crisis mundial que afecta a todos los países, y que de acuerdo a todos los análisis, nos golpeará fuerte en el segundo semestre. En ese contexto lo fundamental será proteger el empleo y para ello es importante enviar claras muestras de certidumbre a los empresarios, que son los mantenedores y generadores de puestos de trabajo. Es necesaria la concertación inteligente, dejar atrás la confrontación y buscar los puntos de consenso e interés común entre los diferentes actores nacionales en la nueva situación.

Como ya bien lo han expresado muchos analistas, en los primeros días ocurridos tras la elección, la formación del próximo gabinete será clave para avizorar el panorama que se vendrá luego del uno de junio. Esa será, no cabe duda, la primera prueba de fuego para el Presidente electo.

Por su parte ARENA, pasa después de 20 años a la oposición. La crisis que se vive tras la derrota electoral, puede y debe ser convertida por los areneros en una oportunidad. Es obvio que dicho instituto político urge de una renovación en su dirigencia y de un replanteamiento de su ideario político. Para ello, siempre es necesario un análisis sincero, a fondo y lo más desapasionado posible de la pasada campaña electoral. Lo más importante es que mantenga su papel, junto a otras fuerzas y sectores democráticos, como garantes del respeto a nuestra Constitución y nuestra libertad.

Las noticias de la prensa mundial, destacaron, el triunfo del FMLN y la aceptación de la derrota por parte de ARENA, un partido que había permanecido 20 años en el poder. Se consolida la democracia en El Salvador, fue el titular más recurrente. No hubo fraude electoral, no hubo violencia. La transición del poder del Ejecutivo de un partido a otro parece estar transcurriendo en completa normalidad.

Sería una gran cosa para el país y para todos los salvadoreños, que ese realismo y pragmatismo se mantuvieran como la nueva forma de hacer política. Debemos trabajar para poner fin a la confrontación destructiva entre salvadoreños. Si fuimos capaces de hacerlo para poner fin a la guerra, debemos hacerlo ahora que tenemos un sistema democrático probado, para dirimir nuestras diferencias.

Durante la pasada campaña repito, muchos sostuvimos, partiendo de declaraciones de sus dirigentes y sus documentos que de ganar el FMLN, se encaminaría a un sistema similar como el que se vive en Nicaragua o Venezuela. Ojalá que el Presidente electo nos haga concluir que estábamos equivocados.

Marvin Galeas, columnista de El Diario de Hoy

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